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¿Uruguay es un país caro o es una "sensación térmica"?

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Foto: Ariel Colemgna

FINANZAS DE BOLSILLO

Analistas responden esta cuestión y explican las razones a nivel macroeconómico.

Un comentario típico de un uruguayo que regresa al país es lo "caro" que lo encuentra. Otra escena habitual es ver que alguien que estuvo de viaje en el exterior se queja de los precios y cuenta que visitó tales ciudades de Europa o América y le resultaron más baratas que Uruguay. Todo eso forma una opinión general de que el país es "caro" y genera cierto fastidio en la población.

Pero esta sensación: ¿tiene un sustento técnico-económico detrás o responde meramente al habitual pesimismo que domina las mentes uruguayas? Economistas consultados por El País coincidieron en aclarar que no necesariamente lo que observa un turista estando algunos días en un destino tiene correlación con la realidad económica y que esa percepción puede estar relacionada con la inflación momentánea de cada país. Aunque explicaron que yendo a una mirada más profunda, Uruguay es un país caro en dólares en el análisis comparativo con el resto del mundo y sufre un atraso cambiario que confirma la "sensación térmica" de la gente.

El director de Economía de Equipos Consultores, Alejandro Cavallo, dijo a El País que "efectivamente, quienes viajan al exterior (en particular a países desarrollados) tienen la sensación que Uruguay es caro porque ven en dichos países que los precios de bienes y servicios son similares a los nuestros (o menores en algunos rubros) lo que no es la situación habitual cuando nos comparamos con Estados Unidos o Europa".

Agregó que la situación respecto a la región "no es tan llamativa, primero porque los precios parecen estar más parejos, y segundo porque a diferencia del caso anterior no tenemos diferencias tan importantes de ingresos".

Por su parte, la integrante del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Gabriela Mordecki, precisó que notar a Uruguay como un país caro "es una percepción que tiene que ver con algunos precios en particular que se miran (por parte de los turistas), pero no con la canasta en general". Explicó que también incide en la percepción "el nivel de ingreso de los ciudadanos de un país", que determinan el acceso o no a determinados productos.

El economista y socio de Deloitte, Pablo Rosselli, remarcó que desde un punto de vista macroeconómico hay consenso entre los analistas acerca de que "Uruguay se encuentra relativamente caro medido en dólares".

La evidencia para esa afirmación surge "de los indicadores mensuales de competitividad que se calculan teniendo en cuenta el tipo de cambio e inflación en los distintos países", que revelan que Uruguay "está caro en una perspectiva histórica y eso es consistente con que las personas cuando viajan al exterior encuentran que los precios locales son caros respecto a otros países o que en aquellos lugares donde uno espera encontrarse con precios muy caros no lo sean tanto".

Causas.

Que el país esté caro frente al resto del mundo responde, según Rosselli, por un lado en el frente externo al "retorno de capitales a los mercados emergentes (como Uruguay)" que llevó a una baja del dólar —"llegó a valer $ 32 en marzo del año pasado y hoy está en $ 29", señaló—; y en el plano interno a factores como la suba del gasto público, la política monetaria contractiva —que implica disminuir la oferta de dinero y la utilizó el Banco Central (BCU) para combatir la inflación— y el aumento de los salarios en términos reales.

Cavallo indicó que "una explicación sencilla" al fenómeno en cuestión "es que estamos caros porque nuestros vecinos están caros, es decir importa- mos inflación en dólares y te-ner vecinos caros" ha llevado a Uruguay a estar en la misma situación.

El analista de Equipos también valoró como importantes las causas domésticas mencionadas por Rosselli y añadió una: "aumentos de productividad mayores en el sector transable (aquel cuyos productos se comercian con el exterior) en los últimos años (por ejemplo en el agro) que en el no transable (como el sector público) que llevan a presiones bajistas sobre el tipo de cambio".

El economista de Oikos, Pablo Moya, centró su análisis de las razones por las que Uruguay está caro, en la inflación y señaló que tanto en los bienes transables como los no transables "para la fijación de precios es importante la estructura de costos y allí radica uno de los principales factores de por qué somos caros: la provisión ineficiente (desde el punto de vista económico; es decir de baja calidad o a mayor precio) de bienes y servicios por parte del sector público en monopolio (luz, agua, telefonía fija, combustibles, infraestructura vial) así como la carga tributaria nacional y municipal represen- tan un punto importante en la estructura de costos de las empresas".

Como factores a tener en cuenta pero de menor relevancia, Moya mencionó que "la provisión de los principales bienes exportables (alimentos) tienen precios elevados" que impactan sobre el resto de la economía, y el déficit fiscal que lleva al BCU a emitir para financiarlo y "genera una mayor presión sobre los precios".

Para Mordecki, la inflación a nivel local "se vincula con la escala (pequeña de Uruguay), que implica que algunos precios de bienes o servicios sean más caros". Añadió que "hay razones de disponibilidad de materias primas, como el caso de los combustibles, y también de que el mercado de trabajo en Uruguay tiene mayor formalidad que en otros países emergentes, y eso implica un costo" que pagan los consumidores.

El índice Big Mac, un buen indicador comparativo.

Los economistas consultados coincidieron que el Índice Big Mac que publica semestralmente la revista británica The Economist es un buen indicador de precios relativos entre países y revela el atraso cambiario de cada nación. Esta medición inventada en 1986 se basa en la teoría de la paridad de poder adquisitivo, según la que a largo plazo los tipos de cambio deberían ir hacia una tasa que igualaría los precios de una canasta idéntica de bienes y servicios, que para este caso se reduce a la hamburguesa que elabora McDonalds. La última edición del índice conocida en julio de este año, marcó que el dólar en Uruguay está por encima de su nivel de "equilibrio" en términos de largo plazo, con un peso uruguayo "subvaluado" 14,6% frente a la divisa (es decir que el dólar vale más de lo que debería). Para alcanzar ese equilibrio el billete verde debería valer $ 24,53 y cuando se hizo el relevamiento costaba $ 28,71. El economista Aldo Lema mencionó otra forma de medición relativa de precios que son las canastas implícitas del Fondo Monetario (FMI) que permiten calcular los datos a paridad de poder de compra entre países, y revela que Uruguay está por ejemplo 33% más caro que Chile (un país de similar PIB y por ende acorde para la comparación). Agregó que "lo caro de Uruguay" en muchos casos "es más acentuado en los (bienes) transables", que en teoría "deberían valer relativamente lo mismo en países como Chile y Uruguay, y sin embargo artículos electrónicos, electrodomésticos o autos son significativamente más caros aquí".

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