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¿Se aporta más como trabajador de lo que se cobra como jubilación o menos? Estudio lo revela

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Situación actual marca que se está lejos del equilibrio entre los aportes realizados en la etapa laboral y la jubilación percibida. Foto: Estefanía Leal
Jubilados y pensionistas acudiendo al edificio sede del Banco de Prevision Social, BPS, en su entrada sobre la calle Colonia, en plena pandemia de coronavirus Covid19 en Uruguay, en Montevideo, ND 20201211, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

INFORME

Una nota técnica que recibió la Comisión de Expertos en Seguridad Social que analiza la reforma jubilatoria, muestra cuál es la relación entre aportado y percibido.

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Mientras corren los 90 días que tiene la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) para presentar una propuesta de reforma jubilatoria, la misma sigue recibiendo notas técnicas sobre la situación y proyección del sistema.

La nota “Equilibrio individual del sistema de reparto de Banco de Previsión Social (BPS), analiza el mismo con los “ingresos y egresos a partir de las tasas de aporte (personal y patronal) y reemplazo (el porcentaje del salario que se cobra como jubilación) legales. A esta relación la llamaremos ‘relación prestaciones/aportes’ e implica calcular el cociente entre el valor actual de las prestaciones sobre el valor actual de los aportes de modo tal que, si el resultado del cociente es mayor a uno, el trabajador recibe prestaciones por encima de lo aportado y si es menor, recibe prestaciones inferiores a sus aportes”.

Una de las frases más expresadas por los uruguayos es que se aporta más de lo que se percibe luego como jubilación. Este trabajo que recibió la CESS busca conocer cuán así es.

Para calcular esta relación entre lo aportado como trabajador y lo percibido luego como jubilación “se supone una única edad de inicio a la actividad a los 20 años; la movilidad salarial utilizada es la movilidad promedio de afiliados dependientes; se utilizan tablas de mortalidad específicas dinámicas para el colectivo amparado por BPS; se considera como un recurso propio de cada afiliado el aporte patronal realizado por su empleador y el análisis solo considera el aporte afectado al régimen de reparto y las prestaciones del mismo (es decir, no la parte que va la AFAP)”.

“El sujeto representativo que utilizaremos en este análisis es un individuo con una densidad de cotización de 75%, es decir, que desde los 20 años (edad de inicio en la actividad) hasta el momento del retiro, aportó un 75% del tiempo, movilidad salarial promedio de los trabajadores dependientes. Se considera un sueldo inicial de $ 19.000 y un promedio salarial durante toda su vida de $ 45.000” y cuyo 50% de los aportes van a la AFAP, indica el informe.

A su vez, el análisis dice que la persona “pertenece a la generación que alcanza los 60 años en 2020, por lo que tendría las mejoras de mortalidad correspondientes a dicha generación”.

El informe señala que primero se estudia “a partir de los parámetros actuales del sistema (tasa de reemplazo y tasa de aporte) cuál es la relación prestación-aporte, esto es, cuánto recibiría (de jubilación) por cada peso aportado”.

¿Cuáles son entonces los resultados? “Un hombre que se retira a los 60 años recibiría $ 1,69 por cada $ 1 aportado y una mujer a la misma edad percibiría $ 2,13 por cada $ 1 aportado”, indica la nota técnica.

Si el hombre se jubilara a los 63 años percibiría $ 1,59 por cada $ 1 aportado, y la mujer $ 2,02 por cada $ 1 aportado.

Si se retirara a los 65 años, el hombre percibiría $ 1,53 por cada $ 1 aportado y la mujer $ 1,96 por cada aportado.

Si se jubila a los 67 años el hombre recibe una jubilación de $ 1,46 por cada $ 1 que aportó durante su vida laboral y la mujer $ 1,90 por cada $ 1.

Por último, jubilándose a los 70 años el hombre cobra una pasividad equivalente a $ 1,31 por cada $ 1 que aportó mientras trabajaba y la mujer $ 1,74 por cada $ 1.

Pesos uruguayos. Foto: Archivo El País
Pesos uruguayos. Foto: Archivo El País

“La relación es mayor para las mujeres, lo que se vincula a la mayor esperanza de vida del sexo femenino. De incluirse en el análisis las pensiones por sobrevivencia, la brecha entre sexos sería menor, debido a que las mujeres presentan una probabilidad de generar pensión más baja”, aclara el trabajo.

“Se puede observar, además, que a medida que se posterga la edad de retiro, la relación prestación-aporte disminuye. Esto se asocia a que las mejoras en la tasa de reemplazo vigentes (el porcentaje de sueldo que se percibe como jubilación aumenta a medida que se difiere el retiro) generadas por el diferimiento en la edad de retiro no compensan el mayor tiempo de cotización y el menor de cobro de la prestación”, añade.

En base a esos datos, “si bien existen diferencias según la edad de retiro y el sexo, en todos los casos el afiliado recibiría un nivel de prestaciones que se encuentra por encima de lo que aportó. Se debe tener presente que si se considerara la prestación de jubilación por causal invalidez y la pensión por sobrevivencia, la relación resultante sería superior”, afirma el estudio.

“Desde el punto de vista del trabajador, las jubilaciones que cobraría durante su vida son mayores a los aportes que realizó (considerando tanto los personales como los patronales)”, concluye.

Tasas de aporte lejos de financiar pasividad
El BPS lleva gastados unos US$ 860 mil en custodiar el complejo. Foto: Leonardo Mainé

“Las tasas de aporte o de reemplazo no se diferencian por sexo, por lo que tiene sentido analizar esta relación, pero utilizando en su cálculo una tabla de mortalidad unisex en la que se considera la mortalidad masculina y femenina en forma conjunta”, dice el estudio.

Así, si se analiza en forma conjunta, una persona que se jubila a los 60 años percibe $ 1,96 por cada $ 1 aportado durante su vida laboral. Si se retira a los 65 años, la jubilación equivale a $ 1,82 por cada $ 1 aportado y si lo hace a los 70 años la relación es de $ 1,61 percibido por cada $ 1 aportado en su etapa laboral, explica la nota técnica.

Entonces, “un afiliado que se retira a los 60 años recibiría por concepto de jubilación casi el doble de lo aportado, y si se retira a los 70 años, un 60% más de lo aportado”, afirma.

“Otra forma de visualizar la existencia o no de equilibrio es estimar dentro de la ecuación de ingresos y egresos la tasa de aporte necesaria para financiar las tasas de reemplazo legales vigentes”, señala el estudio.

Actualmente, la tasa de aporte patronal es de 7,5% del salario (algunos sectores tienen tasas mayores) y la tasa de aporte patronal “necesaria para financiar las condiciones actuales jubilatorias para un sujeto representativo que se retira a los 60 años es de 21,92%. Si se retirara a los 70 años, la tasa de aporte necesaria sería de 16,71%”, arroja el análisis.

“Para financiar la diferencia, el sistema recurre a la financiación mediante impuestos y asistencia financiera del

Estado”, dice el estudio.

“Se puede concluir que, con las tasas de aporte actuales afectadas al régimen de reparto, el sistema no logra financiar las jubilaciones con las tasas de reemplazo vigentes”, expresa.

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