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¿Cómo cambia cada seis meses el cálculo de la jubilación por AFAP?

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Foto: AFP

FINANZAS DE BOLSILLO

Desde 2018 rigen nuevos criterios y economista advierte por impacto negativo.

Es difícil que un trabajador sin conocimientos avanzados sobre finanzas pueda comprender el sistema de cálculo de las jubilaciones por AFAP -denominadas rentas vitalicias, porque son pagas por una aseguradora en base al dinero ahorrado y rentabilizado- y en qué momento le conviene más pasar a retiro. Sin embargo, es lo que debería hacer viendo las reglas que rigen desde comienzos del 2018.

En esa oportunidad, el Banco Central (BCU) -regulador del mercado de AFAP y de seguros- modificó los criterios que rigieron durante 20 años el cálculo de las rentas vitalicias, pasando de valores fijos y preestablecidos a nuevas fórmulas variables en el tiempo y que se actualizan periódicamente.

En primer orden, variaron las tablas de mortalidad utilizadas para el cálculo de la jubilación, que pasaron a ser unisex y se ajustaron para reflejar el aumento de la esperanza de vida. También se sumó como criterio la probabilidad de dejar beneficiarios en caso de fallecimiento del titular de la renta.

Sin embargo, el principal cambio fue que la tasa de interés técnico, que se suma al ahorro individual al momento del cálculo jubilatorio, pasó de un valor fijo (era 1,5%) a determinarse por una curva de rendimiento de los títulos de deuda en la Unidad Previsional (UP), -que está indexada al Índice Medio de Salarios Nominales (IMSN) por el que ajustan anualmente las jubilaciones-.

Hasta que no madure ese mercado, la referencia es la curva de rendimiento promedio de los últimos 24 meses de los títulos en Unidades Indexadas (UI) -que ajustan por inflación-, aplicándose un arbitraje de 1,7% anual que refleja la evolución esperada de la productividad y por ende de los salarios.

A su vez, las modificaciones legales que rigen desde 2018 establecieron un tope al margen que las aseguradoras pueden aplicar al resultado de esa curva de rendimientos. El máximo es 0,75% y según dio cuenta El País, el Banco de Seguros del Estado (BSE) -único que ofrece las rentas vitalicias- aplica todo el margen a quienes se van a jubilar.

Un mercado donde hay un monopolio de hecho

El mercado de las rentas vitalicias que pagan las aseguradoras cuenta con un único actor: el Banco de Seguros del Estado (BSE). Es que hace ya varios años las compañías privadas se retiraron del negocio porque sufrían un descalce de moneda -al no tener instrumentos para invertir que tuvieran una evolución igual a las jubilaciones- que hacía que no les fuera redituable abonar este tipo de rentas. De hecho, desde el Banco Central (BCU) explicaron a El País que previo a los cambios regulatorios vigentes desde 2018 una aseguradora “debía ofrecer rentas previsionales más altas que las que correspondían de aplicar parámetros actualizados de esperanza de vida, tasas de interés y costos de prestación de servicio”. Atendiendo esto, “no era de extrañar que las aseguradoras privadas se hubieran retirado, dejando al mercado en una situación de monopolio de hecho en manos del BSE, y que el BSE estuviera trabajando a pérdida”. Que vuelva a haber competencia en el mercado de rentas vitalicias fue uno de los objetivos de los cambios regulatorios, aunque hasta el momento las firmas privadas no han decidido volver. Según el BCU, se trata de una “decisión estratégica de las empresas que compromete acciones de muy largo plazo, por tanto el hecho que aún no haya habido ingresos no implica necesariamente que no los vaya a haber” en un futuro.

Impacto.

Este complejo andamiaje normativo se resume en que cada semestre cambia la curva de rendimientos que determina buena parte de la jubilación por AFAP, aunque también influyen otros factores (ver pregunta). Esto según el representante de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS), Ramón Ruíz, agrega “incertidumbre” al pilar de ahorro individual del régimen, porque “nunca es certero el cálculo hasta el día que te jubilás”.

De hecho, la actualización semestral de la tasa de interés técnico provoca que dos trabajadores con idéntico historial de aportes, puedan jubilarse con pasividades distintas dependiendo el momento del año que elijan hacerlo.

Ante la consulta de El País, el BCU a través de su Departamento de Comunicación señaló que “los parámetros de la normativa (vigente desde 2018) aseguran que las rentas vitalicias evolucionan razonablemente en función de los parámetros técnicos correctos”.

