COMUNICADO DEL COPOM

El Banco Central (BCU) informó ayer que tras una nueva reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) mantendrá el sesgo contractivo, lo que implica que prioriza un poco más la actividad económica por sobre el combate de la inflación, al igual que lo resuelto en la reunión anterior.

Por otro lado, desde la institución se destacó que durante el trimestre abril-junio, “se observó un cambio de portafolio por parte de inversores institucionales con una mayor preferencia por la moneda extranjera”. Esto provocó “una importante presión compradora en el mercado de cambio durante el mes de mayo”.

Debido a esta situación y con el objetivo de evitar volatilidades excesivas en el mercado, el BCU intervino mediante ventas al contado, ventas a futuro y una operación de recompra de instrumento de regulación monetaria integrada mayoritariamente en dólares.

Solo durante el mes de mayo el BCU vendió US$ 570,8 millones para mitigar el impacto de potenciales volatilidades debido a la preferencia de inversores por la moneda extranjera.

Asimismo, desde el BCU se destacó que el peso uruguayo ha tenido una devaluación mayor en comparación con otras monedas. Según el comunicado de ayer del Copom, “en lo que va del año se ha producido una depreciación de nuestra moneda superior a la registrada para la mayoría de las monedas de economías emergentes”.

Pese a que la inflación continúa desacelerándose, sigue sobre el techo del rango meta del BCU (se ubicó en 7,36% en 12 meses cerrados a junio), y el Copom expresó en su comunicado que el Comité de Coordinación Macroeconómica (CCM) “ratificó el rango objetivo para la inflación de entre 3% y 7% para los próximos 24 meses”.

Entre las características del actual contexto macroeconómico global y regional, el Copom mencionó la “persistencia de medidas proteccionistas” así como también un “elevado grado de incertidumbre”. Esto ha provocado como consecuencia “una reducción de la actividad económica y del comercio internacional, acompañados por una nueva revisión a la baja en las proyecciones de crecimiento a nivel global”.

Por otro lado, un factor que también ha influido es que recientemente autoridades de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos manifestaron que los riesgos globales podrían generar un recorte de tasas de interés en las próximas semanas.

Al analizar lo que ocurre en la región, los integrantes del Copom señalaron que la situación en Argentina continúa -al igual que en el trimestre anterior- caracterizada por la presencia de “desequilibrios macroeconómicos, caída de la actividad económica e inflación persistente”.

Además, analizaron que el proceso electoral que atravesará el país vecino en octubre, es un elemento que ha incrementado la incertidumbre política.

En lo concerniente a Brasil, el comunicado reveló mayor optimismo con respecto a la economía del país norteño al señalar que se observan signos de recuperación y destacó también los avances en el proceso de aprobación de la reforma previsional.

“En este contexto, el nivel de actividad de la economía uruguaya continuó mostrando síntomas de desaceleración”, indicó el comunicado y agregó que “se ha verificado un aumento en las expectativas de inflación, las que actualmente se ubican en 7,66% para el final del horizonte de la política”, agregó el comunicado.

La próxima reunión del Copom será en octubre de este año y según indicó el comunicado, durante ese período el BCU “utilizará todos sus instrumentos disponibles” para poder mitigar los efectos locales de la incertidumbre internacional y regional.