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Del auge a la desaparición física: en venta padrones y planta de la ex Fripur

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Futuro: la planta de la ex Fripur abarca una manzana en la zona de Aguada y según el vendedor, es ideal para un proyecto urbanístico. Foto: Marcelo Bonjour

El punto final

El grupo canadiense que compró la empresa tras la presentación a concurso, ofrece unos 27.000 metros cuadrados de construcciones en la zona de Aguada. La historia de Fripur y su dueño Alberto Fernández, estuvo marcada por las polémicas.

Futuro: la planta de la ex Fripur abarca una manzana en la zona de Aguada y según el vendedor, es ideal para un proyecto urbanístico. Foto: Marcelo Bonjour
Futuro: la planta de la ex Fripur abarca una manzana en la zona de Aguada y según el vendedor, es ideal para un proyecto urbanístico. Foto: Marcelo Bonjour

La que fuera la principal empresa del sector pesquero uruguayo, con más de mil empleados y ventas a los cinco continentes, se apresta a desaparecer físicamente ya que están a la venta casi 27.000 metros cuadrados de construcción pertenecientes a la ex Fripur en la zona de Aguada.

La debacle de la compañía fundada en 1976 comenzó en torno al 2007, cuando surgieron diversos inconvenientes —productos contaminados y embarques bloqueados por parte de la Unión Europea (ver aparte), denuncias sindicales y una retracción de la demanda— que derivaron en dificultades económicas. A julio de 2014, Fripur sumaba deudas por más de US$ 70 millones y solicitó el concurso de acreedores.

Un año después la empresa cerró sus puertas y el procedimiento en la Justicia culminó en 2016 con la venta de los activos al grupo empresarial canadiense Cooke Seafood USA Inc., que ahora comenzó el proceso de venta de los inmuebles.

Se trata de un total de seis padrones independientes con distintas construcciones cuya superficie suma 15.407 metros cuadrados, que podrán ser comercializados de forma individual o en conjunto.

Dentro de los inmuebles se encuentra la planta principal de la ex Fripur, que abarca una manzana —entre las calles Rondeau, Manuel Freire, Cuareim y Francisco Tajes— y cuenta con depósitos, oficinas y cámaras frigoríficas, entre otras cosas.

"Hay padrones que son ideales para algún proyecto residencial, otros para instrumentar algo logístico, y la planta principal para un desarrollo urbanístico", dijo a El País el director de Alto Panorama —empresa encargada de la comercialización—, Andrés Pugliese.

Informó que ya mantuvieron "reuniones locales y en la región" con interesados y se mostró confiado de conseguir "algún inversionista que pueda reconvertir" los predios. Si bien no hay piso para ofertar, Pugliese señaló que podrían adquirirse padrones desde US$ 200.000.

Cuando en 2016 compró la pesquera tras el proceso concursal, el grupo canadiense comunicó que en principio se dedicaría a las tareas de pesca en el mar utilizando los permisos con que contaba Fripur, pero que el proyecto contemplaba sumar más personal y reactivar el trabajo en planta.

El dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma), Carlos Vega, indicó a El País que "la planta debería operar a esta altura con unos 400 trabajadores" según la planificación original, sin embargo continúa con los mismos 100 que se tomaron al momento del traspaso hace más de dos años. Son unos 70 empleados en los barcos de pesca y otros 30 que se dedican a tareas logísticas y administrativas, incluyendo cargos gerenciales.

Desde Cooke no quisieron hacer declaraciones, aunque transmitieron que la empresa "seguirá operando en Uruguay" pero con una menor estructura que la prevista inicialmente.

Según Vega, la empresa decidió no reabrir la planta en Aguada porque "la comuna (Intendencia de Montevideo) por los reclamos de los vecinos la habilitó solo por seis meses y nadie hace una planificación por ese tiempo". Agregó que los hechos fueron "como nosotros decíamos (en 2016): a los canadienses solo les interesaban los permisos de pesca en Argentina y los de merluza y cangrejo acá, y les salió redondo porque la comuna contribuyó para esa idea que tenía la empresa".

Consultado al respecto, el director de Planificación de la Intendencia de Montevideo, Ramón Méndez, descartó esa versión. Sostuvo que "para dar habilitaciones se analiza cada caso concreto y se estaba en un proceso de análisis de la documentación presentada por la empresa canadiense, cuando decidieron retirarse y clausuraron el trámite".

El abogado Francisco Cobas, que integró la sindicatura encargada de la liquidación de Fripur, explicó a El País que el grupo canadiense presentó un plan de negocios pero no tenía obligación de cumplirlo al 100%. A su vez, informó que con la venta de los bienes de la pesquera en 2016 se logró cubrir el 60% de los créditos laborales, y se aguarda un fallo de la Justicia que de ser favorable permitiría utilizar para saldar deudas otros activos que posean los dueños de Fripur —Alberto y Máximo Fernández (fallecido)—.

La multa del MGAP y la banda presidencial

Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Foto: Archivo El País
Foto: archivo El País

A mitad de 2007 Fripur exportó productos a la Unión Europea que los controles detectaron estaban contaminados debido a refacciones edilicias que se realizaron en la planta. Eso junto a irregularidades en otras empresas llevó a que el bloque continental suspendiera por dos meses el ingreso de pescado uruguayo.

Luego en 2010 hubo embarques de Fripur que fueron rechazados por Rusia e Italia por contaminación, y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) aplicó una multa de US$ 2.300 a la empresa tras comprobar que adulteró la fecha de elaboración y vencimiento de productos de exportación.

Esa escasa multa en asociación con la cercana relación que unía al entonces presidente José Mujica con el empresario Alberto Fernández —dueño de Fripur junto a su hermano Máximo— provocaron una investigación de la Justicia, que archivó el caso en 2011. El propietario de la firma pesquera fue quien pagó a la congregación de las Hermanas Oblatas la confección de la banda presidencial que usó Mujica en su asunción (luego el Estado le restituyó el dinero), así como también donó US$ 15.000 para la ceremonia de traspaso de mando y en varias ocasiones le prestó su avión privado al expresidente, según dio cuenta el portal Sudestada.

El año pasado y tras que el Parlamento pida ayuda al Ministerio del Interior para dar con su paradero, Alberto Fernández se presentó ante la comisión investigadora sobre la financiación de las campañas de los partidos políticos y se declaró "mujiquista". Dijo que sus aportes fueron "a título personal" y sin recibir nada a cambio, e indicó que no recordaba la multa aplicada por el MGAP. Además, sostuvo que la deuda de Fripur se produjo por problemas de mercado.

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