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Innovaciones científicas y técnicas generan nueva revolución industrial

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Asistimos a una nueva revolución industrial en la que los avances tecnológicos y científicos se suceden a una velocidad de vértigo y su impacto no se limita a mejorar los productos y servicios existentes.

Según un artículo de El País de Madrid, el actual proceso innovador tiene un calado disruptivo, es decir, se están cambiando las reglas de juego en múltiples ámbitos. 

La robotización a gran escala, el big data, los teléfonos inteligentes, las fintech, el Internet de las cosas, el bitcoin, las energías verdes, las plataformas digitales de intercambio entre particulares conforman una cascada de novedades que llevan a una transformación radical de muchas industrias con la entrada de nuevos competidores.

“A lo largo de la historia ha habido muchos momentos disruptivos por los avances técnicos. La diferencia del momento actual es la velocidad a la que se suceden los cambios, una velocidad jamás vista”, sostiene Joao Saint-Aubyn, experto de Roland Berger. 

La primera revolución industrial trajo innovaciones mecánicas como la máquina de vapor o el ferrocarril; la segunda supuso la producción en masa a través de la electrificación; la tercera popularizó los ordenadores e Internet. 

“Ahora estamos a las puertas de la cuarta revolución industrial, que estaría caracterizada por la conectividad de los dispositivos, las comunicaciones móviles, las redes sociales y la inteligencia artificial", describe Guillermo Padilla, socio responsable de Management Consulting en KPMG.

Añadió que se trata de una época en la que "las barreras entre el mundo físico y el digital son más confusas y el consumidor está siempre conectado”

Uno de los rasgos característicos de este momento es que se trata de una revolución principalmente en el ámbito de la información. Los datos son el ingrediente esencial de las empresas y de la economía. 

“Los avances tecnológicos se están democratizando y eso lo hace global y aún incierto sobre quién ganará en cada sector y con qué tecnologías", indicó Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University (Reino Unido) e investigador de Funcas.

Una de las consecuencias económicas de tanta innovación disruptiva es que el eje del sistema se desplaza desde la oferta a la demanda. 

Los consumidores han tomado el mando en las relaciones comerciales, hay un cambio sociológico, casi cultural, por el cual se está abandonando aquella idea burguesa según la cual la mejor forma de mostrar un determinado estatus es con la posesión de objetos materiales. 

Estos dos factores, junto al desarrollo tecnológico de plataformas digitales que ponen en contacto a los consumidores, están detrás del fenómeno de la economía colaborativa. 

Los expertos de PwC prevén que los ingresos de la denominada como sharing economy pasen de la cifra actual, que apenas supera los 15.000 millones de dólares, a 335.000 millones en 2025.

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