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Las empresas uruguayas son menos sostenibles que en 2019, ¿qué pasó?

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Fábrica. Foto: EFE.

INFORME

El Monitor de Desarrollo Sostenible marcó un retroceso de las compañías ya que pasó de 56,21 a 56,01, siendo 100 el máximo.

El Monitor de Desarrollo Sostenible (MDS) mide indicadores sobre el desempeño ambiental, social, y económico y de gobernanza de empresas en Uruguay. El dato de 2020 mostró un retroceso en relación a 2019, ya que pasó de 56,21 a 56,01, siendo 100 el máximo. Por lo tanto, las empresas aún tienen un recorrido por delante para crecer en ese sentido.

El MDS toma información de las compañías socias de la organización empresarial Deres y tiene el respaldo académico de la Catedra de Gerencia y Contabilidad para el Desarrollo Sostenible | Deloitte, de la Universidad ORT Uruguay. Se compone de 17 indicadores vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Es la segunda edición del indicador, en la que participaron 42 compañías. En la oportunidad anterior, que fue en 2019, habían sido 27. El objetivo es que cada vez se sumen más para que sea más representativa del mercado local.

El MDS mide tres dimensiones (social, ambiental, económico/gobernanza) y cada una representa un 33, 33 y 34 respectivamente del total. Todos suman 100, que es el máximo resultado posible del indicador, indicó Deloitte en un comunicado.

El MDS es un porcentaje de avance, por lo que la “diferencia entre 100 y el puntaje obtenido por una empresa es la distancia en porcentaje que necesita ser completada para alcanzar el aporte ideal de la empresa al Desarrollo Sostenible”, agregó.

Resultados.

Los tres indicadores se comportaron de manera diferente si se los compara con 2019. En lo social hubo un aumento: el promedio de 2020 fue 19,65 mientras que en el año anterior había sido 19,38. Se debe recordar que el puntaje máximo posible es 33.

El desempeño social “mostró indicadores variados”. En 2020 “mejoró en términos generales, apoyado en una mejora en la inversión de las empresas en I+D y en la baja de los accidentes laborales”. Sin embargo, “hubo menos capacitación y más rotación del personal”, explicó Deloitte.

Otro que creció fue el indicador económico y de gobernanza. Pasó de 24,56 en 2019 a 24,71 en 2020; y el máximo posible es 34. De las tres dimensiones que se estudian, es el que tiene el mayor puntaje.

El componente económico y de gobernanza “registró resultados variados”. El año pasado “hubo menos reuniones de directorio y menos ingresos, al mismo tiempo que los indicadores de mujeres en el liderazgo y rentabilidad mejoraron”.

Por último, en lo ambiental hubo un retroceso: el promedio en 2020 fue 11,66 y el año anterior había sido 12,26. El máximo posible al que se puede llegar es 33.

Deloitte explicó que bajaron los “indicadores de energía, agua, emisiones y residuos, lo que muestra una menor eficiencia en el uso de recursos”.

Si se tiene en cuenta que las empresas tuvieron en promedio 11,66 de 33, en esta área es donde peor desempeño presentan y, al mismo tiempo, donde tienen la mayor oportunidad de mejora.

Por actividad.

También se presentaron los resultados de diferentes actividades. “Las industrias que presentaron mejores resultados que en 2019 son: Finanzas, seguros y bienes raíces, Transporte y servicios públicos e Industria”. En la vereda contraria, es decir que empeoraron, están los grupos Servicios y Otros.

En el caso del grupo Finanzas, seguros y bienes raíces presentó una mejora, ya que subió de 60,04 en 2019 a 62,19 en 2020. El máximo que se puede alcanzar es 100.

Por su parte, la categoría Transporte y servicios públicos aumentó de 59,95 en 2019 a 49,53 en 2020. El tercero y último que creció fue Industria, que pasó de 55,16 en 2019 a 55,63 en 2020.

Una de las categorías que presentó un deterioro fue Servicios, donde el promedio bajó a 53,22 en 2020 después de haber sido 55,35 en 2019. El otro grupo fue Otros, que pasó de 50,64 en 2019 a 49,53 en 2020.

Hay indicadores similares en otros partes del mundo. Es una herramienta que sirve para hacer un estado de situación de la realidad de algunas empresas del país. Además, permite que las compañías midan su rendimiento con otras, sean de su sector o no, e identificar dónde están paradas en materia de sostenibilidad.

Inversiones

Proyectos con enfoque en aspectos de ESG

Según un informe de Deloitte, “recientemente, se ha generado una enorme cantidad de literatura orientada al análisis de proyectos con enfoque en medio ambiente, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Dentro del segmento ESG, surgen las inversiones de impacto como una alternativa factible para combinar rendimiento financiero con desarrollo social y económico. ¿Qué son realmente las inversiones de impacto? ¿Cómo se ponen en práctica? ¿Son realmente una moda o una inversión de “nicho”? Las inversiones de impacto son una “filosofía” de inversión que, como un subgrupo de las inversiones ESG, también atiende a las problemáticas sociales y medioambientales. No deberían ser consideradas como un asset class diferente y separado del mundo de las inversiones “tradicionales”, sino como una metodología que, además, aplica un lente socioambiental - de hecho, el término inversiones “con” impacto podría tomarse como una taxonomía más apropiada”.

“Las inversiones de impacto surgen como el resultado lógico de aplicar un lente social, ambiental y diverso, antes muchas veces ignorado, a proyectos financieramente rentables. Esta manera de hacer finanzas permite apoyar el crecimiento de la industria, los países y la economía global de la manera más sostenible y amplia posible, y a su vez, permite a los inversores profundizar su análisis y tesis de inversión mediante la búsqueda de rentabilidad, dado que estamos en un mundo en el que la rentabilidad financiera es cada vez más difícil de obtener”, afirmó el estudio.

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