El economista Hugo Bai, del equipo de los trabajadores en el BPS, indicó a El País que según los cálculos que realizó, el valor de referencia viene retrocediendo en cada semestre “entre 5% y 6%”, lo que muestra una baja acumulada desde comienzos de 2018 a julio próximo (cuando rija la nueva referencia que ya divulgó el BCU) del “15% o 16% dependiendo la edad”.

Esto significa, que ante un mismo nivel de ahorro, alguien que se jubile ahora recibirá (si todos los demás criterios se mantienen invariables) un 15% menos que alguien que lo hizo en el primer semestre de 2018. “Si lo calculas por todos los meses que pensás cobrar la jubilación, (la diferencia) pueden ser miles de dólares”, afirmó Bai.

El BCU sostuvo que esas variaciones “obedecen exclusivamente a cambios en las tasas de interés y en las expectativas de vida en los últimos tiempos”, lo que “precisamente era uno de los objetivos de la nueva normativa”. Además, remarcó que la renta mínima que puede ofrecer una aseguradora tuvo una caída “significativamente inferior” al cálculo de Bai entre enero de 2018 y julio de 2019: -7,7% en Unidades Reajustables (UR) y -6,3% en UI.

Planificación.

La crítica de los trabajadores en el BPS es “el componente especulativo” que pasó a tener el sistema, ya que alguien próximo al retiro debe estar atento a la evolución de la renta teórica para ver “si le conviene jubilarse ahora o el semestre próximo”.

Bai detalló que en 2018 había “tasas relativamente altas y lo más probable era que bajaran”, atendiendo el aspecto “cíclico” que suelen tener. En línea con eso, es de esperar que a futuro el mercado dé mejores rendimientos para los títulos en UI y la tasa “se estabilice o incluso revierta” la evolución y pase a ser positiva.

Sin embargo, es “difícil” poder anticipar “cuándo y de qué forma” ocurrirá eso, porque “juegan factores del mercado local y también internacional”, expresó Bai. Consultado sobre la evolución de esta variable, el BCU comunicó que “no se realizan proyecciones basadas en rendimientos futuros”.

En 2017 y anticipando la entrada en vigencia de la nueva normativa, el entonces presidente de la Asociación Nacional de AFAP, Sebastián Peaguda, dijo a El País que “las personas se deben involucrar” en la planificación de su renta previsional y que las administradoras ampliarán el asesoramiento financiero a sus clientes.

Añadió que el esquema actual obliga a los afiliados a saber leer “las condiciones de mercado”, para definir si el contexto actual es el mejor para jubilarse “o si capaz pueden trabajar un año más, porque a futuro se puede retirar con una mejor pasividad”.

El BCU admitió que “el cálculo de la renta vitalicia es complejo desde el punto de vista técnico” y señaló que todos los actores del sistema previsional “tienen un rol para jugar en la educación financiera, aportando información y formación a los usuarios”.

En ese sentido, el regulador repasó algunos conceptos “relevantes”: a mayor ahorro previsional mayor renta; a mayor tasa de interés de mercado, mayor renta; a mayor expectativa de vida, menor renta; a mayor edad de retiro, mayor renta; y a mayor eficiencia del sistema (menor margen bruto a reducir de la tasa de interés) mayor renta.

LA PREGUNTA

¿De qué factores depende el monto que al retirarse recibirá un trabajador como renta vitalicia por parte de una aseguradora?

LA RESPUESTA: No es solo la cantidad de ahorro individual

Las rentas vitalicias, más allá de que sean previsionales, dependen de varios factores además del monto ahorrado por la persona durante su etapa laboral. A saber, influyen también: la esperanza de vida de la persona, la probabilidad de dejar beneficiarios y su esperanza de vida, y de las tasas de interés a plazos relativamente largos que rigen en el mercado de valores (ver nota principal).

Esto es así, porque la empresa aseguradora que asume el negocio recibe como prima el valor ahorrado al final de la vida activa de la persona y como contraprestación debe obligarse a pagar un monto mensual hasta el fallecimiento del titular y eventualmente luego servir una renta adicional al beneficiario.

Para determinar esa renta que el trabajador retirado recibirá cada mes, la aseguradora debe evaluar por cuánto tiempo deberá servir la prestación (en función de la expectativa de vida del jubilado y eventualmente de su beneficiario), así como las tasas de interés a las que puede rentabilizar los fondos recibidos, además de los costos de administración y la rentabilidad que espera obtener por el negocio.

En base a la respuesta del Banco Central (BCU) a través de su Departamento de Comunicación ante la consulta enviada por El País.

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