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¿Por qué la empresa que inició Luis XIV en Francia, y es de las más grandes del mundo, decidió comprar una firma uruguaya?

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Mariano Bo y Javier Gimeno. Foto: Francisco Flores.
Ceos Saint Globain 20220810, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El País conversó con dos ejecutivos del grupo de la multinacional Saint-Gobain que vinieron a Montevideo para reunirse con el gobierno.

La multinacional Saint-Gobain, uno de los grupos industriales más grandes del mundo, con más de 1.000 fábricas -200 de estas en América Latina- se marcó la meta global de duplicar su tamaño en tres años. Esta empresa es famosa por haber nacido en el año 1665 como iniciativa de Luis XIV, para impulsar a los artesanos de la época, y cobró fama al embellecer el Palacio de Versalles. Hoy acelera sus planes de expansión en América Latina con recientes adquisiciones en Brasil, México y Perú, entre otros países, incluyendo a Uruguay. El País conversó con dos ejecutivos del grupo que vinieron a Montevideo para reunirse con el gobierno.

La francesa Saint-Gobain anuncia grandes planes para el sector de la construcción en Uruguay, y ya comenzó con la compra de Premezclados Uruguay el pasado 5 de agosto.

Llamó la atención que una multinacional de gran porte haya puesto la mira en una empresa pequeña, pero Premezclados Uruguay es vista por el grupo como una plataforma para otros desarrollos locales de mayor escala.

De hecho, Saint-Gobain se acercó al gobierno uruguayo, por su interés en participar en el Proyecto Neptuno (nueva planta de potabilización y toma de agua, que abarca unos 80 kilómetros de tuberías a base de acero).

El País conversó con Javier Gimeno (CEO de América Latina en la firma) y Mariano Bo (CEO del Clúster Sur en la firma -Argentina, Chile, Perú y ahora Uruguay-), en las oficinas de Guyer & Regules, estudio que los asesoró en la compra de Premezclados Uruguay.

-¿Por qué una multinacional del porte de Saint-Gobain compró Premezclados Uruguay, que factura solo 2,5 millones de euros al año? ¿Qué potencial le ven?

-JG: En efecto se trata es una operación modesta, pero es emblemática porque simboliza el objetivo de Saint-Gobain de introducirse en Uruguay y tener su propia fábrica. La compra de Premezclados Uruguay (con su marca Urumix) no es más que una primera etapa de una larga serie, que debería hacer que en los próximos tres o cinco años Uruguay se convierta en un país mucho más representativo para Saint-Gobain en la región.

-¿Y por qué Premezclados Uruguay, en particular?

-JG: Podíamos haber hecho nuestra propia fábrica, pero preferimos comprar porque nos permite ganar tiempo. Urumix está bien implantada en el mercado uruguayo y eso nos permite acelerar el proceso de expansión de Saint-Gobain en el país.

MB: También nos pareció la mejor opción disponible en el mercado, sobre todo por la visión de su fundador y la dinámica que está mostrando. Nos atrajo la calidad humana de su equipo. A partir de ahí, con la tecnología y capacidad de inversión nuestra, podremos crecer rápidamente, liderando en el sector de la construcción hacia la transición sustentable.

-¿Cuáles son los planes?

-MB: Incrementar sustancialmente la oferta de nuevas soluciones para la construcción orientadas al bienestar. Ampliaremos la cantidad de personal, no podemos dar cifras exactas, pero nuestra aspiración es llegar a un negocio casi 20 veces superior al que hay ahora. Nuestra movida acá será emblemática, esto es un primer paso.

JG: El objetivo es llegar a 50 millones de euros de facturación anual en Uruguay en los próximos tres o cuatro años. Nos parece perfectamente a nuestro alcance. La idea es utilizar esa autopista que significa Urumix para ofrecer otras soluciones.

En un principio se ofrecerán productos fabricados en Argentina, que serán exportados a Uruguay, pero en un futuro próximo localizaremos la producción. Para eso hay un paso previo: que las ventas locales alcancen una talla crítica o volúmenes importantes para justificar una inversión industrial.

-O sea, ¿quieren multiplicar, literalmente, por 20 la facturación anual de la empresa?

-JG: Sí, factura 2,5 millones de euros, que puede llegar a 3,5 millones de euros, esto es extremadamente modesto en la escala de Saint-Gobain, pero la posibilidad de multiplicar por 20, existe.

MB: Lo que pasa es que el mundo de Saint-Gobain es más grande que el de las premezclas con el que estamos entrando a Uruguay hoy y vamos hacia eso.

-¿Cuánto van a invertir para este desarrollo local?

-JG: Probablemente la inversión pura industrial estará en el entorno de US$ 10 millones en los próximos cinco años.

-¿Cómo avanzarán para alcanzar mayor dimensión?

-JG: No descartamos otras adquisiciones en Uruguay, pero aún no podemos hablar de ello.

-¿Cuál es principal desafío que enfrentan acá en este momento?

-MB: Adecuar los edificios existentes. La construcción tradicional es responsable del 40% de las emisiones de carbono. Si queremos alcanzar la neutralidad del carbono para el 2050, tenemos que hacer una adaptación importante de los edificios y empezar a construir con un menor nivel de emisión.

-¿Tienen algún acuerdo con el gobierno uruguayo en esa materia? Lo pregunto porque el gobierno ha propuesto, precisamente, acelerar soluciones habitacionales más accesibles y amigables con el ambiente.

-MB: Todavía no hemos tenido la oportunidad de conversar con el gobierno, porque es muy reciente esta adquisición (de Premezclados) que realizamos, pero nuestros esfuerzos están yendo en ese sentido.

