La construcción podría terminar este año con una contracción de la actividad, aunque ésta sería menor a la que experimentó en 2016. Esta es la principal conclusión de la última edición del Índice Líder de actividad de la Industria de la Construcción (ILIC), elaborado por el Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción (CEEIC).

En enero el indicador experimentó una mejora, debido a que la mayoría de sus determinantes "mostraron señales más favorables" que en diciembre, indica el informe divulgado ayer.

Cómo variaron en el último mes los determinantes del indicador provocaron una "leve mejora" en sus valores. Pese a esto, sus variaciones continúan en el terreno negativo, aclara el trabajo.

En este escenario, se espera una "contracción tendencial" de la construcción, que oscilará entre 4% y 5% para 2016, y que será menor en 2017.

En concreto, las variables nacionales que releva el ILIC tuvieron una evolución "positiva" en la mayoría de los casos. Por otra parte, durante el mes de referencia las señales que llegaron desde la región fueron "menos negativas" que anteriormente.

Los costos asociados a la construcción fueron lo único que, a nivel doméstico, no jugó a favor de la mejora del indicador. En la vereda de enfrente, aumentó la producción de cemento y cayó la tasa de desempleo.

En tanto, si la lupa se pone en la región, hubo una desaceleración de la caída de la actividad de la construcción en Argentina. Esto contrasta con "las sistemáticas y significativas contracciones que registró a lo largo de 2016", especifica el trabajo del CEEIC.

Por otra parte, la inflación medida en dólares arrojó señales negativas, lo que marcó un cambio de tendencia, puesto que desde marzo del año pasado había impactado de manera positiva en el indicador.

El ILIC se define como una herramienta que "permite estimar la trayectoria tendencial del nivel de actividad de la industria de la construcción, transmitiendo una señal de su tasa de crecimiento de mediano plazo depurada de eventos puntuales".

SEGÚN EL ILIC