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Ancap trabaja en una nueva cobertura de precio de crudo

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El “seguro” permite atenuar el riesgo de una suba en el valor del petróleo.

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En Ancap trabajan en el diseño de una nueva cobertura del precio del petróleo para luego de junio cuando venza la que está vigente, dijeron a El País fuentes de la petrolera estatal.

Para ello, se conformó un grupo dentro del ente encargado de definir los detalles. También cuenta con apoyo técnico del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

La cobertura actual comenzó en junio del año pasado, es para seis millones de barriles por un período de 12 meses —cerca de la mitad de las compras que realiza el ente en ese período— y se activa si el precio promedio del barril de petróleo en ese lapso supera los US$ 55 (siempre y cuando el gobierno tome la opción).

Hasta el momento el precio del crudo ha estado por debajo o en línea con ese límite. Por ejemplo, en diciembre el barril Brent —de referencia para Ancap— se promedió a US$ 54,92, en enero a US$ 55,45 y en lo que va de febrero a US$ 55,99.

Por este "seguro" de precio, el gobierno paga una prima de US$ 15,7 millones al Banco Mundial con quien contrató la denominada "opción call asiática". Eso implica que el comprador —que en este caso fue el MEF— adquiere el derecho aunque no la obligación de comprar el petróleo a ese precio. La modalidad asiática indica que el precio utilizado se obtiene mediante el promedio aritmético de una secuencia de precios del activo (en este caso el crudo).

Las fuentes del ente dijeron que la característica del nueva "seguro" a tomar en junio sería similar y que podría contratarse con el Banco Mundial u otra institución u organismo.

Con este mecanismo no se busca "ganar" dinero, dijeron las fuentes, sino que ayuda a atenuar el impacto de un aumento significativo en el precio del petróleo sobre el resultado fiscal y la economía (al evitar o limitar un traslado de ese aumento a los combustibles). Por eso se dice que es como un "seguro".

Cuando se presentó el acuerdo con el Banco Mundial en junio pasado, el director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, Herman Kamil, había dicho que la cobertura "busca proteger a la economía de la volatilidad" del precio del barril de petróleo y "comprar certezas".

A su vez, había señalado que esto se enmarca dentro de una estrategia definida por el gobierno para que las empresas públicas "mitiguen y reduzcan su vulnerabilidad ante eventos extremos".

El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar había dicho en entrevista con El País que "el contar con instrumentos que le permiten manejar esos riesgos a los países es algo sumamente valioso".

La anterior ocasión donde se contrató un seguro de precio de petróleo fue en 2009, pero hay diferencias con el contrato actual y el nuevo a realizarse. Una diferencia es que en 2009, el seguro contratado con el banco Citi establecía una banda que iba de los US$ 54 a los US$ 90. Si el precio del petróleo estaba por encima de los US$ 90 el banco pagaba la diferencia y si estaba por debajo, era Ancap la que tenía que pagar al banco. Como el petróleo bajó a US$ 40 por la crisis internacional, la cobertura terminó siendo muy onerosa para el ente.

La otra gran diferencia con el contrato actual con el Banco Mundial, es que ahora es el MEF quien tiene la opción de hacer uso de la cobertura o no, mientras que en el contrato con el Citi tanto una parte como la otra estaban obligadas a ejercerla.

Costos.

Hace una semana comenzó la parada técnica de la refinería de Ancap en La Teja, la que durará hasta el 1° de junio según está previsto. Según había estimado la presidenta de Ancap, Marta Jara el costo será de unos US$ 50 millones.

Durante ese tiempo, el ente debe importar directamente los combustibles.

"Es un evento costoso porque se concentran muchos gastos de mantenimiento, más el costo de los trabajos y la importación de los destilados que normalmente producimos. Tener la refinería parada implica un mayor costo para satisfacer la demanda de combustibles y otros productos", dijo Jara ayer en una entrevista publicada en el diario La República.

Eso, junto a otras razones, hace que esté "muy lejana la posibilidad de bajar los combustibles", había dicho Jara semanas atrás en entrevista con El País.

En esa ocasión, adelantó que "el balance (de Ancap) no está auditado, pero el resultado será equilibrado. La gestión ha hecho toda la autoayuda posible. Las variables macroeconómicas fueron favorables. Esto nos permitió emprolijar las cuentas y fortalecer el patrimonio".

El aumento de 8% que vino de Economía.

A diferencia de lo que sucede desde hace al menos 12 años, en el reciente ajuste del precio de los combustibles en enero, Ancap dejó de informar cuál es su valor de referencia para el petróleo y el dólar. Anteriormente, el precio de los combustibles se definía en base a eso, entre otros factores.

Fuentes de Ancap dijeron a El País que en esta ocasión se habían proyectado los flujos de fondos del ente y en base a eso estaba la propuesta de ajuste en el precio de las naftas y el gasoil. Luego, señalaron los informantes, apareció el informe del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que indicaba que el aumento debía ser del 8%, aunque sin mayores explicaciones de cómo se había llegado a ese porcentaje.

En diálogo con El País el pasado 12 de febrero, la presidenta de Ancap Marta Jara dijo que el ajuste partía de la base de que no se aumentaban los combustibles desde octubre 2015, por lo que "no es una suba en términos reales" (ya que la inflación en ese período fue igual: 7,97%).

La consultora SEG Ingeniería realizó un análisis sobre cómo está compuesto el precio de un litro de nafta Súper 95 y de un litro de gasoil. En el primer caso, la mayor parte del precio corresponde al Impuesto Específico Interno (Imesi) con 44,7%. En el gasoil, los impuestos (en este caso el IVA) implican el 18% del precio.

Como dato curioso, a una estación de servicio le deja más margen vender un litro de nafta que uno de gasoil: 11,3% del precio de la nafta y 8,7% en el caso del gasoil.

PARADA DE REFINERÍA PEGA EN EL PIB

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