Daba pérdidas ejercicio tras ejercicio

El final del negocio de bebidas alcohólicas y perfumes del ente.

"Con el cierre de CABA termina un ciclo de 87 años de Ancap en el mercado de bebidas alcohólicas", así anunció ayer en su cuenta de Twitter, la presidenta del ente estatal, Marta Jara, respecto al fin de las operaciones de CABA Sociedad Anónima (SA).

La empresa fabricaba y comercializaba bebidas alcohólicas (whisky Mac Pay, Espinillar, entre otros), productos de cuidado personal (como los perfumes Alma Mía) y artículos de ferretería.

En 2016, tras constatar pérdidas en sus últimos ejercicios (en 2017 fueron US$ 372.340) y tras la decisión de centrarse en los negocios industriales, el directorio de Ancap determinó el cierre de su subsidiaria CABA y anunció que mantendría la comercialización de sus productos industriales a través de Alcoholes del Uruguay (ALUR).

El año pasado, la petrolera estatal anunció un llamado a licitación pública para la venta del 100% del paquete accionario de CABA SA (en lo referente a bebidas y otros) y fijó un valor para el pliego de US$ 5.000.

Sin embargo, dicho proceso resultó desierto, con lo cual se dejó de producir en la mayoría de las áreas y se dio inicio a las conversaciones con el sindicato para negociar la desvinculación del personal.

"La empresa se encuentra actualmente en un proceso de liquidación", se manifiesta en la página web de Ancap. Mientras que algunos productos pasaron a ser distribuidos por ALUR, la distribución de lubricantes a mayoristas pasará a estar gestionada en manos de Ducsa.

Para Jara, este es el fin del ciclo de Ancap en el mercado de bebidas alcohólicas y al respecto señaló en su cuenta de Twitter que la historia de Caba "contó con el fuerte compromiso de sus trabajadores, dejando una huella en la identidad nacional y un rico patrimonio".

Sobre este punto, el pasado 18 de junio Jara visitó junto a la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, la planta de CABA ubicada en el barrio Capurro.

En ese momento la presidenta de Ancap sentenció que las obras de los arquitectos Eladio Dieste y Rafael Lorente, son "joyas que hay que recuperar" y que el cierre de este ciclo implicará la llegada de nuevas oportunidades. En esa misma línea, la ministra Cosse sugirió la posibilidad de que el legado de los arquitectos signifique la propuesta de un desafío para poder construir la "industria del futuro".