Publicidad

El BCU ya empieza a avanzar en desdolarizar los precios de vivienda, ¿qué pasó?

Compartir esta noticia
Los precios y las comprasventas de los inmuebles en dólares  trasladan esa dolarización al resto de la economía. Foto: Fernando Ponzetto
Obreros trabajando en obra de construccion de un edificio en la ciudad de Montevideo, ND 20210105, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

REUNIÓN

El Banco Central tiene como uno de sus horizontes para este período de gobierno desdolarizar más la economía uruguaya, al entender que es un problema para los hogares, empresas y actividad.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.

El Banco Central (BCU) tiene como uno de sus horizontes para este período desdolarizar más la economía uruguaya, al entender que es un problema para los hogares, empresas y economía en general.

Con ese fin, la semana pasada el presidente del BCU, Diego Labat, el vicepresidente del BCU, Washington Ribeiro y el gerente de Investigaciones Económicas del BCU, Gerardo Licandro, mantuvieron una reunión virtual con el presidente de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu), Ignacio González; el gerente ejecutivo de la Appcu, Aníbal Durán; el presidente de la Cámara de la Construcción, Diego O’Neill y el director de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias, Sebastián Pérez.

En diálogo con El País, O’Neill señaló que el objetivo que plantearon los integrantes del BCU es “mejorar la comunicación con el sector empresarial” para “alinear” expectativas de inflación y contar en qué está el Central en cuanto a la desdolarización de la economía.

En una columna de opinión, la Appcu señaló que la idea del BCU es que los inmuebles se vendan en pesos uruguayos o Unidades Indexadas (UI) a la inflación en vez de en dólares como ocurre actualmente, ya que ello se traslada luego al resto de la economía (vía ahorro en dólares, lo que termina afectando el crédito en moneda nacional).

En ese sentido, O’Neill dijo que uno de los aspectos conversados fue que el Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción (Ceeic) pueda “colaborar” en “analizar” los precios de la vivienda y qué hay detrás de que se fijen en dólares.

En la columna opinión de Appcu firmada por Durán, se señaló que Labat dijo en la reunión que para lograr desdolarizar la comercialización de inmuebles es necesario bajar la inflación a niveles internacionales, es decir por debajo de 5% (estaba en 9,12% en los 12 meses a febrero) y que además se mantenga en esos niveles.

“Estimo que existe un aspecto medular: confianza en el peso para poder cristalizar dicha aspiración” del BCU de que los inmuebles se compran y se vendan en moneda nacional, escribió Durán.

Además, indicó que hay otro aspecto que “fue abordado también por los jerarcas: hay una razón cultural fuertemente arraigada, que determina que el dólar prevalezca en el sentimiento colectivo de la gente (tanto promotor como comprador)”.

En tanto, para el presidente de la Cámara de la Construcción, más allá del aspecto cultural el sector tiene una “gran dependencia del dólar en una serie de insumos”, en su “mayoría importados” y “eso también tiene un impacto a través de la dolarización de los precios de venta” de los inmuebles.

“No creemos que sea solo un problema cultural”, agregó.

Para desdolarizar entonces las compraventas de viviendas “no es sencillo”, planteó O’Neill.

Expresó que en la reunión no hubo ningún planteo de medida por ahora, “más bien la intención de estudiar el problema para ver la forma de caminar hacia una desdolarización”.

Contrato
Firma de contrato. Foto: Archivo El País.

Evaluó en forma positiva que el BCU se haya acercado al sector empresarial para buscar la manera de lograrlo.

En esa misma línea, en la columna de opinión de la Appcu, Durán afirmó que “ni somos escépticos, ni quedamos exultantes. Hay mucho camino por recorrer y el comportamiento de la inflación es determinante”.

Mencionó que Chile “entre el 2011 y el 2020, ha tenido un promedio de inflación de 2,5% anual aproximadamente” y se preguntó retóricamente: “¿cómo no va a vender (inmuebles) en la Unidad de Fomento (nuestra UI?”.

“Aspirar a ello, sería el camino. Hace bien el BCU”, concluyó Durán.

¿Por qué es mala la dolarización?

En un artículo publicado en la revista En Obra de la Appcu, Licandro dijo que “la dolarización de precios de bienes inmuebles incentiva la dolarización de la economía y, como resultado, afecta el crecimiento de largo plazo”.

“En la medida que las familias tienen como principal motivo de ahorro la compra de bienes inmuebles” la dolarización de sus precios “genera dolarización del ahorro”, escribió Licandro. “Ese efecto se ve reforzado por un tema que podemos denominar cultural: como todas las cosas de valores elevados que compramos los uruguayos se expresan en dólares (la mayor parte de los bienes durables), somos incapaces de pensar en grandes sumas de dinero en otra moneda que no sea en dólares, lo que hace que todo nuestro ahorro lo pensemos en dólares”, explicó.

Entonces, “la dolarización del ahorro de las familias, que son uno de los importantes aportantes de fondos en el mercado de crédito doméstico, dificulta el desarrollo de crédito en moneda nacional lo que deja a las empresas uruguayas y a las propias familias sin alternativas de financiamiento al dólar, lo que explica la dolarización del crédito”, señaló el gerente de Investigaciones Económicas del BCU.

La teoría económica señala que la falta de financiamiento en moneda doméstica limita el crecimiento de la economía en el largo plazo. “En el caso de Uruguay hemos identificado que las empresas recurren a muchos cambios en su manejo financiero y de gestión para hacer frente al problema de la dolarización”, indicó Licandro.

Son “ineficiencias que terminan afectando la rentabilidad, el tamaño y el crecimiento de las empresas uruguayas, que terminan afectando el crecimiento de la economía en su conjunto”, explicó.

Alinear las expectativas

Uno de los motivos de la reunión del BCU con las gremiales de la construcción y la Cámara de Industrias fue el de apuntar a “una comunicación más fluida con las empresas para alinear las expectativas de inflación”, dijo a El País el presidente de la Cámara de la Construcción, Diego O’Neill. Es que mientras las expectativas de inflación de bancos y consultoras se van alineando a las del BCU (6,75% a fin de 2022 cuando el Central espera 5,2%), las empresariales están lejos, relató O’Neill que dijeron las autoridades bancocentralistas. En febrero, la mediana de empresarios que participan de la encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas esperaba una inflación de 8,5% para el año móvil cerrado a enero de 2023.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad