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Cigarrillos de contrabando generan evasión de US$ 102:

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Mayoría de estos productos se vende en comercios formales, según estudio.

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Si usted fuma, y fuma cigarrillos de contrabando, es muy probable que la cajilla que tiene en el bolsillo o en algún rincón de la cartera haya hecho un largo viaje desde Paraguay hasta llegar a ese lugar. Los datos disponibles también muestran que para comprar ese paquete de 10 o 20 unidades usted no tuvo que ir hasta una feria o un puesto callejero sobre alguna avenida concurrida, sino que entró a un comercio establecido. De hecho, el 80% de los cigarrillos ilegales que se comercializa en Uruguay se vende en tiendas formales, como kioskos o almacenes.

Estos datos surgen de un informe reciente —"Tendencias y características del mercado de cigarrillos ilegales en Uruguay"— elaborado por el Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo (CIET).

Este trabajo resume la información recabada por una serie de encuestas que se realizan en Montevideo desde 2006 y que para las ediciones de 2008 y 2014 sumaron a otras cuatro ciudades del interior del país: Salto, Rivera, Maldonado y Durazno.

Con esto como insumo, el CIET pudo estimar que en 2014 (último año del que se tiene información disponible) unos 91.000 uruguayos consumían cigarrillos ilegales. Se trata del 15,2% del total de fumadores existentes en el país. Ese año, estas personas gastaron US$ 43 millones en este producto. El estudio también detalla la evasión impositiva que esta mercadería supuso: US$ 74 millones de Impuesto Específico Interno (Imesi) y otros US$ 28 millones de Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo que suma un total de US$ 102 millones que el Estado dejó de recaudar.

A su vez, se calcula el valor total del mercado de cigarrillos ilegales, que en 2014 llegó en Uruguay a US$ 145 millones.

De todas maneras, el estudio marca que tanto el comercio como el consumo de cigarrillos ilegales en Uruguay no han experimentado una tendencia al alza entre los años 2006 y 2014.

¿A dónde hay que ir para comprar esta mercadería? A los mismos lugares que venden productos de tabaco legales. Comercios establecidos —co-mo tiendas de conveniencia, minimercados abiertos las 24 horas y kioskos— son los principales distribuidores de cigarrillos ilegales en Uruguay. Así, alguien entra la mercadería al país de contrabando, que lue-go se distribuye dentro del territorio nacional para que finalmente tiendas formales la ofrezcan a sus clientes. En la vereda de enfrente, las ferias barriales y los puestos callejeros concentran cerca del 20% de las ventas, según el informe del CIET.

Diferencias.

La proporción de los fumadores de este tipo de producto muestra grandes diferencias en función de qué punto del mapa se trate. Así, el peso de la mercadería en negro es mayor en la frontera que en el resto del país. En Rivera, por ejemplo, la cantidad de fumadores que consume estos productos ha crecido en las últimas mediciones: mientras que en 2008 llegaba al 52,1% del total, para 2014 había trepado a 76,5%. De esta forma, los números muestran que tres en cuatro fuman productos de contrabando.

Por el contrario, en Montevideo la participación en el total de fumadores de la mercadería de contrabando era de 8,5% en 2008 y de 11,3% en 2014, bien lejos de los guarismos de Rivera, la ciudad a la que una calle divide de la brasileña Santana do Livramento.

"En la zona fronteriza tenés un problema importante que atender", dijo a El País el autor del trabajo, el economista Dardo Curti, quien agregó que este no es un fenómeno aislado sino que se da en un contexto determinado, marcado por la proximidad con el país vecino (lo que se da de manera todavía más aguda en Rivera, fruto de la existencia de la frontera seca). "En Rivera la gente no solo consume los cigarrillos de contrabando, consume la Coca Cola, las galletitas, el aceite y el arroz", ilustró.

Esto genera, añadió, que la política de encarecimiento de los productos de tabaco que el presidente Tabaré Vázquez desplegó en 2005, ni bien asumió su primer gobierno, no impacte como se desea en esos lugares. "Tu política impositiva está destinada a desalentar el consumo, y en Rivera claramente esa política no tiene efecto porque la gente consume de contrabando, no le encarecés el producto", sostuvo el experto. Si no hay cambios, agregó, esto provocará que en el futuro la prevalencia de tabaco sea de 18% en Uruguay y de 25% o 30% en Rivera. "Se puede generar una desigualdad entre la zona de frontera y el resto del país", sintetizó.

Política impositiva de Vázquez y Mujica.

"La industria tabacalera en todos los países hace lo mis-mo: intenta identificar que cualquier aumento de impuestos de modo automático y mecánico lleva a un aumento del contrabando", dijo Dardo Curti. En el caso de Uruguay, indicó, la evidencia no respalda esta hipótesis.

La información disponible muestra que en 2010 el 13,9% de los fumadores compraba productos de contrabando, y 15,2% en 2014. Estas cifras son cerca de la mitad de las estimaciones que manejan las empresas del sector, indica el estudio del CIET.

La evidencia que surge de las encuestas realizadas sugiere que no hay una asociación lineal entre niveles de impuestos, precios de los cigarrillos legales y comercio y consumo de los ilegales, se sostiene. Además, los datos recabados indican que cuando los impuestos y los precios de los productos legales cambian, los vendedores de los ilegales ajustan sus precios al alza.

El estudio también da cuenta de un cambio en la tributación de este tipo de productos con la asunción de José Mujica, en 2010. Esto mejoró su asequibilidad: un fumador de cigarrillos ilegales tenía un gasto por mes de $ 1.254 en 2010 y de $ 1.098 en 2014 (una caída de 12,4%).

"En el Ministerio de Economía no querían subir el precio por el tema de la inflación, y del lado de la industria (hubo) toda una campaña para evitar el aumento de impuestos diciendo que el contrabando se iba al diablo", comentó Curti sobre el período 2010-2015. Esto terminó con el retorno a la presidencia de Vázquez, que en lo que va de su segundo mandato ya puso su firma a tres decretos (el último de diciembre de 2016) que aumentaron el precio de los cigarrillos. Mujica hizo eso solo una vez, en diciembre de 2014, cuando estaba por dejar la Torre Ejecutiva. En el caso de Nevada, la marca más vendida, su precio ($ 125 la cajilla de 20) se distribuye hoy así: $ 60,05 de Imesi, $ 22,54 de IVA y $ 42,41 el producto, detalló Curti.

UNA PÉRDIDA MILLONARIAMAYTE DE LEÓN

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