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El avance silencioso de Tienda Inglesa en los barrios y las condiciones a proveedores

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Expansión: el grupo Tienda Inglesa ya tomó el control de 17 supermercados barriales y según Cambadu tiene previsto continuar. Foto: Darwin Borrelli

COMERCIO

Mientras continúa la negociación de Tienda Inglesa para adquirir Grupo Disco, varias gremiales cuestionan la expansión de la firma asociándose a supermercados barriales.

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Desde hace dos semanas el supermercadismo local está sacudido tras conocerse la noticia que hay una negociación abierta entre el principal accionista de Tienda Inglesa -el fondo estadounidense Goldman Sachs- y el Grupo Disco, propietario de la cadena de igual nombre junto a Devoto y Géant. Esto provocó que salgan diversas voces a pronunciarse, por los efectos que tendría la operación a nivel de concentración de mercado y el poder que daría a los supermercados para negociar con los proveedores.

Según supo El País, la negociación entre ambos grupos continúa en busca de concretar la compraventa en los próximos días, con un pacto de palabra pero todavía deben ponerse de acuerdo en ciertos detalles.

Más allá de cómo termine esta negociación, una de las preocupaciones que expuso públicamente Cambadu -gremial de almacenes y afines- es el avance de Tienda Inglesa a través de la adquisición o asociación con comercios barriales (autoservices o supermercados de pequeña dimensión), junto con que el otro grupo relevante dentro del supermercadismo, Ta-Ta del empresario argentino Francisco De Narváez, se asoció con el mayorista Frontoy.

El presidente de Cambadu, Antonio Ameijenda, dijo días atrás a radio Carve: “Nos preocupa la concentración y el manejo que habrá de la oferta y la demanda de productos para que haya un equilibrio de precios. Cuando hay concentración de poder termina siendo todo más difícil para los fabricantes y consumidores”.

En el mismo sentido se pronunciaron en los últimos días la Cámara Nacional de la Alimentación -que integran panaderos, carniceros, fabricantes de pastas, confiterías y kiosqueros-, la Cámara Industrial de Alimentos (Ciali), la Cámara de Comercio y Servicios (CCSU) y la Confederación de Cámaras Empresariales -que agrupa a 26 gremiales, aunque tres no firmaron el comunicado (supermercados, bancos y broadcasters)-.

La clave detrás de la expansión de Tienda Inglesa es que genera un mayor poder al relacionarse con proveedores, exigiendo que apliquen los mismos beneficios y precios a los locales de la cadena que a los comercios asociados.

Así lo confirma un documento al que accedió El País, donde el “Grupo Tienda Inglesa” se congratula de comenzar el año “continuando” con el “proceso de expansión y crecimiento”, incorporando dos nuevos comercios a la firma. Se trata de un supermercado en Colon que era propiedad del grupo Red Market y pasó el control a Tienda Inglesa el 1° de febrero, y otro en Brazo Oriental que manejará desde el mes próximo y formaba parte del Grupo Grupal -que forman 11 supermercados barriales-.

Desde Tienda Inglesa le piden a los comercios incorporados que comuniquen “esta nueva toma de control a todos sus proveedores”, junto con las condiciones con las que deberán trabajar desde ahora.

Se detalla que si bien “los proveedores deben continuar facturando a la misma razón social” que lo hacen hasta ahora, “deben trasladar las mismas condiciones comerciales que tienen actualmente con Tienda Inglesa”, así como “los plazos y mecanismos de pago”.

Agrega que “Tienda Inglesa será quien se encargará de los pagos”, además de que “toda contraprestación, si la hubiere, por espacio (los supermercados suelen cobrar con mercadería a cambio de ceder lugares preferenciales), etc. se mantiene y la misma se debe agregar a la condición comercial que tienen con Tienda Inglesa”.

En esa comunicación se afirma que las incorporaciones completan “17 supermercados que ya forman parte del Grupo Tienda Inglesa”. Ameijenda había manifestado que en esa cadena “hablan de apoderarse de 60” locales y que según comentaron exsocios de Cambadu que aceptaron la oferta, el acuerdo consiste en ceder por una cantidad de años la administración a cambio de cobrar cada mes un porcentaje de las ventas.

El listado al que accedió El País, muestra que Tienda Inglesa ya tiene bajo su control cinco locales de Super Expres, tres de Super Ariel, dos de Super Del Fuerte e igual cantidad de Super El Tío, junto con otros comercios independientes. Estos supermercados están repartidos por barrios de Montevideo como Malvín Norte, La Teja, Maroñas, Belvedere, Casabó y Sayago, entre otros. Además, hay locales en balnearios de Canelones (Pinamar o San Luis) y en zonas urbanas (Las Piedras).

