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Generación fotovoltaica y el hidrógeno en el horizonte

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Jorge Dosil

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El sector privado aguarda por definiciones desde el gobierno.

El futuro crecimiento proyectado de la energía solar fotovoltaica acompañado por el desarrollo progresivo del hidrógeno como “combustible” alternativo, son los próximos desafíos del sector y que ya está en la agenda del mundo académico y el ámbito empresarial.

Bajo el impulso de una política de Estado, desde el año 2010 se llevó adelante la primera licitación por 150 megavatios (MW) de generación eólica hasta cerrar una primera etapa con la adjudicación de 950 MW en 2012. Luego UTE desarrolló otros 500 MW. Actualmente en energías renovables no convencionales hay una potencia disponible para el sistema eléctrico de unos 2000 MW a través de la generación eólica (1500 MW), solar fotovoltaica (250 MW) y biomasa (200 MW). En tanto, para el período 2020 - 2030, de acuerdo con estimaciones del presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, se proyecta incorporar al sistema 900 MW de energía solar fotovoltaica y 400 MW de generación eólica. También una segunda planta de celulosa de UPM, puede llegar a aportar energía, a partir de la biomasa.

INVERSIÓN

 En apenas ocho años, la política energética del Estado captó un monto de inversión por US$ 3500 millones, de los cuales un 70% tiene su origen en el sector privado y un 30% corresponden a emprendimientos públicos para llevar a cabo los parques eólicos de UTE.

El ingeniero Jorge Dosil, presidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (Auder) y jefe de Generación Eólica de UTE, en diálogo con El País sostuvo que existen favorables perspectivas para el futuro crecimiento de la generación de energía a partir de fuente solar fotovoltaica.

Actualmente UTE tiene solo proyectos experimentales en Salto y en el Parque de Vacaciones en Minas con una potencia instalada de apenas 750 kW, mientras que a nivel privado, hay 250 MW instalados y vendiendo energía eléctrica al sistema.

La ley de promoción de inversiones, a través de la Comap, ha incentivado el desarrollo de proyectos de energía renovables no convencionales, bajo el impulso de exoneraciones fiscales previstas en los decretos de promoción.

Para Auder, “la experiencia ha sido exitosa porque Uruguay tenía condiciones excepcionales para la introducción de energías renovables no convencionales, las autoridades lo entendieron, el sistema político lo apoyó, y se tuvieron los liderazgos para llevarlo a cabo. Se ha logrado una matriz eléctrica 100% renovable, el costo de abastecimiento de la demanda eléctrica está estabilizado, lo que antes era un factor de incertidumbre permanente para Uruguay”.

En tanto, los excedentes de energía han generado exportaciones de 1000 GWh en 2017 por US$ 150 millones; el año pasado fue algo menor como consecuencia de los efectos de la sequía en el Río Negro en el primer semestre.

DESAFÍOS

 A futuro, el sector privado también cumplirá un rol protagónico ante los nuevos desafíos que presenta el sector energético. “Hacia adelante nos encontramos con el desafío de descarbonizar toda la matriz energética y es ahí donde la movilidad eléctrica es clave”, dijo el presidente de Auder.

A nivel del servicio de taxi, el objetivo es alcanzar el 10% de la flota eléctrica para el año 2020 en Montevideo, que son unas 300 unidades.
Mientras tanto, la Dirección Nacional de Energía impulsa un proyecto para incorporar cien ómnibus eléctricos para el transporte colectivo de pasajeros en todo el país.

También “es altamente conveniente” pasar las flotas de vehículos utilitarios a la movilidad eléctrica; “se obtienen ahorros significativos en los costos operativos, inclusive los incentivos fiscales regulados por la Comap son muy importantes”.

HIDRÓGENO

Sobre la mesa de análisis también está a consideración un proyecto sobre el desarrollo de combustibles basados en hidrógeno. “En movilidad eléctrica, en el transporte de pasajeros de larga distancia y el transporte pesado de cargas, la batería no compite con el hidrógeno por tamaño y peso de las mismas, sumado al tiempo de recarga”, indicó Dosil.

En el sector privado hay interés en participar del desarrollo del hidrógeno como combustible alternativo en el transporte de larga distancia, carga pesada y trenes.

En tanto, se espera por la puesta en marcha de un plan piloto del hidrógeno. “Hay que considerar en detalle la generación, almacenaje y distribución del hidrógeno a partir de la puesta en marcha de un plan piloto que esperamos sea anunciado en los próximos meses por las autoridades”, señaló el entrevistado.

Para el presidente de Auder, el sector privado “está en condiciones de invertir en distintos componentes de la cadena de producción y distribución, como el desarrollo de una red de estaciones de abastecimiento del hidrógeno, hay empresas representadas en Uruguay que ya dan este servicio en Europa.

“La infraestructura de Ancap es ideal para la introducción del hidrógeno, inclusive en la mezcla con gas natural. A partir de las últimas declaraciones, y el haber organizado un seminario de hidrógeno en noviembre de 2018, todo indica que este sea un objetivo estratégico de la compañía estatal”, dijo el presidente de Auder.

“El hidrógeno es un elemento autóctono, que nos permite una soberanía energética total, es una tecnología segura y 100% limpia, esperamos se concrete un proyecto nacional con participación de todo los actores alineados, como ocurrió con el muy exitoso proyecto eólico uruguayo, concluyó.

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