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China tiene la computadora más avanzada del mundo

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El país asiático presentó recientemente la Sunway TaihuLight, una máquina capaz de realizar 93 mil billones de operaciones por segundo.

Generalmente, cuando se habla del avance acelerado de la tecnología, el ejemplo favorito es la aviación. En 100 años la velocidad máxima del avión de pasajeros pasó de 200 kilómetros por hora a más de 2 mil, y la capacidad de pasajeros aumentó de 16 a 400.

Hoy en temporada baja, y por US$ 400, se puede cruzar el Atlántico en un día, ida y vuelta. Hace 80 años costaba más de US$ 10 mil actuales, y demoraba más de dos días.

Pero la aviación palidece ante la evolución de la tecnología de las comunicaciones y el procesamiento de datos.

El avance del cómputo.

Pero, para compararlos, se necesita conocer algunos datos referenciales. La computadora trabaja con el sistema binario de ceros y unos, y procesa los datos en cifras en los llamados flops, operación que se usa para procesar números que tienen punto decimal.

Los números enteros se procesan fácilmente con potencias de 10; así, 16 bits nos dan el 65.536 (216), una forma de representar números hasta +-32.762. Para números muy largos o muy pequeños con punto decimal, por ejemplo pi (3,14159?), la codificación es más complicada y es de puntos flotantes, que es similar a la notación científica que se hace con exponentes. Por ejemplo, 6.720 millones en notación científica se escribe 6,72 × 109, y 0,2 se escribe 2 × 10-1. Mientras que un número muy pequeño como 0,00000000751 se escribe 7,51 por 10-9. Estas unidades de programación se llaman flops.

El ingeniero Frank McMahon, del laboratorio estadounidense Lawrence Livermore, inventó el nombre flops (por sus siglas en inglés, que significan operaciones con números flotantes), y megaflops para comparar las supercomputadoras por el número de millones de flops que hacen por segundo.

Esta cifra ha crecido exponencialmente gracias a la Ley de Moore. En 1961 se hubieran requerido 17 millones de computadoras IBM 1620 que costaban US$ 64.000 cada una para conseguir un gigaflop (Gflop).

En el 2000, una sola computadora lo logró por mil dólares, equivalentes a US$ 1.300 de hoy, por Gflop. Diez años más tarde, una computadora de US$ 30 mil, usando chips comerciales, bajó el costo del Gflop a un US$ 0,80 (en valor actual). Hoy día, usando chips comerciales de Intel, el costo por Gflop es de 6 centavos de dólar actual.

¿Progreso chino?

En la conferencia internacional de supercomputadoras de Fráncfort (Alemania), la nueva máquina china Sunway TaihuLight ha sido presentada con una performance de 93 petaflops. Esto es 93 mil billones (1015, un 10 con 15 ceros) de operaciones por segundo. Este rendimiento es el triple de la Tianhe-2, otra computadora china con 33 petaflops.

Aquí cabe mencionar que las supercomputadoras consumen mucha corriente. Los chinos estaban proyectando una computadora en exaflops (un 1018), mil veces más que petaflops. Pero el consumo de corriente equivaldría al de 15 mil casas y la consideran poco práctica. Todo parece indicar que no se construirá.

Hace 15 años EE.UU. tenía la mitad de las supercomputadoras del mundo, hoy tiene el 40%. Europa tiene 105 y Japón se ha quedado tercero. Cabe resaltar que la tercera máquina más potente del mundo ?Titan? tiene 17,6 petaflops y es la supercomputadora norteamericana del Departamento de Energía.

Todo parece indicar que la tecnología ha llegado a un punto en que lo que se gana en velocidad no justifica el enorme gasto en energía que supondría el siguiente paso. Lograr exaflops consumiría la corriente para iluminar 15 mil casas, principalmente para mantener la sala de computadoras fría.

Muchos se preguntan cuál es el objeto de procesar miles de billones de operaciones matemáticas en un segundo. La respuesta es a la vez sencilla y críptica. Se podrá hacer en tres meses un modelo aproximado del clima que tiene millones de variables. Se podrán investigar nuevos materiales y modelar desde procesos físicos hasta estructuras de proteínas. Por otra parte, no se sabe cuáles de estos cálculos resultarán en aplicaciones útiles o susceptibles de ser aplicadas.

Pero así es la ciencia, a veces el trabajo no produce aplicaciones útiles y otras veces el progreso es asombroso. Mientras que el avión ha pasado de 200 kilómetros por hora a más de 2 mil, el petaflops que usamos a diario para calcular estructuras ha pasado de 3 mil millones de dólares a 8 centavos. Por el momento, China está a la cabeza, pero la carrera sigue y todos nos beneficiamos. Entre los resultados tenemos desde Google hasta juegos de violencia.

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