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Por qué no todas las empresas deben tener una 'app'

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Posicionar una app en un lugar destacado de una tienda de aplicaciones no es cuestión de magia.

Parece que hoy en día contar con una aplicación móvil es una obligación, pero nada más lejos de la realidad, o no siempre, de acuerdo con expertos relevados por la cadena CNN.

La tienda de aplicaciones de Apple cuenta con más de un millón de apps. Google Play, el marketplace de Android, otro tanto.

Posicionar una app en un lugar destacado de una tienda de aplicaciones no es cuestión de magia. El posicionamiento de las apps (ASO) depende de una serie de técnicas que implican entender el entorno móvil, y también el online en general. 

La asociación IAB Spain, junto con PickASO y Tribal Worldwide Spain, han elaborado una guía gratuita sobre ASO que incluye las siguientes recomendaciones:

En lo que se refiere a la creación de la propia app, se deben cuidar al máximo las palabras clave por las que se quiere ser encontrado. Lo atractivo que sea el icono o la descripción de la aplicación, ayuda a llamar la atención de los usuarios.

Las tiendas de aplicaciones no cobran por posicionar una app en un lugar destacado. Éste es un privilegio que conceden por una combinación del número de descargas y las valoraciones de los usuarios, que dan a entender la relevancia y calidad de la app. También se tiene en cuenta la cantidad de gente que la desinstala.

El proceso no termina ahí. Existe una variedad de herramientas (gratuitas y de pago) que ayudan a monitorizar los rankings propios y de la competencia.

Hay distintas posibilidades para dar a conocer una app. Los blogs, el boca a oreja o invitar a influencers a probarla son algunas de ellas. En cuanto a la publicidad, son frecuentes las campañas en redes sociales (Facebook y Twitter, fundamentalmente) y la publicidad dentro de otras aplicaciones móviles.

Cabe recordar que es más difícil atraer usuarios a una app móvil que a una página web, ya que debe descargarse y la memoria de un smartphone es limitada, no resiste más de 20 apps, lo que supone un inevitable ejercicio de selección. 

En cuanto al modelo de negocios, el pago por descarga está claramente en desuso, en favor de modalidades freemium o las ofertas por geolocalización.

Fundamentalmente, la cuestión que debe regir si desarrollar una app o si escoger en cambio una página web es la siguiente: ¿qué valor aporta?

Desarrollar una aplicación móvil, especialmente cuando se trata de una app nativa, permite ofrecer una experiencia de uso mejor que una web móvil, pero también supone una inversión superior.

"A largo plazo, sólo tendrán cabida en el mercado aquellas apps que aporten un valor real al usuario", vaticina Carlos Rodríguez, consejero delegado de la firma de desarrollo Quadram, y profesor de The Valley Business School.

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Posicionar una app en un lugar destacado de una tienda de aplicaciones no es cuestión de magia.

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