En ese país se puede depositar en comercios desde US$ 2.

La Asociación Nacional de AFAP (Anafap) —que nuclea a las tres administradoras privadas: Sura, Integración y Unión Capital— tiene desde hace tiempo el objetivo de fomentar un mayor ahorro voluntario entre sus afiliados, es decir que los trabajadores destinen una porción extra de sus ingresos (aparte de los aportes obligatorios) para incrementar su futura jubilación.

En busca de eso, ven en México un modelo a seguir: en aquel país se vienen desarrollando una serie de reformas y proyectos impulsados por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para Retiro (Consar) —un organismo desconcentrado de la Secretaría de Hacienda, que funciona como regulador del sistema de Afore (las AFAP mexicanas)— para fomentar el ahorro entre la población e incorporar en ese proceso las nuevas tecnologías.

A través de una aplicación para celulares los trabajadores mexicanos pueden afiliarse o cambiarse de administradora de fondos, ver su estado de cuenta, abrir una cuenta asociada para su hijo —que podrá retirar el dinero cuando cumpla 18 años o transferir los fondos para su futura jubilación— y saber cuál es el comercio más cercano habilitado para realizar depósitos.

Esa red de tiendas y comercios abarca más de 6.600 locales permitiendo depósitos desde US$ 2. También se construyó un expediente electrónico mediante identificación biométrica (rasgos físicos distintivos de cada persona) donde se centraliza la información sobre los aportes de cada trabajador.

"Poco a poco se va moviendo la conducta de ahorro cuando ofrecemos una opción para depósitos que es fácil y gratuita", explicó el vicepresidente de Operaciones del Consar, Carlos Trujillo, que dio una charla ayer para ejecutivos de las AFAP y hoy se reunirá con autoridades del Banco Central (BCU) —regulador del mercado de AFAP.

El jerarca destacó que este proceso de adaptación a las nuevas tecnologías fue impulsado por el gobierno desde la Consar, pero recibió el apoyo de las administradoras de fondos que pueden ofrecer más servicios a sus clientes, y de los comercios que lo ven como una forma de promocionarse —incluso la ley mexicana permite a las tiendas (no a las Afore) dar premios por el ahorro voluntario o realizar promociones. Los asistentes a la charla compararon lo ocurrido en México con el proceso de inclusión financiera en Uruguay.

Luego de estas innovaciones, en México se cuadruplicaron los niveles de ahorro voluntario en cuatro años y creció 77% la cantidad de depósitos en el último año respecto al anterior. Pese a los avances, Trujillo señaló que solamente tres de cada 1.000 afiliados han hecho algún tipo de aporte por fuera del obligatorio.

A nivel local el ahorro voluntario es escaso —solo el 0,2% del total de afiliados realizó algún depósito extra según un estudio de Anafap de 2016— y las AFAP pretenden algunos cambios para empezar a fomentarlo, como que puedan hacerse retiros parciales de ese dinero previo a la jubilación y que no esté doblemente gravado (paga IRPF como salario y el IASS como pasividad).

Consultado por El País sobre la experiencia mexicana, el presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, dijo que "la posibilidad de implementar algo similar en Uruguay está, porque la tecnología puede extenderse y los costos han bajado", aunque marcó que la autoridad reguladora debería buscar "consensos para usar las mismas plataformas y que no sean esfuerzos individuales".

A su vez, pidió trabajar "para hacer una opción atractiva" de ahorro voluntario para los afiliados y planteó que se podría "adicionar ese aporte extra enseguida en la cuenta individual para que la persona vea cómo se incrementa su futura pasividad". Esto último actualmente no es posible porque "no se comparte la información entre las diferentes partes del sistema" lo que impide proyectar la jubilación de cada trabajador.

EL SISTEMA PREVISIONAL BAJO LA LUPA