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¿La Caja Militar seguirá como un “barril sin fondo”? Lo que dice un informe oficial de su déficit

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Los militares retirados decidirán si presentan recursos contra la reforma. Foto: Fernando Ponzetto

INFORME

La comisión de expertos que analiza la reforma jubilatoria recibió un informe con proyecciones sobre el Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas.

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Uno de los grandes problemas que tiene por delante la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) -que debe elaborar una propuesta de reforma jubilatoria- es definir cómo solucionar el déficit de la Caja Militar. En 2020 el Estado tuvo que poner US$ 406 millones para atender el pago de unas 40.000 pensiones y jubilaciones militares porque los gastos de la caja superan con creces los ingresos. Para tener una idea, el Banco de Previsión Social (BPS) tiene un déficit de unos US$ 600 millones, pero paga unas 800.000 pasividades.

“A efectos de disponer de estimaciones sobre la situación financiera de largo plazo del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas (Caja Militar), se realizó el estudio de valuación actuarial y el análisis de equilibrio de las expectativas individuales”, explicó una nota técnica que recibió la CESS.

¿Qué proyecciones tiene entonces la Caja Militar? “En el caso de los cotizantes, su evolución se mantiene constante en todo el período proyectado (27.045 militares a los años 2025, 2050 y 2100 )”, indicó el informe.

“En cuanto a la evolución del número de retirados, entre 2025 y 2050 disminuyen 6% (baja de 0,2% promedio anual) de 37.615 a 35.352. Este decrecimiento se asociaría a una baja importante del número de retiros del régimen anterior y a que, a su vez, la incorporación de retiros por el nuevo régimen (tras la reforma de 2018) sería paulatina por la demora en cumplir con los requisitos de edad y años de servicios exigidos en el régimen actual”, afirmó.

“A partir de 2050, evolucionan de forma creciente. De comparar el 2100 respecto a 2050, se verificaría un crecimiento del 7% (0,14% promedio anual) llegando a 37.835, debido al aumento de retiros por el cumplimiento de requisitos de la nueva ley”, agregó.

Según el estudio, “en el caso de las pensiones de sobrevivencia, decrecen en el periodo proyectado. Si comparamos los años 2100 y 2025, el número se reduce 62%, equivalente a una disminución de 1,3% promedio anual” al pasar de 14.989 en 2025 a 5.641 en 2100. “Esta evolución se asociaría a las probabilidades de muerte y de generar pensión y a la disminución de aquellas pensiones vitalicias de hijas supérstites”, añadió.

La relación entre activos y pasivos pasa de 0,72 a 0,77 entre 2025 y 2050, para luego descender, llegando a 0,71 en 2100.

“Esto implica que habrá menos de un cotizante por cada retirado”, expresó el informe.

“En cuanto a la variación de las variables financieras del sistema” el informe analiza “ingresos, egresos y el resultado, expresados en términos de Producto Interno Bruto (PIB) para facilitar su interpretación”.

“Los ingresos por aportes crecen en el período proyectado, pasando de 0,20% del PIB en 2025 al 0,28% del PIB en 2100. Es importante resaltar que no se incluye la contribución especial patronal para servicios bonificados, debido a que dicha partida actualmente no se encuentra reglamentada”, expresó la nota técnica.

“Este incremento en los aportes se vincularía en el mediano plazo a la sustitución de los activos del régimen anterior por los del nuevo régimen, los que aportan a tasas personales y patronales superiores (15% y 19,5%) y adicionalmente, a la incorporación de aquellas partidas que antes no se encontraban gravadas. En el largo plazo, se asociaría principalmente al crecimiento del salario por encima del PIB”, explicó.

La seguridad social cada vez pesa más en las finanzas del Estado. Foto: Fernando Ponzetto
Banco de Previsión Social. Foto: Fernando Ponzetto

En tanto, “el ingreso de Rentas Generales disminuye en el mediano plazo. Esta partida cubre el egreso por prestaciones de retiros y pensiones por sobrevivencia que están a cargo de Rentas Generales, las cuales van desapareciendo en el período proyectado, ya que no se generan nuevas prestaciones a cargo de las mismas”, añadió. A 2025 ese ingreso sería de 0,25% del PIB y a 305 prácticamente desaparece (0,01% del PIB).

Así los ingresos totales pasarían de 0,35% del PIB en el año 2025 a 0,25% del PIB en 2050 y a 0,28% del PIB en 2100.

En cuanto a los gastos, “el mayor egreso se asocia a retiros, que se incrementa (partiendo de 0,97% del PIB en 2025) hasta el año 2035, para luego comenzar a disminuir. Dicho aumento se vincularía al crecimiento del número de altas del régimen anterior, que presentan montos superiores a los que se generarían en el nuevo régimen. A partir de este año y hasta 2070, disminuye, para luego retomar su evolución creciente, totalizando 0,95% del PIB en 2100. Este crecimiento del egreso se asociaría no solo al aumento del número de retiros y su permanencia en el stock vinculado a las mejoras en la mortalidad, sino también como producto de la revaluación de las pasividades por salario”, señaló el estudio.

“En cambio, el egreso por pensiones en el mediano plazo se mantiene constante, para luego disminuir, pasando del 0,23% en 2025 a 0,12% del PIB en 2100”, agregó.

“En el total, se estaría pasando de 1,20% del PIB en egresos en 2025 a 1,07% en 2100”, afirmó el informe.

“El comportamiento de los ingresos y egresos constituye, en resumen, un déficit del sistema que pasa de ser 0,83% del PIB en 2025, a 0,85% en 2050 y baja a 0,79% en 2100, lo que debería cubrirse con contribuciones del Estado”, aseguró la nota técnica.

“Es importante resaltar que el déficit en 2100 se habría duplicado de no haberse reformado el régimen” en 2018, añadió.

El “super” beneficio

Una de las razones del déficit de la Caja Militar son las elevadas prestaciones que paga en relación al BPS. Por ejemplo, un soldado de 1a se jubilaba a los 45 años y recibía por el régimen anterior $ 7,55 de jubilación por cada $ 1 aportado como militar. Con la reforma realizada en 2018, pasó a jubilarse a los 48 años y a recibir $ 2,17 por cada $ 1 aportado.

En cambio, en el régimen del BPS, un trabajador promedio recibirá cuando se jubile a los 60 años $ 1,96 por cada $ 1 aportado. En el caso de trabajadores que cobran la jubilación mínima jubilándose a los 65 años, cobra la pasividad mínima que equivale a $ 2,35 por cada $ 1 aportado durante su vida laboral. Un trabajador de ingresos altos en el BPS jubilándose a los 60 años, recibirá $ 0,86 por cada $ 1 aportado.

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