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Cerveza nacional pierde peso respecto a importada

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Desde 2012, la producción local cae año a año. Foto: Archivo El País
Gondolas de supermercados, nota por congelamiento de precios, gondola de bebidas, botella de cerveza, ND 20140318, foto Francisco Flores
Archivo El Pais

Cayó el volumen declarado a la DGI; sindicato preocupado por tendencia.
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Por las gargantas uruguayas pasó el año pasado un volumen de cerveza inferior al de 2015. De hecho, por primera vez desde 2010 se estuvo por debajo de los 100 millones de litros de esta bebida, según datos de la Dirección General Impositiva (DGI) en base a la declaración tanto de productores nacionales como de importadores.

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Esta caída general —el fisco da cuenta de las unidades físicas declaradas para determinar el Impuesto Específico Interno (Imesi)— se explica por la de uno de los dos elementos que conforman el total: la cerveza nacional. Mientras que en 2015 habían sido 88,7 millones de litros de cerveza los que habían tributado este impuesto, un año más tarde esa cifra se contrajo hasta llegar a 72,9 millones de litros. Así, el descenso interanual para el caso de la cerveza producida en suelo nacional llegó a 17,8%.

No se trata, además, de un fenómeno aislado. Desde 2012, y de manera ininterrumpida, la fabricación local de cerveza registra una trayectoria descendente.

En la vereda de enfrente, en tanto, el paladar uruguayo está más ávido por el producto importado. Año a año, desde 2008, se han increcentado los volúmenes que llegan desde el extranjero para ser consumidos en el país.

Durante 2016, según los datos de la DGI, tributaron en Uruguay 20,8 millones de litros de cerveza de fuera de fronteras. Es un salto de 19,5% frente a los 17,4 millones de litros que habían ingresado un año antes.

De todas maneras —y más allá de que viene perdiendo pisada desde hace años— la cerveza producida en el país continúa conservando la porción más grande del mercado: 78% frente a 22% de la importada el año pasado.

Si se suman ambos tipos de cerveza —nacional e importada— el año pasado tributó Imesi un total de 93,7 millones de litros. La contracción respecto a 2015 llegó a 11,7%. Ese año, la cantidad de bebida había ascendido a 106,1 millones de litros.

Para tener una idea de cuánto dinero se gastó el año pasado en cerveza en Uruguay se tomó el precio medio que el producto tuvo durante cada mes del año —según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)— y se multiplicó por la cantidad de litros que tanto la industria como los importadores declararon en cada uno de esos meses. De esta manera, se estima que el tamaño del mercado de esta bebida el año pasado rondó los US$ 248,9 millones.

Con US$ 47,4 millones, diciembre se coronó como el mes de 2016 en el cual fabricantes e importadores declararon más ventas de cerveza a la DGI.

Tendencia.

La gradual pérdida de peso de la cerveza local frente a la extranjera ha prendido una alarma en la industria nacional de este producto.

Mientras hasta hace no tanto la importada era "testimonial" en el mercado doméstico, su creciente importancia despierta hoy preocupación, dijo a El País el histórico dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), Richard Read.

Read es rápido a la hora de enumerar qué factores, a su entender, facilitaron que parte de los consumidores dejaran la bebida nacional y se volcaran a la importada. Por un lado, los años de "bonanza" económica que trajeron consigo más dinero a los bolsillos de los uruguayos para gastar y que jugaron a favor de un cambio en los hábitos de consumo de la población.

Además —agregó con cuidado a la hora de elegir sus palabras— "bajó el nivel de la calidad y el sabor de algunas marcas nacionales". El dirigente gremial se excusó de brindar nombres, pero afirmó que este fue otro de los elementos que explica por qué la cerveza nacional ha perdido adeptos en los últimos años.

Empleos.

Los trabajadores temen que la sustitución de un producto por otro —porque, dice Read, el tamaño del mercado no varió de manera dramática— ponga en la cuerda floja a parte de los puestos de trabajo del sector.

Según estimaciones del dirigente, hoy en Uruguay alrededor de 2.100 personas se emplean directamente en la industria cervecera.

Recordó, además, que el consumo por persona por año en Uruguay oscila entre los 27 y los 32 litros, salvo en situaciones de crisis económica, cuando la demanda desciende. Si estos números no crecen y la importada sigue escalando puestos, hay una "vulnerabilidad" mayor en el terreno de los empleos existentes en el sector, dijo. Desde el sindicato están convencidos que la bebida de fuera de fronteras seguirá aumentando su participación.

Tiempo atrás, cuando comenzaron a observar este movimiento, decidieron negociar con Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC, el mayor jugador de la industria a nivel local, con marcas icónicas como Patricia o Pilsen) para empezar a embotellar en Uruguay la marca Stella Artois. De origen belga, se producía en Argentina y cruzaba al país ya pronta para su distribución.

Después de varios tires y aflojes el sindicato logró su cometido, y esa marca —que ganaba popularidad entre los consumidores nacionales— está próxima a envasarse localmente.

El objetivo del sindicato es que las primeras unidades de Stella Artois embotelladas en Uruguay salgan de la planta de FNC dentro de un mes. Según Read se trata de una conquista "histórica", que busca proteger a la industria y la mano de obra nacional.

Cómo le fue a aguas y jugos en 2016.

Los datos de DGI muestran también el desempeño que tuvieron el año pasado otras bebidas.

Agua mineral y sodas tributó Imesi en 2016 por 342,2 millones de litros vendidos, según las cifras disponibles.

En comparación con el año anterior hubo un crecimiento que alcanzó el 9%. En 2015 habían sido 313,6 millones de litros.

Si se sigue el mismo camino que se usó para estimar el tamaño de mercado de la cerveza, en el caso del agua mineral y sodas ascendió el año pasado a US$ 368,3 millones.

Las bebidas a base de jugo, en tanto, tuvieron un crecimiento explosivo en los últimos años.

Mientras que en 2007 se habían declarado en la DGI 77,3 millones de litros, el año pasado esa cifra llegó a los 206,3 millones de litros vendidos. El salto interanual respecto a 2015 fue de 3,9% en este caso.

Desde 2012, la producción local cae año a año. Foto: Archivo El País
Desde 2012, la producción local cae año a año. Foto: Archivo El País

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