La Casa de Río es el nombre de la institución, que buscará captar interesados en participar en el evento deportivo que se organizará en agosto de este año

Los alcaldes de San Francisco y Tokio participaron ayer en el acto de apertura de la Casa de Río, una institución creada para fomentar negocios en Río de Janeiro aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos en agosto próximo.

Durante el evento, que tuvo lugar en el Museo del Mañana, diversas personalidades analizaron la influencia que el mayor evento deportivo del mundo puede tener en el desarrollo de esta ciudad brasileña de cara al futuro.

El director ejecutivo de Río 2016, Sidney Levy, dijo que el modelo a seguir es aquel que expresó el otrora alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, cuando la ciudad española organizó los Juegos Olímpicos de 1992: "La cuestión no es qué puede hacer tu ciudad por los Juegos, sino qué pueden hacer los Juegos por tu ciudad".

Yõichi Masuzoe, alcalde de Tokio, ciudad que acogió los Juegos de 1964 y que volverá a ser sede olímpica en 2020, ahondó en la idea al destacar la importancia "del deporte como catalizador del desarrollo de la ciudad".

Masuzoe apuntó que, más allá del impacto económico de US$ 250.000 millones que está previsto que genere Tokio 2020, los efectos de acoger este evento se pueden notar ya en las calles de una ciudad que es cada día "más accesible".

Por su parte, el alcalde de San Francisco, Edwin Lee, resaltó la importancia de marcarse unos objetivos claros antes de celebrar este tipo de eventos para aprovechar todo su potencial como motor de desarrollo.

La ciudad californiana de Santa Clara, en el condado de San Francisco, acogió el pasado 7 de febrero la 50 edición del Súper Bowl, uno de los acontecimientos deportivos más populares del calendario.

"Primer objetivo, la contratación de personal local. Segundo, trabajar con empresas locales", apuntó Lee, reforzando así la estrategia de la Casa de Río, que buscará atraer inversiones a la capital fluminense hasta el final de los Juegos Olímpicos.

Cuestionado sobre cómo podría afectar a los Juegos Olímpicos la actual crisis económica y política que azota a Brasil, Levy se mostró contundente: "Estoy preocupado, pero soy optimista". (Fuente: EFE)

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