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Los distintos tipos de deuda y cómo mejorar las finanzas

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Deudas. Identificar su tipo, conocer el total, saber cuánto se paga de intereses y evaluar si hay opciones más baratas son claves para no desesperar. Foto: AFP.
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Identificar qué obligación se contrae, es la clave para no perder el control.

La ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte, especialmente a las conclusiones", la frase pertenece al conductor radial y escritor argentino, Alejandro Dolina y sirve para hablar de la deuda.

La deuda es algo que debe ser analizado con inteligencia, ya que la rapidez en las conclusiones (del tipo: la deuda siempre es nociva, no hay créditos, si hay inflación conviene endeudarse en pesos) puede llevar a grandes equívocos muy perjudiciales para las "finanzas de bolsillo".

¿Cuáles son los distintos tipos de deudas que existen? ¿Se puede hablar de "deudas buenas" y "deudas malas"? ¿Es posible "salir" de deudas una vez que las mismas toman el control de nuestras finanzas? ¿Qué consejos se pueden seguir al respecto?

Primero conviene repasar la definición de deuda: obligación que tiene una persona de pagar o devolver una cosa, generalmente dinero.

Más allá de la generalización en cuanto a la definición de lo que es la deuda, podemos identificar ahora diferentes tipos de deuda, como por ejemplo:

Deuda ficcional.

Se denomina deuda "ficcional" a la deuda más común y nociva de todas: aquella que se contrae para vivir por encima de nuestras posibilidades, creando un mundo de "ficción" que no tiene correlato con lo que se gana por mes.

Ejemplo: se saca un crédito hipotecaria para comprar una casa más grande en un barrio más "caro", se pide un préstamo para comprar un auto 0 kilómetro y demás gastos financiados con préstamos o tarjeta de crédito que tienen como objetivo aparentar un nivel de vida superior al de nuestros ingresos.

Deuda "hormiga".

Nace por la desorganización en las finanzas personales que llevan a pedir un pequeño préstamo a un amigo por aquí, un adelanto de sueldo por allá, emisión y uso de tarjetas alternativas en shoppings y supermercados por otro lado y cualquier otro tipo de préstamo considerado "pequeño", pero que luego pasa a formar parte de una bola de nieve que se vuelve muy difícil de cubrir.

Deuda de subsistencia.

La mayoría de los deudores querrán encasillar su deuda dentro de esta categoría, porque la deuda de subsistencia es aquella que se contrae para poder llegar a fin de mes sin ningún tipo de "lujos". Pero para que una deuda sea clasificada como deuda de subsistencia, se deben cumplir dos condiciones: 1) el dinero proveniente por la operación debe ser destinado a satisfacer necesidades básicas (comida, salud, vivienda) y 2) el deudor no realiza prácticamente ningún otro gasto que no sea de primera necesidad, es decir, no realiza gastos de esparcimiento o consumo superfluo.

La deuda de subsistencia se da más que nada en lo que se llama la "base de la pirámide", compuesta por aquellos que ganan menos que el sueldo promedio y que generalmente tienen hijos o familiares a cargo. Suele contraerse además con financieras a tasas de interés elevadas, haciendo más costoso su repago.

Deuda para invertir ("apalancarse").

Es muy fácil de distinguir: el dinero proveniente de la deuda no se usa para consumir sino para invertirlo en algún negocio u oportunidad.

Se dice que cuando una persona invierte con dinero que no es propio sino de otra persona o institución se encuentra "apalancado". Cuando estas operaciones salen bien, la sensación puede ser muy satisfactoria ya que se ha logrado el éxito más que nada con una idea y recursos ajenos; pero cuando la misma sale mal, las pérdidas pueden ser cuantiosas y muy difíciles de cubrir.

Un ejemplo de una deuda para invertir positiva y de bajo riesgo sería la de conseguir un préstamo para comprar un inmueble y luego alquilarlo, pagando las cuotas de la hipoteca con el dinero proveniente del alquiler. Lo mismo aplicaría para la compra de un coche que será utilizado como Uber o Cabify.

