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Las fortalezas y debilidades que hereda el nuevo equipo económico

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Azucena Arbeleche, asesora económica de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto

ANÁLISIS

Especialistas en economía evalúan los desafíos que debe afrontar el próximo gobierno liderado por Luis Lacalle Pou. Bajar el déficit fiscal, más competitividad y empleo son señalados como prioridad.

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El próximo 1° de marzo asumirá el nuevo gobierno de coalición encabezado por Luis Lacalle Pou, del cual se espera —según un reciente informe de la consultora FocusEconomics— que esté “listo para impulsar los esfuerzos de consolidación fiscal” que no pudo lograr en los últimos años el Frente Amplio.

Con el objetivo de analizar los principales desafíos, fortalezas y debilidades con que asume el nuevo equipo económico del gobierno electo, El País consultó a 12 analistas que mencionaron factores como el déficit fiscal, el desempleo y la falta de competitividad como los principales retos. Del lado opuesto, un sistema financiero sólido e inversiones productivas ya cerradas para el próximo período son algunas de las ventajas.

Erika Chaben del Centro de Economía del IEEM resaltó que ya se registró un cambio previo a la asunción del nuevo gobierno con respecto a la anterior administración: el compromiso asumido de disminuir y mejorar la eficiencia del gasto público, además de la determinación y promesa electoral de que el ajuste se realizará en el sector público y no en el privado a través de impuestos.

Pese a que de acuerdo con los anuncios de la futura conducción económica el énfasis estará en la contracción del gasto público, para Gabriela Mordecki del Instituto de Economía (Iecon) “hay que cuidar” que dicha retracción “no impacte negativamente en el crecimiento económico” del país, dado que podría ocurrir que “el efecto de la caída del gasto” se compense con “caída de la recaudación y perder el efecto buscado”.

Como otros de los puntos a atender, Mordecki señaló que “hay que ver cómo se va a desarrollar la próxima ronda salarial” y analizar cuáles serán las pautas que sugiera el Poder Ejecutivo. “Esto podría representar un cambio con respecto a lo que ha sucedido en los últimos 15 años, en los que el salario real ha aumentado”, manifestó.

Para que el próximo equipo económico pueda llevar adelante las promesas hechas en campaña, según Hernán Bonilla del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), “es clave topear la ejecución de gastos no sensibles desde el 1° de marzo y realizar un análisis exhaustivo de cada dependencia pública” con el objetivo de encontrar oportunidades de ahorro “que deben existir luego del incremento formidable del gasto público de los últimos 15 años”.

Asimismo, Bonilla manifestó como “indispensable” mejorar la eficiencia de las empresas públicas, la introducción de una regla fiscal y la reforma del sistema de seguridad social en términos de mediano y largo plazo.

Con esto último estuvo de acuerdo Matilde Morales de la consultora PwC, quien además resaltó que el nuevo equipo que manejará el Ministerio de Economía deberá poner énfasis en mejorar la competitividad, la inserción internacional y los bajos niveles de inversión.

Azucena Arbeleche, Luis Lacalle Pou, Beatriz Argimón y Pablo Bartol. Foto: Fernando Ponzetto.
La promesa del próximo gobierno fue bajar el déficit fiscal mediante la reducción del gasto público. Foto: Fernando Ponzetto.

DEBILIDADES
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La situación fiscal con la que asumirá el gobierno entrante es “problemática en dos sentidos” según Rafael Paganini del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve). En primer lugar y en el corto plazo por el “abultado déficit fiscal” que heredará, y en el largo plazo por la “insostenibilidad del sistema de seguridad social”.

A la situación fiscal, el economista Javier de Haedo le suma como otra debilidad el “atraso cambiario” de Uruguay dado que es un “país muy caro en dólares con relación a la región” y el resto del mundo.

En opinión del economista Pablo Moya de la consultora Oikos, la principal debilidad es la “baja competitividad por los altos costos de producción” así como la “desmejora de los indicadores del sector público que podrían generar la pérdida del grado inversor”.

LA VIABILIDAD DE LOS DESAFÍOS

Los caminos para hacer el ajuste

Durante la campaña electoral, las declaraciones del nuevo gobierno sugirieron que la reducción del déficit fiscal no se haría a través de suba de impuestos, sino del gasto estatal. Para Rafael Paganini de Cinve, “si se evita cortar gastos en áreas sensibles de la política social, el camino más atractivo es avanzar en eficiencia del gasto y gestión de los organismos públicos”.

