PREVIO A LAS PASO

El segundo trimestre del año tal vez sea el mejor de 2019 para Argentina. Se esperaba que después de un marzo que fue volátil en el mercado cambiario, y que tuvo su consecuente pico de inflación, a partir del segundo trimestre la economía comenzaría a crecer paulatinamente. Iba a ser el comienzo de la salida de la recesión, según los analistas. Los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) lo confirman: un crecimiento interanual de 0,6% del PBI, después de haber caído los cuatro trimestres anteriores.

En la medición desestacionalizada, sin embargo, el segundo trimestre tuvo una caída 0,3% en relación al periodo anterior. En el acumulado del primer semestre, en tanto, la economía arrastra una contracción de 2,5% del PBI.

Tras las PASO, la devaluación del 20% -más brusca que cualquiera de las anteriores de los últimos años-, la aceleración de la inflación y la nueva suba de tasas de interés -llegó a su récord desde 2002- complicaron el escenario y el panorama para lo que resta del año es aún peor. Las consultoras privadas estiman una caída anual de 2,8% y una nueva contracción de 1% del PBI el año próximo.

En concreto, en el segundo trimestre, la demanda tuvo una caída interanual de 18% en la formación bruta de capital fijo, el consumo privado cayó 7,7% y el consumo público, 1,7%. Las exportaciones de bienes y servicios reales, en tanto, registraron un crecimiento de 15%, favorecidas por la mejor cosecha del campo, en comparación al año pasado, en el cual hubo sequía.

En términos desestacionalizados, con respecto al primer trimestre, las importaciones disminuyeron 2,7%, el consumo privado mantuvo su nivel, el consumo público cayó 0,8%, la formación bruta de capital fijo creció 1,5%, y las exportaciones se contrajeron 0,6%.

En el desagregado por sector, en la comparación interanual, las actividades que crecieron en el segundo trimestre fueron agricultura, ganadería, caza y silvicultura (46%); la explotación de minas y canteras (1,1%); transporte, almacenamiento y comunicaciones (0,9%); enseñanza (0,8%); servicios sociales y de salud (0,1%), y el sector hogares privados con servicio doméstico (8,7%).

En tanto, tuvieron una contracción interanual la pesca (-1,7%); la industria manufacturera (-6,7%); el sector electricidad, gas y agua (-6,6%); la construcción (-5,6%); comercio mayorista y minorista, y reparaciones (-9,3%); hoteles y restaurantes (-2,1%); intermediación financiera (-13,5%); actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-2,2%); el sector administración pública, defensa y planes de seguridad social de afiliación obligatoria (-0,1%), y actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-1,7%).

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La recesión de la economía se hizo sentir en el mundo laboral argentino. El desempleo subió un punto porcentual, y alcanzó un 10,6% en el segundo trimestre del año. Los desocupados, si se proyectan los datos oficiales a la población urbana, superan los dos millones de personas. Esto significa que existen hoy casi 250.000 desempleados más que un año atrás.

La tasa de actividad, aquellos que buscan activamente trabajo, pasó de 46,4% a 47,7%, mientras que la de empleo avanzó de 41,9% a 42,6%, lo que implica que la suba de la desocupación estuvo más ligado al estancamiento del mercado laboral en un contexto de necesidad de más ingresos que a la destrucción de puestos de trabajo. La desocupación demandante, aquellos que tienen trabajo pero tienen que completar sus ingresos, aumentó de 16% a 18,3%. La subocupación pasó de 11,2% a 13,1%, según el Indec.

El salto en la tasa de actividad es mucho mas elevado en el caso de las mujeres (pasa de 48,5% a 49,9%) que en los hombres (69,5% a 70,2%). Para especialistas consultados por LA NACION, hubo muchas mujeres que debieron salir a complementar el ingreso hogareño en un contexto de elevada inflación y pérdida de capacidad de compra.