La industria de ensamblado automotriz y la autopartista comienzan a observar nubarrones en su futuro. Las empresas dejan de ser competitivas por coyunturas regionales y algunas casas matrices miran a Paraguay como un posible reemplazo de Uruguay y encaminar allí sus procesos productivos.

La salida —quizás transitoria— de la armadora china Chery del país parece ser la primera ficha de dominó que cae. El desenlace —no difícil de haber previsto ya que la planta ensambladora hacía ocho meses que no fabricaba un vehículo— fue el punto de partida de una situación que muchos señalan será peor hacia adelante para las empresas del sector o las vinculadas a la industria automotriz.

Una empresa con pocos empleados que producía piezas de plástico para Chery también cerró. La empresa de capitales argentinos Plascar, incluso ubicada dentro del predio de Paso Carrasco no pudo direccionar su producción hacia otras empresas y fue arrastrada por la decisión de la automotriz china.

Empresarios del sector entienden que la relevancia del hecho es baja por los trabajos y la cantidad de empleados que tenía, cerca de diez. Pero, el temor es por el efecto dominó dentro del sector del ensamblado y de las autopartes.

El jueves, la economista de Deloitte, Florencia Carriquiry, señaló en el programa En Perspectiva de radio Oriental que la industria automotriz "tiene muy poca competitividad, no tiene escala, opera con niveles de productividad muy bajos y ni siquiera con apoyos muy fuertes (como son los beneficios arancelarios y la política de reintegro de exportaciones) ha logrado un posicionamiento competitivo sólido en la misma región. En estos momentos, con los dos vecinos en problemas, la industria no tiene muchas salidas".

Carriquiry recordó que las empresas automotrices y autopartistas reciben un subsidio gubernamental que les reintegra el 10% del valor FOB de sus exportaciones.

Pero aún así, las empresas no pueden ser competitivas. Y entonces, cuando los socios regionales —principales compradores de sus productos— enfrentan o plantean problemas el efecto se siente fuerte en las empresas uruguayas.

Recientemente el caso de Chery fue el que mostró mayor gravedad. Ocho meses sin producir y 320 trabajadores al seguro de desempleo.

En el caso de Geely, la automotriz debió redireccionar una parte de su producción y exportarla hacia Cuba.

Lifan, donde su producción es enviada a Brasil, tiene su plan de producción confirmado hasta octubre. El gerente de la empresa, Pablo Revetria, dijo a El País que a partir de ese mes deberá marcar un nuevo plan de producción en base a los pedidos que reciba. "Ahí se definirá si se mantiene la producción, si baja o si sube", expresó Revetria.

Por su parte, algunas autopartistas atraviesan y atravesaron problemas.

Takata (la empresa japonesa establecida en San José que corta y cose airbags) tuvo un largo enfrentamiento con la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines (Untmra) por categorizaciones laborales. En medio del conflicto, la empresa mediante un comunicado público señaló que el diferendo con el sindicato dificultaba los planes de la empresa en el corto, mediano y largo plazo.

Esta empresa, calificada como autopartista cobraba el reintegro de 10% de sus exportaciones, pero pagaba laudos del rubro textil. Luego de varios meses de discusiones, el Consejo Superior Tripartito (órgano máximo de decisión sobre salarios y condiciones de trabajo para el sector privado) definió que todas las empresas que formen parte de la cadena productiva autopartista debían regirse por los salarios de ese sector.

Otra de las grandes autopartistas establecidas en Uruguay es Yazaki, ubicada en Canelones. La empresa también tiene problemas de competitividad y también le vende sus productos a los vecinos regionales.

Y ahora se suma un nuevo problema: la casa matriz inauguró una línea de producción en Paraguay y eso complica más a la producción de autopartes local.

Según datos del Instituto Uruguay XXI las exportaciones de autopartes en 2014 cayeron 9,7%, al compararlas con el año anterior. A su vez, las colocaciones de los productos en Argentina mostraron una caída de 20% en la relación interanual.

"La mayoría de las empresas autopartistas está perdiendo dinero actualmente", sentenció una fuente empresarial.

La presencia de Paraguay en el horizonte preocupa a los empresarios locales. Fuentes del sector automotor consultadas por El País comentaron que la relación de costos salariales entre Uruguay y Paraguay es de cuatro a uno.

Además, indicaron que la eficiencia en las empresas automotrices uruguayas es un 20% menor que en el resto de la región."Paraguay está explotando, con gran capacidad ociosa para el sector y costos laborales bajos", dijo uno de los consultados.

Los informantes añadieron que varias ensambladoras de vehículos ya están pidiendo cotizar el traslado a Paraguay.

"Las montadoras piden Paraguay y quitar a Uruguay de la cadena. Ya se están cortando pedidos para 2016 y 2017, y pidiendo que se coticen en Paraguay. En Uruguay se cambia o se desaparece", afirmó un empresario del sector.

La Untmra mantuvo ayer un encuentro con el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, y también entregó en la cartera una solicitud de extensiónde seguro de desempleo para los 320 trabajadores de Chery, que ya no gozan del subsidio desde el mes pasado. El dirigente sindical César Acosta indicó a El País que el jerarca transmitió que el gobierno está buscando diferentes opciones para colaborar con la reapertura de la ensambladora de vehículos. Murro también les informó que la situación de Chery será tratada el lunes en el próximo Consejo de Ministros. Sobre la prórroga del seguro, Acosta señaló que seguramente la decisión de la cartera será informada el martes. La Untmra también pidió incluir a los trabajadores de la autopartista Plascar.

Ese país ofrece menores costos laborales y mayor productividad que Uruguay