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El "interés de usura" para la lechería

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Fachada de la sede central del Banco República. Foto: Marcelo Bonjour
Fachada del edificio sede del Banco Republica (BROU), ubicado en Cerrito y Zabala, edificios en la Ciudad Vieja, Montevideo, ND 20140826, foto Marcelo Bonjour

MENOR AL DEL GOBIERNO

La semana pasada, una delegación de la Asociación Nacional de Productores Lecheros (ANPL) concurrió a la comisión de Ganadería de la Cámara de Diputados para tratar diversos aspectos que los preocupan.

El integrante de la ANPL, Santiago Sandro dijo a los legisladores que "el tema del Banco República (BROU) nos tiene muy preocupados y nerviosos". Allí mencionó el cierre parcial (dos o tres días a la semana) de sucursales en pequeños poblados, el repago de algunos créditos y la tasa de interés que pagan los lecheros.

"Eso de banco de desarrollo, banco país, ya no cuenta más. Hoy en día, a la gente con solvencia que pide crédito para hacer una sala de ordeñe nueva se le da un plazo máximo de cinco años, con 7,5% de interés; y le han planteado hasta 8,5%. Prácticamente, es un interés de usura para la lechería, que tiene una rentabilidad histórica del 3% o 4%", afirmó Sandro,

Sin embargo, la tasa de interés que paga la lechería es menor a la que se financia el gobierno al mismo plazo.

Luego, Sandro planteó otro aspecto. "Ante la protesta del productor por ese interés, la respuesta que le dieron fue bajarle un punto: 7,5% a cinco años, ese hoy es un plazo largo para el banco. Entonces, ni pensar en otro tipo de inversiones. Hay que tener en cuenta que no se puede plantear el repago de una inversión de una sala de ordeñe antes de 10 años; eso sería lo razonable, lo lógico: no se puede pagar en cinco años algo que tiene una vida útil muy larga", aseguró.

Además, Sandro dijo que "lo que nos está preocupando es la no renovación de vales. Todos los que estamos en el campo sabemos que sacas un vale por US$ 10.000, a seis meses, pagas US$ 2.000 más los intereses y renuevas los US$ 8.000 restantes. Vas pateando el vale para adelante, de repente un año o un año y medio, hasta su cancelación definitiva. Ahora no es así: a los seis meses, te caen con todo".

Agregó que "hasta la semana pasada, que estuvimos relevando datos entre los socios, eso estaba ocurriendo. La parte crediticia está bastante complicada. Además, hay una burocratización muy grande para el otorgamiento de los créditos. Proyectos que se ejecutaban en un mes y medio o dos meses, ahora llevan tres o cuatro y siguen sin resolverse".

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