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El impacto económico que causa la brecha de género en Uruguay, según un estudio

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Mujeres trabajando en una oficina. Foto: Shutterstock

INFORME

De acuerdo al estudio del Banco Mundial, las brechas en igualdad de género pueden implicar “importantes costos económicos para Uruguay”

La desigualdad que existe entre hombres y mujeres al día de hoy, podría costarle a Uruguay cerca de 13% del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, según sostuvo el Banco Mundial en un informe titulado “Jugar un partido desigual: diagnóstico de género en Uruguay”, en el que analiza los desafíos y asuntos pendientes que tiene el país para poder lograr la igualdad de género.

De acuerdo al estudio, las brechas en igualdad de género pueden implicar “importantes costos económicos para Uruguay” y citó un estudio en el que se constató que “las pérdidas de producción per cápita podían ser equivalentes al 11,82% en el corto plazo y aumentar en el largo plazo a un porcentaje estimado en 12,92%”.

Es decir que si la participación laboral de hombres y mujeres en Uruguay fuera la misma, se podrían llegar a producir hasta US$ 2.100 más por persona.

“Uruguay aún no consigue aprovechar adecuadamente los recursos productivos de una fracción considerable de su población en edad laboral”, afirmó el estudio del Banco Mundial en relación a que la participación de la mujer en el mundo del trabajo se estima aproximadamente en un 55,8%, mientras que asciende a un 73,7% por parte del hombre.

Sumado a eso, “las que sí participan en elmercado laboral se ven confrontadas con techos de cristal, ganan menos que los hombres y tienen menos probabilidad de ser empleadoras”, afirmó el estudio.

Las mujeres que figuran como ‘no ocupadas’ o que realizan tareas domésticas -y se las considera como no participando en el mercado de trabajo- representan el 17,6%. El resto se distribuyen entre otras actividades como ser estudiantes (9,6%), jubiladas, pensionistas o inactivas (22,7%). Asimismo, la educación influye en este sentido, dado que la brecha en participación es más alta entre las mujeres que cuentan con educación básica.

Otro de los factores que influye en la menor participación del mercado laboral refiere a que las mujeres “tienden a asumir el peso del trabajo doméstico y los cuidados”, principalmente en el caso de las mujeres afrodescendientes. Desde el Banco Mundial informaron que la proporción de tiempo dedicado a ese trabajo -que no es remunerado- por parte de las mujeres en Uruguay “resulta elevada” cuando se compara con países como Portugal, España o Finlandia.

“La brecha de género en la proporción de tiempo dedicado a trabajos domésticos o cuidados no remunerados es la más grande en Uruguay si se le compara con estos otros países”, afirmó el estudio. ¿Cuál podría ser una explicación a esto? Según el Banco Mundial lo que ocurre es que a nivel social “aún persisten ideas arraigadas que categorizan a las mujeres como aquellas que deberían ejercer los cuidados en la familia, mientras que al hombre se le sigue percibiendo como el principal sostén económico de la familia”, situación que es más frecuente entre los hogares de bajos ingresos.

Uno de los principales problemas que representa el trabajo doméstico y los cuidados es que no son tareas remuneradas, por lo que al no estar reflejado en las cuentas nacionales del país, “su verdadero valor tiende a ser subestimado”, agregó el estudio.

Mujer trabajando con tapabocas. Foto: Unsplash.
Mujer trabajando con tapabocas. Foto: Unsplash.

Es así que se estima que “la contribución de trabajo no remunerado al PIB nacional totaliza un 22,9%”, del cual “solamente las mujeres generan un 16,3% de dicha riqueza, lo cual significa una proporción mucho más alta que la representada por muchos otros sectores de la economía”, explicó el informe.

En términos de desempleo las mujeres también se ven más perjudicadas en comparación con los hombres, al igual que ocurre en el resto de los países de América Latina. Los datos de 2016 señalan que mientras que el índice de desempleo de los hombres fue de un 6,5%, este ascendió al 9,4% en el caso de las mujeres.

El estudio constató que también hay desigualdad si se analiza la calidad del empleo de hombres y mujeres, siendo “generalmente menor” en el segundo caso, además de que tienden a concentrarse en sectores y ocupaciones “específicas y a menudo de baja productividad”.

Es por esto que por ejemplo “es menos probable que las mujeres en Uruguay sean empleadoras” pero sí es más probable “que sean ellas quienes realizan trabajos domésticos y no los hombres”, detalló el informe.

Por otra parte, en comparación con toda la región latinoamericana, Uruguay es el que demostró tener uno de los niveles más bajos en cuanto a la actividad emprendedora femenina.

Algo similar ocurre en los negocios, dado que la proporción de mujeres dueñas de sus propios negocios “también es baja” en comparación con otros países regionales. Según la última información del Índice de Brecha de Género del Foro Económico Mundial (2019), “la proporción de empresas de propiedad mayoritariamente femenina en el país llegaba tan solo al 11,6%”.

En términos de acceso a activos productivos también se detectaron barreras para las mujeres. A modo de ejemplo el estudio señaló que hasta el año 2017 inclusive “todavía había más hombres que mujeres titulares de cuentas en una institución financiera o un proveedor de dinero móvil, un 67,6% de hombres comparado con un 60,6% de mujeres”.

El menor acceso al mercado laboral, mayor desempleo y más tiempo destinado a tareas domésticas y de cuidados llevan a que las mujeres tengan vidas laborales más cortas y remuneraciones más bajas en comparación con los hombres, lo que se traduce además en una menor contribución a la seguridad social o fondos de pensión.

La brecha también se da a nivel salarial

El mercado laboral uruguayo “no logra ofrecer los mismos retornos a hombres y mujeres por trabajo comparable”, afirmó el estudio del Banco Mundial. Es que según la Encuesta Continua de Hogares (ECH) de 2017, las mujeres ganan 7,6% menos que los hombres.

Si bien un estudio reciente que analiza las brechas salariales de género en Uruguay, encontró que la diferencia en el promedio salarial mensual y horario entre hombres y mujeres experimentó una caída entre 1990 y 2018, al día de hoy, el salario promedio mensual de las mujeres trabajadoras del sector privado es 29% menor que el de los trabajadores hombres, según datos de la Cepal y de ONU Mujeres.

El estudio encontró que mientras en el año 1990 las mujeres ganaban en promedio 37% menos, por hora, que los hombres con la misma preparación, en 2019 esa diferencia es del 19%. Por otra parte, se detectó que en Uruguay existe una penalización por maternidad dado que si se analiza el salario mensual de las mujeres, se ve que durante el primer año de la maternidad, el salario se reduce en un 19%. Incluso, esa penalización no logra revertirse en el mediano plazo y alcanza una reducción de 42% en el salario mensual 10 años después de ser madres, en comparación con las mujeres sin hijos. Desde el Banco Mundial afirmaron que pese al avance de los últimos años, en Uruguay “persisten importantes brechas” de género y advirtieron que el impacto del COVID-19 “puede perpetuar o profundizar las diferencias existentes para ciertos grupos de mujeres”.

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