El dirigente de Fuecys (sindicato del comercio), Washington Beduchaud, trabajador de Tienda Inglesa, señaló que estos movimientos de la firma fueron veloces y “en los últimos meses”, por lo que todavía están procesando la situación.

Nuevo grupo tendría 10.000 empleados

“Hasta la última reunión nos siguen diciendo que no hay información” sobre la compraventa del Grupo Disco a Tienda Inglesa, informó a El País el dirigente de Fuecys (sindicato del comercio), Washington Beduchaud. Explicó que ya hubo contactos entre los cuatro gremios involucrados -Tienda Inglesa, Disco, Devoto y Geant- y se acordó “instalar una coordinadora” conjunta para seguir el tema.

Las cuatro cadenas que formarían un nuevo grupo (si se concreta la operación), superarían los 10.000 empleados, comentó Beduchaud. A esto deberían sumarse los trabajadores de los supermercados asociados a Tienda Inglesa, cuya plantilla depende de la superficie de cada uno, soliendo trabajar “entre 20 y 30 personas”. De hecho, ya hubo inconvenientes por la situación de estos empleados.

“Las coordinadoras de estos súper tenían diversos problemas y les decían (los propietarios) que no los podían resolver porque tenían que consultar con Tienda Inglesa. Mientras que Tienda Inglesa en el Ministerio (de Trabajo) dice que forma con estas empresas un grupo de compra” pero no se hace cargo del personal, contó el dirigente.

El objetivo del sindicato es que “todos los trabajadores del grupo gocen del mismo salario y los mismos beneficios”, teniendo en cuenta que en Tienda Inglesa cobran por encima del laudo y acceden a extras como cuatro boletos al día. “Nuestra idea es hacer un planteo en ese sentido (igualar los beneficios), porque si para los dueños (de los comercios barriales) es negocio también se debe contemplar a los trabajadores”, dijo Beduchaud.

El convenio salarial vigente en el supermercadismo vence en junio y la aspiración “como base es tratar de no perder salario real ni beneficios adquiridos“. Beduchaud anticipa que “si la contraparte se fortalece no será fácil” para el sindicato. “Es un grupo multinacional y no va a venir a hacer beneficencia, van a tratar de mejorar el margen de los accionistas por cualquier lado”, expresó.

Los cambios teóricos en el mercado y los precios

La presidenta de la Comisión de Defensa de la Competencia -órgano desconcentrado del Ministerio de Economía-, Luciana Macedo, dijo que las grandes cadenas de supermercados “tienen gran poder de negociación y aparentemente fijan las reglas” en la relación con los proveedores.

El condicional es porque así lo denuncian los proveedores, explicó ayer a “Las cosas en su sitio” de radio Sarandí. Según la denuncia, “los proveedores se encuentran atados de mano y sometidos a los cambios” que quieren los supermercados.

Uno de los que asegura esto es el presidente de la Cámara Industrial de Alimentos, Fernando Pache, quien expresó al mismo programa que “hoy existe un desbalance de poder en la relación entre proveedores y supermercados”, lo que se acrecentaría con la fusión de las cadenas.

“El supermercado de alguna manera te obliga” a aceptar sus condiciones para venderle, comentó Pache. El empresario había convocado a “concentrarse por rubro y negociar en bloque: los dulces, todos juntos” igual que “los panes, los fiambres, las yerbas”.

Esa acción que buscaría contrarrestar el mayor poder de los supermercados, sería ilegal en función de la nueva ley de Competencia -aprobada el año pasado- ya que hay prácticas prohibidas per se como acordar precios. “Juntarse una cámara (empresarial) para fijar un precio está prohibido por la legislación”, afirmó Sebastián Fleitas, especialista en temas de mercado y competencia.

En su columna en “No toquen nada” de Del Sol, se refirió a los efectos teóricos de las fusiones en los mercados. “La intuición es que si las empresas que se concentran son importantes en el mercado, van a tener la posibilidad de subir los precios más después de la fusión”, sin embargo hay “poca evidencia empírica en Uruguay para entender esto”, sostuvo.

También hay impactos al juntarse dos empresas competidoras en la eficiencia, ya que “pueden usar la misma cadena de distribución y bajar sus costos”.

Otro tema a considerar son “los aspectos verticales” de la cadena, es decir “qué pasa con los proveedores, y si los supermercados tienen más poder de negociación”, pero siempre que “tengamos certezas que hay una afectación de los consumidores”, porque “si no podemos demostrarlo no sería preocupación de la ley de Competencia”, dijo Fleitas.

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