MEDIDAS

El gobierno de Alberto Fernández en Argentina anunció días atrás que se aumentan los controles al ingreso de mercadería proveniente del exterior, mediante el incremento de productos que requerirán Licencia No Automática (LNA). Esto significa que dependerá del gobierno argentino cuándo se aprueba la importación de ciertos productos.

En el sector exportador uruguayo afirman que la medida del país vecino afecta a la industria local, específicamente al sector de plásticos y autopartes.

Según indicó a El País la gerenta general de la Unión de Exportadores (UEU), Teresa Aishemberg, previo al nuevo gobierno de Fernández, había 1.200 productos a los cuales se les exigía la LNA y con esta nueva medida se suman 300 productos más. Se pasó de un 12% a un 15% del total.

Es así que desde la UEU afirmaron que por lo menos el 28% de lo exportado por Uruguay hacia Argentina ya estaba incluido en las LNA del régimen anterior y con esta nueva decisión se agrega aproximadamente un 6,5% más.

“Con lo cual más de un tercio del comercio bilateral estará afectado por estas medidas”, señaló Aishemberg.

La decisión de Fernández de añadir mayores controles a las importaciones de Argentina responde a su estrategia de levantar a la industria y de cuidar las reservas. Sin embargo, según la gerenta de la UEU, uno de los efectos de esta medida es la disminución del comercio bilateral dado que Uruguay exporta 40% menos a Argentina que lo que lo hacía en el año 2011.

“El comercio con Argentina se va a ver enlentecido casi totalmente”, afirmó Aishemberg y señaló que además de plásticos y autopartes, otros productos afectados serán insecticidas, cacao y queso en polvo.

Fuentes del sector autopartista uruguayo dijeron a El País que la medida del gobierno argentino es “un dolor de cabeza” para las empresas del rubro y que “realmente complica” las exportaciones. Esta nueva medida “nos mata, sinceramente”, indicaron.

La resolución del gobierno de Fernández agregó algunos productos del sector autopartista que no estaban incluidos antes, tales como las instalaciones eléctricas que se hacen en Uruguay y luego se exportan al país vecino, lo mismo ocurrirá con los autos terminados.

Según Aishemberg, las empresas afectadas por esta medida evalúan la posibilidad de redireccionar sus exportaciones al mercado brasileño, mientras que otras “deberán decidir si se arriesgan” a los 90 días de plazo (antes eran 180) que dio el gobierno argentino para gestionar las licencias.

Para el contador y socio de la consultora Cibils Soto Consultores, Marcos Soto, la aplicación de licencias no automáticas “es un tema preocupante” que convierte al proceso de adquisición de bienes al exterior como algo “engorroso” dado que “implica un profundo retroceso al proceso de integración regional y es una medida claramente distorsiva”.

En relación a las implicancias que tiene la medida, Soto dijo a El País que “Argentina como socio ha demostrado ser conflictivo, inestable, y tóxico, y en algún punto le pone techo al bloque en aspiraciones de mayor apertura. Por ello no hay que evaluarlo como algo aislado. Es parte del mismo cuento”.

Por su parte, el director general de Cristalpet, la empresa de fabricación de plásticos, Álvaro Queijo, dijo a El País que la medida “es una traba significativa que impacta negativamente y que genera incertidumbre” dado que “es probable” que a partir de ahora los importadores argentinos recurran a los productos locales.

La medida “parece innecesaria” dijo Queijo porque el rubro de plásticos “no es un sector que exporte demasiado” a Argentina y afirmó que esto “prácticamente pone fin” a las exportaciones de plástico a este destino.