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El acuerdo entre Uruguay y Brasil que favorecerá el clima de negocios

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El canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa saluda a su colega brasileño. Foto: EFE

RELACIONES COMERCIALES

Efectos del acuerdo para evitar doble imposición tributaria

Las relaciones comerciales, el intercambio y las inversiones entre Uruguay y Brasil podrían verse impulsadas tras la firma del Convenio para evitar la Doble Imposición (CDI) en materia tributaria entre ambos países.

El acuerdo firmado semanas atrás por el canciller Rodolfo Nin Novoa y su par brasileño, Ernesto Araújo, forma parte de una segunda etapa, tras la firma en el año 2012 del acuerdo que habilitó el intercambio de información tributaria.

En líneas generales, el acuerdo habilita la eliminación de la doble imposición en materia de impuestos sobre la renta y sobre el patrimonio. Según explicó a El País, Marcos Soto, socio en la firma Cibils - Soto Consultores, para el caso de Brasil, el acuerdo abarca el Impuesto Federal a la Renta y la Contribución Social sobre el Beneficio Neto (un instrumento que oficia como complemento al impuesto a la renta).

En tanto, en el caso uruguayo, el convenio abarca el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE), a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF), a la Renta de No Residentes (IRNR), el Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social (IASS) y el Impuesto al Patrimonio (IP).

“Indudablemente este instrumento favorece el clima de negocios entre ambos países. Marca reglas de juego más claras y eficientes para desarrollar emprendimientos y fortalecer vínculos económicos”, manifestó el socio de Cibils Soto.

Además agregó que es “un complemento imprescindible para aspectos vinculados con el comercio, ya que si una misma operación es tributada dos veces, en general perderá interés económico”.

En línea con esto, Eliana Sartori de la consultora PwC dijo que “eliminar la doble imposición, derriba una barrera para el intercambio comercial.

Por otra parte, el acuerdo regula temas vinculados con las utilidades empresariales, el pago de regalías, dividendos, honorarios profesionales por servicios técnicos, intereses, ganancias de capital y servicios personales independientes y dentro de la relación de dependencia, por actividades desde un país al otro.

Rubros con potencial.

Los rubros que podrán verse beneficiados son variados, pero se destacan los servicios, las telecomunicaciones y el turismo.

Es que conforme al socio de Cibils Soto, “hoy exportar servicios a Brasil (por parte de las empresas uruguayas) resulta prácticamente una quimera” ya que “cada vez que la empresa brasileña paga hacia Uruguay le recaen una serie de impuestos locales en cascada que hacen inviable la operación. Este acuerdo viene a moderar esos costos tributarios”, explicó.

Según agregó, el acuerdo es “un gran logro” de la Cancillería uruguaya y destacó que la llegada de inversiones brasileñas (o de grupos internacionales con intereses en el país norteño) pueden verse impulsadas a partir de este pacto.

Los turistas tendrán descuentos en gastronomía y alquiler de inmuebles o autos. Foto: Fernando Ponzetto
El turismo es uno de los rubros que podrán verse beneficiados. Foto: Fernando Ponzetto

Solo entre 2012 y 2016 llegaron a Uruguay desde Brasil, cerca de US$ 2.000 millones en Inversión Extranjera Directa (IED), posicionándose como uno de los principales orígenes.

En esta misma línea, Sartori, manifestó que el acuerdo “proporciona un marco más adecuado para la protección y promoción de las inversiones” y dijo que si bien estas están condicionadas por múltiples factores, ante dudas sobre garantías o estabilidad, “el convenio actúa como red de seguridad”.

Respecto al modelo planteado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el acuerdo entre Uruguay y Brasil lo respeta aunque innova y se aparta en algunos puntos, como en los servicios técnicos.

El acuerdo favorece al clima de negocios “protegiendo al inversor de cambios drásticos o periódicos en la legislación local que eleven significativamente las tasas de retención, que son altísimas en Brasil”, concluyó Sartori desde PwC.

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