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Cambia la marea tras una década de dinero barato

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La Fed sorprendió a los economistas que esperaban alza de tasas. Foto: Reuters
El frontis de la Reserva Federal estadounidense en Washington, ago 1 2012. La Reserva Federal de Estados Unidos renovó el miércoles su compromiso de mantener las tasas de interés cerca de cero por ciento durante un "tiempo considerable" y reiteró su preocupación por la debilidad del mercado laboral, manteniéndose firme ante los llamados a que modifique su política monetaria. REUTERS/Larry Downing
© Larry Downing / Reuters

Emergentes tendrán más dificultades

Los cuatro bancos centrales más grandes reducen la liquidez.

Los inversores han debatido durante años sobre cómo reaccionarán los mercados mundiales cuando la generosidad de los bancos centrales termine inevitablemente con el dinero súper barato. Ahora, la marea de la liquidez está a punto de cambiar y solo hay unos pocos meses para adaptarse.

Los cuatro bancos centrales más grandes del mundo —la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra— han inyectado cerca de US$ 13 billones a la economía mundial desde la crisis del año 2009, aumentando drásticamente sus propios balances financieros.

Los mercados alcanzaron alturas vertiginosas durante la era del dinero fácil, pero la corriente se secará hacia fines de año. Por primera vez desde 2011, se espera que en 2019 los bancos centrales absorban más efectivo del que inyectan.

El BCE dejará de comprar bonos adicionales a fines de este año, y aunque la Fed ha estado reduciendo su cartera durante casi un año, el ritmo al que lo hace se acelerará a partir de octubre, eliminando US$ 50.000 millones al mes de los mercados. Bonos por valor de US$ 470.000 millones saldrán de su balance en 2019.

Después de casi una década de imprimir dinero y con tasas de interés en 0%, el cambio para los mercados será trascendental.

Steve Donze, macroestratega senior de Pictet Asset Management, estima que la liquidez neta mundial bajará en US$ 100.000 millones el próximo año.

Los bancos centrales pasarán de generar medio billón de dólares este año en base anualizada "a cero al final de 2018 y luego negativo el próximo año (...) un punto de inflexión definitivo", dijo. "Eso hace que 2019 sea un año peligroso para los activos financieros", añadió.

Destetar a los mercados del dinero fácil puede ser complicado. El torrente de liquidez impulsó tan alto los precios de los bonos que en muchos países los rendimientos fueron negativos y las acciones han subido durante casi una década.

Las grietas ya están apareciendo en mercados tensionados por la crisis monetaria turca y las disputas comerciales entre Estados Unidos y China. Las acciones emergentes han caído un 20% desde enero y las bolsas mundiales están camino a cerrar con su mayor descenso mensual desde marzo .

Sunil Krishnan, jefe de fondos de diversificados de Aviva Investors, aún no habla del fin del alza de la renta variable, pero ha reducido las colocaciones en acciones y en mercados emergentes.

"Necesitamos pasar por un período de ajuste en términos de confianza y valoración, a una realidad más mixta en que no hay al mismo tiempo recuperación económica y dinero barato", dijo. "Los inversores tendrán que adaptarse en los próximos meses", agregó.

Los mercados emergentes dependen más de la liquidez, especialmente aquellos como Turquía y Sudáfrica, que necesitan capital extranjero. Entre los países desarrollados, Italia se ha beneficiado enormemente del estímulo del BCE, lo que significa que sus mercados de bonos deberían sufrir aún más.

"Cualquier reducción proactiva en el conjunto total de liquidez mundial corre el riesgo de tener un impacto perjudicial en un conjunto muy amplio de economías globales", dijo Rick Rieder, director de inversiones de BlackRock en renta fija global. "Los eventos en Italia de los últimos meses resaltan esa dinámica", concluyó. 

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