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Cómo estudiar las conductas irracionales en la economía

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Matarte en el gimnasio no es lo único que hará que alcances tus metas más rápido. Foto:  Shutterstock

ECONOMÍA CONDUCTUAL

Incorporando la psicología se analizan las decisiones; para Capurro de CPA, va a “revolucionar la teoría económica”.

Se viene una epidemia peligrosa que podría matar a 600 personas y le proponen dos opciones a dos grupos distintos de personas. Unos pueden elegir entre salvar 200 personas o que sobrevivan un tercio, y otros entre matar a 200 personas o que mueran un tercio de los posibles afectados. Las respuestas llevan a un desenlace idéntico, pero la gente prefiere salvar 200 personas y que mueran un tercio.

¿Cómo se explica eso? Para entenderlo se debe salir de las fronteras de los estudios económicos e incorporar conocimientos de la psicología, como el concepto de "framing" (la forma en que nos plantean un problema no es neutral e influye en nuestra decisión).

"Según la economía tradicional las dos respuestas son lo mismo, pero el riesgo y las certezas no son iguales si están alojados en cosas buenas o malas", explicó el gerente senior de CPA Ferrere, Alfonso Capurro, en una charla organizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) sobre behavioral economics o economía conductual, un área de investigación en auge en el mundo.

"Es necesario que en Uruguay comencemos a tener en cuenta" estas ideas, decía la invitación. Se trata de una corriente económica que irrumpió en la década del 80 con uno de "sus padres", el psicólogo israelí-estadounidense Daniel Kahneman, y se popularizó en los últimos años con el otro progenitor, el economista estadounidense Richard Thaler —ambos fueron Nobel de Economía—.

Capurro dijo que "durante años tuvimos supuestos de una economía racional y el behavioral economics busca medir dónde está esa racionalidad". Auguró que esta rama de estudios "está llamada a revolucionar la teoría económica".

La racionalidad de las decisiones de los agentes de la economía clásica, contempla que al enfrentarnos a un problema conocemos todas las opciones junto a sus beneficios y consecuencias, las analizamos y "solo hacemos algo si nos brinda un beneficio neto".

"El cerebro sería como una computadora que está todo el día haciendo cuentas sobre los beneficios que nos da (cada opción) para tomar una decisión", graficó.

Esto se contrapone con la visión de la economía conductual: los agentes no son 100% racionales y existen diversos factores no lógicos que influyen en las decisiones (como el framing). Por eso, "propone tomar conocimientos de la psicología para medir" esas variables a través de experimentos (como el mencionado al inicio, hecho por Kahneman).

Otro estudio de campo del psicólogo reveló que un 80% de las personas indagadas pagaban una cuota para ir al gimnasio mayor a los días que asistían. Esto se relaciona con "las consistencias de las preferencias" al tomar decisiones —"es la idea del lunes empiezo", acotó Capurro—, dado que según la economía clásica "si pienso hacerlo (porque me brinda beneficios) lo hago y no lo postergo", pero eso no ocurre en la realidad.

Además, el economista de CPA expresó que "los óptimos cambian todo el tiempo", es decir "si analizó una determinada decisión hoy y no la hago, mañana ya cambian las condiciones" de beneficio.

Otro aspecto que incide en nuestras determinaciones es "el estado emocional", lo que quedó de manifiesto con otro experimento: durante 10 días se les envío SMS a estudiantes en distintos momentos del día y tenían que describir su ánimo; esto sirvió para demostrar que "el buen humor lleva a una subestimación de la percepción de riesgo".

Luego que Capurro presentó estas ideas que son la base del behavioral economics, se debatió sobre la aplicación de estos conceptos a la vida cotidiana, por ejemplo para medir la eficiencia de políticas públicas (ver aparte).

El otro expositor fue Ignacio Parietti, director de Innovación de la firma local de desarrollo Ingenious, que se centró en cómo utilizar los aportes de la economía conductual para la elaboración de nuevos productos: "Diseñen pensando en qué hace el usuario y buscando que adopte el productor para su beneficio", sentenció.

Behavioral aplicadas en varios casos prácticos

Capurro presentó ejemplos de uso de la economía conductual en el mundo: en Gran Bretaña para rediseñar los procesos de selección y preguntas en los censos para mejorar las tasas de respuesta (se duplicaron en 48 horas), y en "experimentos comportamentales para promover un uso eficiente de la energía"; en Estados Unidos para observar "micro-comportamientos para mejorar respuesta de pago de los contribuyentes", subiendo en US$ 139 por persona investigada en tres meses.

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