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Los bancos con los peores resultados desde el año 2009

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Bóveda
Bóveda del Banco Central del Uruguay, caja fuerte del BCU, nd 20090416, foto Inés Guimaraens, Archivo El País
Archivo El País

La ganancia fue de US$ 80 millones; en los privados la mitad tuvo pérdidas.

En 2016 los bancos tuvieron los peores resultados desde 2009, con ganancias de US$ 80 millones en su conjunto. Así se "consolidó el proceso de deterioro de la rentabilidad que venía mostrando el sistema bancario en los últimos años", señaló el informe Monitor Financiero de la consultora CPA Ferrere.

"Los resultados de los bancos comerciales totalizaron unos US$ 80 millones en 2016, lo que implica unos US$ 240 millones menos que el ejercicio anterior y constituyen además los peores resultados en términos absolutos desde 2009", afirmó el reporte.

"Las ganancias obtenidas por los bancos comerciales en 2016 determinan un retorno de apenas 3% sobre el patrimonio de los accionistas (ROE), lo que determina uno de los peores años calendarios desde 2004 (junto a 2009)", señaló CPA.

"La rentabilidad promedio de los bancos privados fue virtualmente nula (0,5% el ROE), aunque la mitad de las instituciones registraron pérdidas en 2016", aseguró la consultora. En el Banco República (BROU), el ROE alcanzó a 6%.

"Además del pobre desempeño respecto a años anteriores, los resultados de los bancos se encuentran muy por debajo de las tasas de retorno exigidas por los accionistas para este tipo de negocios (superiores al 15%) y también por debajo de los resultados que muestran los bancos en la región. De esta forma, la baja rentabilidad que muestran los bancos uruguayos constituye una fuente de preocupación que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años", advirtió el informe.

Esta reducción de la rentabilidad se dio a "a pesar del proceso de concentración de la banca muy importante —de 2008 hasta ahora se fusionaron: Santander y ABN-Amro, BBVA y Crédit, Heritage y Lloyds, Scotiabank y Discount— y que el volumen de negocios no ha caído", dijo a El País el socio de CPA Ferrere, Bruno Gili. "Hay problemas en la obtención de márgenes, los costos no han caído sustantivamente en términos relativos a pesar de los procesos de fusión y todo eso hace a un componente más estructural", agregó.

Tras el resultado de 2016 está el hecho de más impuestos y diferencias por tipo de cambio.

"Los bancos comerciales pagaron impuestos por un total de US$ 183 millones, lo que implica un aumento de US$ 91 millones (95% más) en relación a 2015. De esta forma, los impuestos absorbieron el 11% de los ingresos percibidos por los bancos comerciales, cuando un año atrás esta relación fue de 6%", resaltó CPA.

Gili señaló que "ya lo dije hace tiempo: a pesar que el sistema financiero no gane plata, hace que paguen más impuestos por el esquema que tiene. El Impuesto a la Renta grava las operaciones sin considerar los resultados en el extranjero y además hay un Impuesto al Patrimonio que es muy elevado y que cuánto más requerimiento de capital le hace el Banco Central para que los bancos estén más sólidos, tiene que pagar más impuesto". Esto último "es algo contradictorio", añadió.

Por otro lado, "la evolución del dólar tuvo un impacto en los resultados por diferencia de cambio (ganancias o pérdidas que muestran las instituciones bancarias al valuar en pesos sus activos netos denominados en dólares). La apreciación del peso uruguayo a partir de febrero de 2016 generó pérdidas por diferencia de cambios para aquellas instituciones con una posición activa en moneda extranjera", explicó el informe.

"De esta forma, las pérdidas de los bancos comerciales por diferencia de cambios alcanzaron los US$ 45 millones, cuando en 2015 habían registrado ganancias por US$ 250 millones por este concepto. De todas maneras cabe destacar que el deterioro de la rentabilidad se explica por otros factores más allá de la diferencia de cambio", agregó. "El ROE excluyendo las pérdidas por diferencias de cambio se ubicó en torno al 5%" cuando el accionista requiere de un 15%, se explicó.

Otro factor es "el aumento de las pérdidas por previsiones producto del deterioro de la calidad de la cartera y del aumento de la morosidad", señaló.

Gili recordó que "cuando la rentabilidad estaba en 14%, 15% (ROE) decía que había una morosidad extremadamente baja en cualquier ranking internacional y que estaba la cartera recuperada por el BROU lo explicaba. Una vez que no hay más cartera recuperada, que la morosidad está en niveles más razonables, que además hay más requerimiento de capital y que la política fiscal castiga, ganen o no ganen plata los bancos, se produce esta situación de una rentabilidad muy baja".

Una alternativa ya no está. "El camino de seguir fusionándose no parece ser muy probable", concluyó Gili.

Argentinos sacaron US$ 851: en 3 meses

Los depósitos de no residentes (el 72% de argentinos) "experimentaron una fuerte caída en el último trimestre del año 2016, en buena medida vinculada a los movimientos de fondos a causa del blanqueo de capitales" en el vecino país, indicó el informe de CPA Ferrere.

"Los depósitos de no residentes cerraron el 2016 con un saldo de US$ 3.530 millones, muy por debajo de los US$ 4.381 millones registrados a setiembre de 2016. Esta contracción de US$ 851 millones en el cuarto trimestre fue generalizada a nivel de instituciones, aunque se destacó el grupo de bancos privados por contar con una mayor cartera de no residentes en el total de sus depósitos", señaló la consultora.

"El análisis según los montos de las cuentas revela que el 87% de la contracción de los depósitos de no residentes se concentró en cuentas mayores a US$ 100.000. A modo de ejemplo, la caída de las cuentas con saldos mayores a US$ 250.000 fue de US$ 421 millones desde setiembre", añadió.

El socio de CPA, Bruno Gili dijo a El País que "no vemos ningún riesgo en términos de solvencia y liquidez de los bancos. El crecimiento de los depósitos locales ha compensado la caída de los depósitos de argentinos".

De hecho, el saldo total de depósitos del sector no financiero (empresas y familias) en el sistema bancario cerró el 2016 en US$ 30.097 millones, unos US$ 350 millones por encima del cierre del ejercicio anterior. Los depósitos de residentes crecieron en casi US$ 1.400 millones, para totalizar US$ 26.566 a fin de 2016.

En tanto, los depósitos de no residentes "acumularon una caída de US$ 1.044 millones respecto a un año atrás, lo que implica una contracción de 23%. Más de 10.000 cuentas de no residentes fueron cerradas en el último año", agregó CPA. Mientras en 2015, los depósitos de no residentes representaban el 15% del total, el año pasado pasaron a significar el 12%.

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