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Airbus y Boeing lanzan su duelo con una sucesión de anuncios

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Boeing. Foto: Pixabay

Los dos grandes rivales mundiales de la aviación comercial, el estadounidense Boeing y el europeo Airbus, se lanzaron hoy a una sucesión de anuncios en su particular duelo con ocasión del arranque del Salón Aeronáutico de Le Bourget, que se celebra esta semana al norte de París.

El primero en abrir la competición, y con contundencia, fue Boeing, al dar a conocer su proyecto del 737 MAX 10, su nueva versión ampliada y renovada de su familia estrella de aeronaves de pasillo único, que pretende competir de forma directa con el A321neo de Airbus, que está teniendo un gran éxito.

El 737 MAX 10 podrá ofrecer hasta 236 plazas, gracias a un fuselaje que se ha ensanchado en 66 pulgadas con respecto a su versión anterior y que celebró su debut público en esta 52 edición de Le Bourget, el certamen más importante del sector aeronáutico mundial, aunque su explotación comercial no comenzará hasta 2018.

El constructor estadounidense avanzó que ya hay diez clientes que le han encargado más de 240 unidades de este aparato, que, según su versión, reducirá los costes operativos por asiento para las compañías en un 5 % si se comparan con lo que proponen "sus competidores", es decir, Airbus.

La ofensiva por parte del fabricante europeo llegó de la mano de su avión gigante A380, del que no consigue vender casi ninguno desde hace años y en el que introducirá una serie de innovaciones para mejorar su aerodinámica e incrementar el número de asientos.

Se trata, sobre todo, de incorporar unas extensiones en los extremos de las alas, optimizar el mantenimiento que tienen que realizar las compañías y realizar ajustes en la cabina para añadir 80 plazas suplementarias (su número subiría hasta 575).

Todos esos elementos sumados deben permitir disminuir en un 13 % los costes operativos por asiento.

La nueva versión, bautizada "A380plus", pretende evitar tener que proceder a una muy costosa renovación (un A380neo), que pasaría en particular por nuevos motores, y busca sacar a su avión gigante del parón de ventas que sufre.

Desde el anterior Salón de Le Bourget, que se celebró hace ahora dos años, Airbus únicamente ha inscrito dos encargos por cinco unidades, pero al mismo tiempo ha encajado anulaciones para otros cinco, de forma que el balance en este tiempo ha sido nulo.

Ante esa sequía de pedidos ya ha tenido que proceder a varias reducciones de la cadencia de producción y, si las cosas siguen así, no serán las últimas: ha entregado 213 de estas aeronaves gigantes y sólo le quedan por poner en manos de sus clientes 104.

Boeing y Airbus llevaron su particular pulso en esta primera jornada de Le Bourget al terreno de los nuevos contratos, con estrategias diferentes.

El grupo estadounidense dio a conocer un variopinto ramillete de contratos que incluía encargos ya anunciados, pero también memorandos de entendimiento que no son compromisos firmes y que, si se sumaran, superarían muy ampliamente los 20.000 millones de dólares de ingresos.

Airbus dio a conocer dos encargos, uno con GECAS -filial del gigante estadounidense General Electric- para la venta de 100 unidades de su renovada familia de aviones de pasillo único, los A320neo, y otro con ALC para 12 unidades del A321neo.

La inauguración del salón corrió a cargo del presidente francés, Emmanuel Macron, que hizo un gesto más que simbólico de apoyo a Airbus y a la construcción europea con su aterrizaje en Le Bourget a bordo de un avión europeo de transporte militar A400M.

El A400M, que se ensambla en la planta que Airbus tiene en Sevilla, aunque sus componentes llegan de otras factorías del grupo por toda Europa, ha encadenado desde su lanzamiento diferentes problemas que se han traducido en sucesivos retrasos y lo han convertido hasta el momento en un fiasco financiero.

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Boeing. Foto: Pixabay

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