-Entonces, ¿sí tienen previsto algún diálogo con el gobierno?

-MB: Esta tarde (N. de R.: se refiere al pasado miércoles) nos reuniremos con el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini.

JG: Desde luego esa reunión no alcanzará para resolver todos los planteos, sino para sensibilizar. Para acelerar la construcción sustentable, se requiere una evolución de la opinión pública que apoye la utilización de soluciones más sostenibles y es algo que ya se está dando, y se requiere también adecuar el cuadro regulatorio de cada país. Ahí es donde creemos que se puede avanzar. Hay que contar con una política legislativa que especifique soluciones alineadas con la agenda de descarbonización. Por ejemplo, cuando se construye un edificio, se puede exigir un determinado grado de aislamiento de los materiales para que el consumo de energía sea realmente bajo. Pero, si se es menos exigente en los requerimientos de aislamiento, el edificio va a consumir energía en forma más significativa. Y esos temas pasan por una decisión política. Esa batalla es en la que estamos: sensibilización del gobierno en la redacción de las normas técnicas que regulan el mundo de la construcción.

MB: Podemos aportar el conocimiento de otros mercados y proponer marcos que se puedan adaptar a la situación uruguaya.

-¿Qué otros puntos tratarán con el ministro Paganini?

-JG: Hay uno muy importante, que es el proyecto Neptuno. Ese es el proyecto de conducción de agua más importante de inversión pública en Uruguay en los últimos años. Y Saint-Gobain tiene la intención y la voluntad de participar, porque es el principal productor mundial de tuberías de canalización de agua. Ofrecemos grandes tuberías para este tipo de sistemas, somos líderes mundiales en ese segmento y nos gustaría mucho tener un rol principal en el proyecto.

Inversión en innovación como una prioridad

-Uno de cuatro productos que comercializa Saint-Gobain, no existía hace cinco años, ¿cómo enfocan la investigación y desarrollo?

-JG: Tenemos varios centros de desarrollo, los principales son seis. La mayoría está en Europa y Estados Unidos. Tenemos uno en Shanghái, otro en India y en la zona de San Pablo, Brasil. Como media, invertimos casi 500 millones de euros anuales en investigación y desarrollo. Nuestro foco está en innovar permanentemente y en la proximidad a los mercados finales.

Con esto me refiero a que nuestro modelo de negocio no es exportador. Los productos que fabrica Saint-Gobain tienen una logística muy elevada, lo que implica que deben ser entregados en un radio geográfico limitado, fuera del cual perdemos competitividad. Como Saint-Gobain produce con proximidad a los mercados de destino, tengamos muchas fábricas en el mundo.

-¿Cuáles son los productos estrella de la empresa en este momento?

-JG: Hay muchos, pero diría que Saint-Gobain invierte en dos tipos de innovaciones: de proceso, que permiten que la fabricación se haga con utilización óptima de energía, y de productos, que producimos y comercializamos. En ese sentido, destacaría la fabricación del vidrio con base de hidrógeno verde, que es una novedad mundial y ya alcanzó la fase piloto. Otra innovación son los vidrios electrocrómicos, cuyo nivel de transmisión luminosa y energética puede ser modificada por el propio usuario con solo apretar un botón.

Otros temas de agenda en la conversación con el gobierno

La reunión entre el Ministerio de Industria, Energía y Minas (MIEM) y el grupo Saint-Gobain del pasado miércoles fue una conversación abierta para acercar posiciones y visualizar oportunidades en Uruguay, según dijo a El País el CEO de América Latina de la firma, Javier Gimeno.

Por su parte, Bo, expresó: “Venimos a promover soluciones y luego cada país definirá la profundidad y velocidad de la implementación de los cambios que quiera; es un proceso que se está dando en distintas partes del mundo”.

Consultado sobre el plan de construcción masiva de casas de madera que comenzó el gobierno anterior y actualmente acelera el MIEM, Bo afirmó: “La madera es un material que naturalmente absorbe carbono. Se pueden hacer muchas cosas con la madera y la tecnología actual; tenemos soluciones que se adaptan a diferentes experiencias en esta materia y es otro valor que aportamos”.

“Las construcciones de madera pueden ser de alto perfil y también accesibles. En Saint-Gobain tenemos áreas de investigación de las casas abordables, se llaman así porque son de costos modestos, pero que aportan un nivel de confort y sustentabilidad mucho mejor que la casa tradicional. Ese vector lo tenemos abierto y es muy importante para América Latina”, dijo Gimeno.

Respecto a la producción de hidrógeno verde en Uruguay, área en la que también el MIEM quiere profundizar con el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Bo adelantó que “definitivamente” Saint-Gobain puede ser comprador del producto, dado que lo utiliza para la fabricación de sus materiales. “La calidad de los elementos sumada al buen diseño le da mucha sustentabilidad a la construcción con impacto cero”, especificó Bo.

Una empresa como esta, hoy en día con más de 1.000 fábricas y que en el año 2050 probablemente tenga más del doble, debe hacerlas funcionar con un balance final carbono neutro. En ese compromiso solo puede ser alcanzado si el hidrógeno verde forma parte de nuestra matriz energética. Lo necesitamos para nuestros procesos industriales”, agregó Gimeno. Ambos explicaron que la inversión en renovación y regeneración urbana ha sido “brutal” en diversos países a partir de la pandemia, y que son las razones del crecimiento de Saint-Gobain.

“América Latina sufrió un proceso de urbanización muy rápido pero no atendió a los criterios básicos de sustentabilidad y confort. Todo eso precisa ser corregido”, concluyó Gimeno.

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