COYUNTURA

"Desde el 2015 el Ministerio de Economía y Finanzas ha largado varios ‘parches’ sobre instrumentos de promoción de inversiones”, extendiendo o aumentando beneficios, pero “la contraparte es casi imposible de cumplir por las empresas”, la frase de Diego Vallarino, investigador en el área de inversiones y asesor de empresas publicada por El País en septiembre pasado, resume lo que sucede con los proyectos de inversión.

Ayer la Unidad de Apoyo al Sector Privado (Unasep) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) dio a conocer los datos de proyectos de inversión presentados para ampararse en beneficios fiscales entre enero y septiembre de este año.

La cifra es gráfica: se presentaron 220 proyectos de inversión entre enero y septiembre de este año, la menor cantidad para ese período desde al menos 2008 (hasta donde llegan los registros de la Unasep, en ese año fueron 253). Esos 220 proyectos, implican 48% menos respecto a igual período de 2018.

En monto sucede algo similar, son US$ 270 millones de inversión presentada entre enero y septiembre el menor valor desde al menos 2008 y una disminución del 80% respecto a igual período del año pasado.

Según el informe de la Unasep, la caída en cantidad y monto de proyectos de inversión se debe al “significativo adelantamiento de inversiones en el año 2018 debido a la entrada en vigencia del nuevo régimen de promoción de inversiones (decreto 143). Lo cual impacta en la menor presentación de proyectos en los meses siguientes”.

Vallarino había señalado en septiembre ante los cambios al régimen en los últimos que esta política “no ha impactado” en una mejora de la inversión y mirando a futuro “no va a impactar” tampoco.

Los números parecen darle la razón.

En esa línea, Tamara Schandy, economista y socia de Deloitte, había dicho en esa misma nota en septiembre a El País que los anuncios del MEF eran “positivos en el sentido del reconocimiento de que el sector empresarial está enfrentando dificultades, pero los efectos serán limitados”.

Según Schandy, las medidas no atacan “el problema de fondo” de la economía, que son “los desequilibrios macroeconómicos, fundamentalmente el atraso cambiario y el desalineamiento entre la evolución de los salarios y la productividad en las empresas”. Este combo manifestó que “afecta la rentabilidad de las empresas y desalienta la inversión”.

Vallarino había señalado que la promoción de inversiones debería apuntar “a impactar en la estructura de costos, más que en la renta”, porque ahí es donde se puede beneficiar “en muy corto plazo a todas las empresas”.

El jefe de la Asesoría Macroeconómica del MEF, Christian Daude, había dicho a El País en esa nota sobre si estos anuncios podrán hacer repuntar la inversión privada, que son “un apoyo adicional a ciertos sectores y para algunos tipos de inversión, que creemos pueden contribuir a una recuperación en lo que queda de 2019”.