Sin embargo, “la viabilidad de obtener mejoras de gestión del gasto estatal es difícil de evaluar a priori, y es posible que las reducciones del gasto innecesario no se den, o no tengan la magnitud suficiente”. En ese escenario, “es posible que se use la política salarial, conteniendo el incremento del Índice Medio de Salarios y los incrementos salariales nominales de los funcionarios públicos”.

Aldo Lema de Vixion Consultores y Marcelo Sibille de KPMG coincidieron en la debilidad que supone el déficit fiscal existente y enfatizaron además en lo negativo de la presión actual de las tarifas públicas. “Están por encima de los parámetros regionales y restan competitividad al aparato productivo”, dijo al respecto Lema, y añadió que “impiden una gran reactivación y deprimen el empleo”

En el caso de la consultora Exante, Florencia Carriquiry manifestó que el principal desafío económico debería ser lograr que la economía retome niveles de crecimiento más vigorosos, de al menos el 3% anual, y señaló que una debilidad es el nivel de crecimiento de los últimos cincos años que “no es aceptable ni compatible con las expectativas de la sociedad”.

LA VIABILIDAD DE LOS DESAFÍOS

Señales de una "frágil coalición"

Según Marcelo Sibille de KPMG, “hasta el momento, algunas señales políticas indican que el escenario de gobernabilidad entre los cinco partidos que representan la coalición es frágil, y podría romperse antes de que finalice el periodo de mandato”.

Agregó que “ante este riesgo de luna de miel corta, no debería sorprender que las principales medidas económicas que requieran aprobación parlamentaria, estén incluidas en el proyecto de ley de urgente consideración que pretende impulsar el presidente electo”. Por su parte, el economista Aldo Lema indicó que el próximo gobierno debería encarar los desafíos “en forma rápida y contundente”. Sin embargo, indicó que “es muy probable que sea gradual y moderado”.

Mientras que Santiago Rego de CPA Ferrere explicó que desde el punto de vista macroeconómico, una de las debilidades es el hecho de que la inflación esté por encima de la meta propuesta por el gobierno (entre 3% y 7%) ya que culminó el año en 8,79%.

“Es un tema que sigue en el debe”, mencionó Rego y añadió que “es necesario” implementar una agenda procrecimiento y que impulse la productividad.

la viabilidad de los desafíos

Reformas cruciales a largo plazo

Menos urgente a corto plazo pero crucial a largo es —según Santiago Rego de CPA Ferrere— definir una agenda procrecimiento, que requiere reformas estructurales en las empresas públicas, regulación y competencia, inserción internacional y apertura de mercados, e impulso de la productividad. Estas deberán asegurar un crecimiento en torno al 3% a partir de 2021-2022.

“Sin avances en estas reformas, y dado el contexto internacional es difícil que se vuelva a crecer arriba de 3% en los próximos tres años”, dijo. El 2020 estará marcado por un rebote del Producto Interno Bruto (PIB) por UPM, siendo clave para Rego “empezar lo antes posible una agenda de reformas que haga de este impulso inicial un proceso de crecimiento más sostenido”.

FORTALEZAS:

Desde Equipos Consultores, Soledad Castagna afirmó que la principal fortaleza con la que asumirá el nuevo gobierno es que Uruguay “se ha consolidado como un país sólido en términos macroeconómicos”, siendo “políticamente estable, económicamente predecible” y “preferido por los inversores del exterior para radicarse con inversión directa o para financiar al país mediante la compra de deuda”.

El mejor perfil de la deuda y su menor dolarización son, según Aldo Lema, de las principales fortalezas del país junto con la mayor diversificación comercial y financiera.

Resaltan el buen manejo de la deuda y la estabilidad política, financiera, social y jurídica

Además de la estabilidad política y jurídica, desde Exante afirmaron que la solidez financiera de Uruguay, en términos de liquidez (disponibilidad de reservas) y de estructura de su endeudamiento público, es otra gran fortaleza del país.

Desde CPA Ferrere coincidieron en la ventaja por el buen manejo de la deuda pública y enfatizaron la importancia de que el país haya reducido las vulnerabilidades financieras, la mayor resistencia a los shocks regionales y un repunte de la actividad asociado a la nueva planta de UPM y las obras de infraestructura que el próximo gobierno hereda.

Según el director del CED, otra fortaleza importante es la posición de reservas internacionales y la capacidad de Uruguay de acceso al crédito a nivel internacional, en un contexto de baja de tasas de interés. 

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