Publicidad

Cinco señales que demuestran malos hábitos para el ahorro

Compartir esta noticia
Sin dinero

FINANZAS DE BOLSILLO

Descubrí como cuidar tus ingresos y patrimonio para asegurar tu bienestar.

Saber manejar y administrar los ahorros es un punto importante a la hora de organizar las Finanzas Personales. Este punto es el paso previo de la obtención de los ingresos pasivos, aquellos tan necesarios para nuestro bienestar económico y la generación de tiempo de ocio.

En este Finanzas de Bolsillo analizaremos las señales de alarma a tener en cuenta para poder identificar si uno tiene problemas de ahorro y no ha logrado solucionarlo hasta el momento.

Uno de ellos es no saber calcular el ahorro para emergencias. Generalmente uno es consciente de su importancia, pero al igual que la mayoría de las personas, cuesta generar una considerable suma de dinero que actúe como chaleco salvavidas en caso de que se deban cubrir gastos imprevistos.

Lo cierto es que, antes de poner manos a la obra para contar con un buen ahorro de emergencia, se debe aprender a calcular el monto recomendado, partiendo siempre de la situación personal de cada individuo. Esta cifra hará que uno pueda ponerse una meta cierta y realista, que le resulte motivadora para fomentar más adelante esta práctica.

Entonces, ¿cuánto dinero se recomienda destinar a ese ahorro? El monto mínimo que debería constituir un ahorro de emergencias equivale a 6 meses de ingresos presentes, después de un ajuste del 30% en los gastos, que es el que deberás llevar a cabo en una situación crítica.

La cuenta es simple: se debe multiplicar el importe total de tus gastos mensuales por 0,7 y luego se vuelve a multiplicar el resultado por seis. Por ejemplo: si tus gastos mensuales totales son de 25.000 pesos, entonces la cuenta sería 25.000 x 0,7 x 6 = 105.000 pesos de ahorro para emergencias.

Otra señal es no saber diferenciar los activos que se aprecian y los que se deprecian con el paso del tiempo. Es una distinción que cualquier persona debería lograr distinguir desde una corta edad, pero generalmente esto no se enseña en el salón de clase o en las charlas familiares. Existen bienes o activos que con el tiempo ganan más valor, y por otro lado hay otros que se deprecian, es decir, cada vez valen menos en términos monetarios.

¿Cómo nos damos cuenta si un activo se aprecia o deprecia con el tiempo? Básicamente, midiendo su precio de mercado en moneda dura: el valor económico de un bien baja cuando, tiempo después de adquirirlo, sólo lo podemos vender o canjear por menos dinero del que fue destinado en su momento para poder llegar a él. Algunos ejemplos de activos que se deprecian con el tiempo son: autos, motos, ropa, calzado, celulares, computadoras y consolas de videojuegos.

Por otro lado, los ejemplos de activos que se aprecian con el tiempo son los siguientes: acciones bursátiles, criptoactivos, instrumentos de renta fija, inmuebles, terrenos y cocheras. Luego de entender esta distinción, resta revisar la composición del patrimonio individual para conocer cuáles activos son los que se aprecian y los que se deprecian, para luego intentar que en el futuro los primeros sean cada vez más y los segundos desaparezcan.

La tercera señal es no conocer los diferentes tipos de ahorro existentes. Así como sabemos que existen diferentes tipos de ingresos y de gastos, también existen diferentes tipos de ahorro. Es clave conocerlos para fijar objetivos financieros de corto, mediano y largo plazo.

Además del ya mencionado anteriormente “ahorro para emergencias”, podemos distinguir otros tres. Uno de ellos es el ahorro para consumo: esta categoría está asociada al ahorro destinado a la compra de un bien o servicio específico (un celular o auto nuevo, un viaje, etc). Difícilmente este tipo de ahorro hará a la persona más rica, pero por lo menos sirve de entrenamiento para modificar los hábitos de ahorro ya adquiridos y así lograr objetivos más grandes.

El segundo es el ahorro patrimonial. Este ahorro se basa en propiedades, vehículos o cualquier otro bien que esté libre de deudas. En el caso de que exista una hipoteca o crédito prendario, este bien en cuestión no puede llegar a ser considerado parte del ahorro patrimonial, ya que existen deudas sobre él que deben extinguirse. Existen personas que tienen la mala costumbre de intentar aumentar su patrimonio a través de la compra de bienes a crédito. Esta estrategia solo funciona cuando el ingreso crece en forma mensual y permite afrontar intereses y gastos sin endeudarse cada vez más. Si se toma esta modalidad se debe actuar de manera cautelosa, ya que, ante cualquier imprevisto que se presente, toda la estructura de ahorro que haya sido iniciada mediante este medio se puede desmoronar.