Un ejemplo de una deuda para invertir negativa sería la toma de un préstamo para invertir en la bolsa o en cualquier otro mercado en donde el riesgo está concentrado en el corto plazo y pueden existir fuertes variaciones de precio/valores.

La deuda para invertir es la única que puede conducir a un crecimiento genuino del patrimonio, pero hay que estar muy seguro para llevarla a cabo y tomar siempre los recaudos en términos de aforo (margen de garantía por sobre el capital tomado/invertido).

Consejos para "salir" de deudas.

Hay algunas tareas que se pueden llevar a cabo para mejorar la situación financiera.

1) Clarificar la situación financiera: los deudores crónicos no suelen llevar al día el saldo de sus cuentas, gastos mensuales o tasas de interés pagadas por los préstamos pedidos. De alguna manera, el objetivo de esta "desprolijidad financiera" pasa por negar la realidad de la economía doméstica, y con ello el problema en su totalidad. Es vital saber con certeza a cuánto asciende la deuda total de la persona para comenzar a tratar la adicción a las deudas.

2) Involucrar a familiares y amigos de una manera distinta: La mayoría de los deudores crónicos involucra de manera directa o indirecta a familiares y amigos en sus deudas, pero de manera nociva: pidiéndoles que salgan como garantía de sus préstamos, pidiéndoles directamente dinero prestado para "tapar agujeros" de "suma importancia" o en algunos casos utilizando sus recursos para endeudarse a escondidas y sin decirles nada. Es importante cambiar este accionar e involucrar a familiares y amigos de una manera distinta, que tiene que ver con hablar con ellos y contarles con sinceridad el nivel de deudas, situación judicial (si la hubiese) y demás cuestiones derivadas.

Para esto es importante entender que la única forma que tiene el entorno de ayudar en este problema es vía apoyo afectivo y comprensión. La ayuda económica debería ser eliminada como opción porque sólo sirve para "patear" para adelante el problema.

3) Eliminar los vehículos de acceso al crédito inmediato: Las tarjetas de crédito o los préstamos a sola firma son ejemplos de vehículos de acceso al crédito inmediato que un deudor en esta situación debería eliminar directamente de su día a día. La recomendación aquí es dejar los plásticos "descansando" en algún cajón de la casa y no llevarlos encima, para evitar así las tentaciones. Si la persona cuenta con varias tarjetas (los deudores crónicos suelen hacerlo para especular con los distintos vencimientos) se recomienda eliminar las mismas y quedarse solo con una. En base a LA NACIÓN / GDA

Otro paso: elaborar un plan de austeridad.

Otra forma de mejorar la situación financiera después de haber atacado los temas de deudas es la de elaborar un plan de austeridad. Es otro paso difícil pero necesario para comenzar el proceso de recuperación financiera, ya que el ahorro es uno de los pilares necesarios para frenar las nuevas deudas primero y comenzar a desendeudarse a posteriori. El café en la calle, el taxi, las comidas afuera y todos esos "pequeños gastos" deben ser eliminados hasta tanto el caudal de deudas haya disminuido. Se necesita aumentar la cultura financiera para entender los distintos tipos de deuda que debemos evitar. Se necesita fuerza de voluntad para resistirse al embate consumista, presente en nuestra bandeja de entrada del correo electrónico desde la mañana cuando nos despertamos hasta la televisión que vemos antes de dormir por la noche. Nadie quiere vivir "tapado" por las deudas. Nadie quiere sentir angustia todos los meses cuando llegan las boletas de impuestos y servicios o los resúmenes de las tarjetas de crédito. Nadie quiere tener que trabajar a destajo para pagar los intereses del banco. Por eso, es clave manejarse ordenadamente en el presupuesto.

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Deudas. Identificar su tipo, conocer el total, saber cuánto se paga de intereses y evaluar si hay opciones más baratas son claves para no desesperar. Foto: AFP.

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