El vestuario y el maquillaje pueden jugar un papel decisivo en una entrevista.

“Escuchar activamente al entrevistador y no interrumpirlo, teniendo en cuenta que es él quien lidera el proceso, responder de forma elocuente a cada uno de los planteamientos y hacer preguntas pertinentes hacen parte del éxito de la entrevista”, comenta Noel González, jefe de Candidato y Pass de Adecco.

En eso coincide Marcela Acero, líder de consultoría de E Hunters. Además, en que una palabra inadecuada puede truncar el camino del entrevistado como aspirante ideal y hacer que sea descartado.

Uno de los errores en los que más se cae es no responder lo que pregunta el entrevistador o evadir la respuesta.

Otro es decir mentiras. Dar respuestas falsas, por mostrar sabiduría o experiencia, podría llevar al postulante a asumir cargos sin contar con los conocimientos ni las competencias esperadas.

Los expertos agregan que está mal hablar peyorativamente de otras compañías y exjefes. El entrevistado debe tener cuidado al contar motivos de retiro o experiencias pasadas.

Asimismo, no debe ser demasiado informal, o decir groserías en una entrevista. A veces el ambiente de una entrevista genera mucha confianza, por lo que el candidato bajo esa premisa baja la ansiedad y utiliza lenguaje inadecuado o coloquial.

Tampoco es aconsejable mendigar por trabajo. “Les ruego mucho que me den la oportunidad, tengo bastantes necesidades”. Frases de ese tipo no son acertadas. Menos aún, presumir: “Soy el mejor en mi área”. Nada de eso juega a favor del candidato, aseguran los expertos consultados por elempleo.com.

Tampoco es bueno hablar en primera persona cuando se relatan los logros alcanzados en trabajos anteriores. Jamás debe mostrarse atrevido o muy galante con él o la entrevistadora: “¿Le puedo invitar a un café al terminar la entrevista?”.

No se le ocurra nunca hacer este tipo de comentarios.

MERCADO LABORALEL TIEMPO/GDA