El último punto de esta pequeña lista es el ahorro para el retiro. Para lograrlo, cada mes se debe separar un porcentaje específico del ingreso (los especialistas separan por lo menos un 10%) y colocarlo en una cuenta de ahorro e inversión, donde deberá permanecer intacto hasta el momento que la persona decida jubilarse. Esta modalidad se debe trabajar de manera constante para no perder el ritmo y el hábito adquirido, ya que es un proceso que lleva años.

Volviendo a una de las cinco señales de malos hábitos de ahorro, la siguiente en la lista es la batalla entre tu “yo del presente” contra tu “yo del futuro”. Obviamente no sabemos con exactitud qué depara la vida y que ocurrirá más adelante. Tal vez esa sea la razón por la que -desde el punto de vista emocional- nuestra actitud frente al ahorro despierta dudas y temores para llevarlo a cabo.

Esta situación implica una “sobre ponderación del tiempo presente” en aquellos que ven pasar los meses y los años sin poder generar un ahorro; y una “sobre ponderación del tiempo futuro” en quienes atesoran la mayor parte de sus ingresos para otro momento y postergan al extremo el disfrute de los ingresos que generan.

El último punto parte de un pensamiento un tanto pesimista: si gano poco, no tiene sentido ahorrar. “¿Para qué voy a guardar un 10% de mis ahorros si gano tan poco por mes?” Es uno de los razonamientos más comunes que se pueden escuchar. Sin embargo, este argumento no puede sostenerse por sí solo, ya que el arte del ahorro no tiene que ver con cantidades, sino con adquirir un hábito y transformar la conducta diaria incorporando comportamientos y mecanismos de compromiso que llevan a cuidar más el dinero propio. [En base a La Nación/GDA]

En qué invierto, el plazo de inversión y la moneda

¿Cuáles son los puntos claves a tratar antes de pensar en qué invertir mis ahorros?

Si se toma la decisión de invertir, se tienen que determinar algunos elementos, que a continuación serán detallados.

Primero hay que pensar para qué estoy invirtiendo. Puede ser que el objetivo sea el de realizar un viaje, generar un fondo de retiro, comprar una vivienda, comprar un vehículo, mudarse, etc. Difícilmente se ahorre o invierta “porque si”, hay que dedicarle un poco de tiempo a determinar el para qué se está invirtiendo el dinero para determinar luego el cómo.

Luego viene el plazo. Este punto es determinante, ya que definir el objetivo determina también el plazo de la inversión. Invertir para generar un fondo de retiro debería hacerse en instrumentos de largo plazo, mientras que objetivos mas inmediatos como un viaje o la compra de algo en particular requeriría una inversión a corto plazo.

Por último, la moneda. Nuevamente el objetivo es clave para poder determinar en que tipo de moneda ahorro. Si el objetivo es realizar un viaje seguramente lo mejor sea generar ahorros en dólares o euros, ya que son las monedas que tipicamente se usan en los viajes. Por otro lado, si el objetivo es el retiro, y ese retiro es en Uruguay, lo ideal sería invertir en Unidades Indexadas para no especular con el tipo de cambio en el futuro.

¿Cómo cuidar mis ahorros sin caer en tentaciones?

El ahorro, como cualquier hábito, se construye con el tiempo. Una práctica simple que ayuda a mantener esa costumbre es intentar definir un porcentaje del ingreso mensual que debería ser destinado a ahorros, para luego transferirlo a una cuenta de ahorros a principios de mes. De esta manera, uno no ve un excedente de caja en las cuentas que utiliza todos los días y corre menos riesgo de tentarse con gastos por fuera del presupuesto. De todas formas, esta práctica requiere esfuerzo para sostenerla con el paso del tiempo.

Mecanismos para lograr un hábito de ahorro ágil

Para ordenar las finanzas personales y generar ahorros, se pueden utilizar diversas herramientas que generan un incentivo a la hora de cuidar los gastos y guardar una parte del sueldo para el futuro. Una opción es utilizar una planilla de Excel, ya que allí se pueden agregar los estados de cuenta del banco de manera mensual. Así es como uno puede calcular los gastos realizados e intentar disminuirlos para el próximo mes. Otra alternativa sería utilizar una aplicación para la gestión de finanzas personales. En Uruguay existe una app llamada ZetaSoftware. Cuenta con un módulo de finanzas personales gratuito que puede servir de ayuda para organizar gastos y generar ahorros.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

ahorroFinanzas de Bolsillo

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad