La Bolsa porteña ratificó el viernes pasado que sus negocios no sólo quedaron influidos este mes por el clima de incertidumbre que las próximas elecciones derramaron sobre la economía, sino que también estuvieron condicionados por la escalada local del dólar, que se movió aquí a contramano del mundo.
Aun así, los operadores valoraban que su índice de precios líder hubiera sostenido en los momentos más complicados la cota de los 21.000 puntos, lo que, supone, lo liberaría para encarar una nueva etapa alcista si los balances de las empresas (por llegar) acompañan y los resultados de las urnas no quitan visibilidad a la economía.
Por eso interpretaron el rebote del 1,9% que se anotó el viernes el índice Merval (índice bursátil de Argentina) como "un buen augurio", aunque no fue acompañado por un volumen de negocios adecuado (se operaron apenas $ 338 millones con acciones, unos US$ 18.96 millones).
La mejora del indicador líder de precios volvió a estar impulsada por la valorización de los papeles de las compañías ligadas a la energía. Avanzaron 5,9% los de Transener; 5,6% los de YPF, y 2,8% los de Pampa, por citar los casos más relevantes. Lo curioso del día es que las bajas más importantes también fueron para cotizantes ligadas a esa actividad: perdieron 6,2%, por caso, los papeles de Andes Energía.
Con el avance dado, la plaza accionaria local logró cerrar la semana pasada en positivo (+0,9%) aunque aún cae 1% en el mes a falta de una sola rueda para su cierre, y los operadores creen que este clima mediocre de negocios se mantendrá en las próximas jornadas, a menos que los balances traigan sorpresas o los sondeos electorales permitan comenzar a definir un probable mapa político con un grado de certeza mayor al que hoy existe.
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