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Industria del cuero: un sector histórico que está en problemas

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Industria del cuero. Foto: Darwin Borrelli.
DARWIN BORRELLI

PANORAMA EN URUGUAY

De los inicios en 1840, a la situación actual con empresas que deberán tirar materia prima por sobrestock.

Para escribir de la industria del cuero en Uruguay, uno puede remontarse al siglo XIX. Actualmente el sector enfrenta problemas por la situación internacional (baja demanda) y aspectos locales (competitividad) y una de sus empresas más emblemáticas queda reducida a una mínima operación.

La historia comienza en 1840, cuando el vasco-francés Pascual Harriague se radicó en Salto e instaló la primera curtiembre que tuvo el país, anexada al saladero Quemado del Ceibal, en sociedad con Juan Claverié, donde también producían jabón y velas. A fines del siglo XIX los principales mercados para los cueros uruguayos eran Estados Unidos y Gran Bretaña.

Otro de los hitos de la industria del cuero fue la creación de la curtiembre Branaa, establecida en 1890, una sociedad anónima familiar cuyas principales actividades fueron la producción y comercialización de cueros vacunos, manufacturas de cuero natural y conjuntos cortados y cosidos para muebles, automóviles y cubrevolantes.

Fue rebautizada como Zenda en 1956 y llegó a tener plantas industriales en Argentina, México, Alemania y Sudáfrica y oficinas en -además de esos países- Chile, Hong Kong, China y Estados Unidos. Hoy su situación es bien diferente.

En febrero del año 2010 el frigorífico brasileño Marfrig se quedó con el 51% de las acciones por US$ 49,5 millones. Dos años más tarde, se hizo del resto de las acciones por una cifra similar.

En 2013 la firma de origen brasileño JBS, la mayor productora mundial de carne bovina, asumió el control de Zenda, al comprarle Seará al grupo Marfrig.

Con la llegada de JBS (coincidentemente con una reducción de la demanda a nivel global), Zenda comenzó el achique y también empezaron los problemas de relacionamiento laboral. De los más de 1.000 empleados que llegó a tener, ya a mediados del año pasado tenía 570.

“El precio del cuero cada vez baja más y eso ha hecho que se ha vuelto difícil el negocio. La empresa hoy está trabajando en mantenerse estable y no continuar reduciéndose”, decía en mayo del año pasado, la gerente de Recursos Humanos de la firma, Ximena Arroyo.

Un año después, la situación empeoró con el anuncio del cierre de dos de las tres plantas que Zenda mantenía y el despido de 370 trabajadores.

Pero no es la única, la curtiembre París tiene 270 trabajadores en seguro de paro y está sin producir y Curtifrance también tiene su producción parada temporalmente.

Hoy son poco más de 2.000 los trabajadores del sector. “En 10 años se han perdido entre 7.000 y 8.000 empleos, hay que tomar en cuenta que la curtiembre ovina cayo toda, hoy no hay ninguna que se dedique a eso”, dijo a El País Carlos Bico dirigente de la Unión de Obreros Curtidores (UOC).

“Hay muy poca demanda” a nivel internacional por los cueros, dijo una fuente del sector a El País y su precio viene en caída: el valor del kilo de cuero fresco pasó de US$ 1,33 hace cuatro años a US$ 0,17 en la actualidad, según datos del Instituto Nacional de Carnes.

Buena parte de la industria curtidora local está enfocada en la industria automotriz (tapizado de asientos), pero esa demanda ahora es sustituida por sintéticos. Además el país es “el menos competitivo de la región”, en 2018 “nos juntamos con el cliente principal en Argentina y nos mostró los precios (que le ofrecen) en Argentina y Uruguay y era imposible competir”, ejemplificó la fuente del sector.

Paycueros, que tiene el 50% del mercado de cueros, está enfocada no solo en la línea automotriz, sino en calzado y marroquinería, lo que le ayuda a seguir operativa, señaló el informante.

La situación de la prácticamente salida de Zenda del mercado (absorbía entre el 25% y el 30% de los cueros) y el hecho de que hay otras curtiembres paradas lleva a que la semana próxima las intendencias deberán habilitar vertederos para tirar cueros por el sobrestock. “Todas las empresas están preparadas para conservar un porcentaje de los cueros, pero no el 100%”, graficó la fuente del sector. De hecho, Zenda dejará de retirar cueros. Esto genera un problema ambiental que deberán resolver el gobierno y las intendencias en conjunto con las empresas.

Exportaciones

Según datos de Uruguay XXI a los que accedió El País, Paycueros fue la principal exportadora del sector en 2018 con US$ 74,5 millones, un 1,1% más que en 2017.

Zenda, que supo liderar el ranking fue la segunda con ventas al exterior por US$ 55,5 millones en 2018, una caída de 24,5% respecto a 2017.

Luego vienen curtiembre París y Bader Uruguay con exportaciones por US$ 33,7 millones y US$ 30,4 millones respectivamente, en ambos casos más que en 2017.

MÁS

El lunes habrá dos reuniones clave

Viendo la complicada realidad que atraviesa el sector, la Unión de Obreros Curtidores (UOC) mantuvo una reunión con las autoridades del Ministerio de Industria. Según informó a El País el dirigente Carlos Bico, presentaron un informe sobre la situación y pidieron la conformación de una mesa amplía (con distintos ministerios, legisladores y el Pit-Cnt) para analizar alternativas para el sector.

Además de esa instancia, el lunes habrá otros dos encuentros clave en el Ministerio de Trabajo. Primero por la situación de Zenda, que anunció el jueves el cierre de dos plantas y el despido de 370 trabajadores. Bico explicó que se buscará que el personal vaya al seguro de paro.

La otra reunión es por la Curtiembre París, que tiene al 95% de la plantilla (270 trabajadores) en el seguro de paro y hay sobre la mesa un preacuerdo entre las partes para reabsorber a esas personas. El jueves en asamblea el sindicato de la empresa rechazó lo negociado, pero Bico aseguró que hoy habrá una nueva votación en la que “probablemente quede solucionado” el conflicto.

A última hora del jueves, la compañía Zenda envió un escueto comunicado a El País donde señaló que “está reestructurando su operación en Uruguay”. Explicó que “mantendrá sus operaciones de terminación y corte y discontinuará la producción de cuero wet blue y semiterminado”, una decisión “basada en el análisis de mercado y viabilidad económica teniendo como factor central la situación adversa del mercado local e internacional del cuero”. Añadió que está realizando “todos los esfuerzos para minimizar los impactos de esta decisión en los colaboradores de sus operaciones que serán discontinuadas”.

El diputado blanco Rodrigo Goñi planteó convocar al Parlamento al ministro de Industria por la crisis del sector.

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