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Industria textil “tiene futuro” con reconversión y diseño

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CLAVE

Exportaciones del sector cayeron a US$ 10 millones en 2020. Desde el año 2010 se perdieron 6.000 puestos de trabajo en la vestimenta.

Desde hace 15 años, la producción nacional de vestimenta viene en una caída continua. En 2019, la producción representó el 14% del total de 2008, y en 2020 se redujo 30% respecto a la de 2019, en un contexto de pandemia que profundizó los problemas.

Golpeada por las dificultades de competitividad frente a productos importados, las importaciones pasaron de 170 millones de dólares en el año 2008 a 260 millones en 2019, de acuerdo a datos del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM). No obstante, la cifra fue de 200 millones de dólares en 2020, nuevamente por efectos de la pandemia. China y otros países asiáticos representan el 80% de las importaciones.

En contrapartida, la participación de la producción nacional en la demanda interna cayó de 61% en 2010 a 19% en 2019.

Más del 80% de la producción nacional se destina al mercado interno. En tanto, las exportaciones cayeron de 61 millones de dólares en 2010 a 10 millones de dólares en 2020.

INFORMALISMO

En la industria textil existen altos niveles de informalidad y bajas remuneraciones. Hoy hay 5000 empleados formales en esta industria, y el 78% son mujeres que reciben una remuneración promedio de $ 23.000. El Ministerio de Trabajo y Seguridad social estima que, si se suman los empleos informales, el total de personas que trabajan en el sector llega a 12.500. Asimismo, se calcula que se perdieron 6000 puestos de trabajo desde 2010.

A pesar de estos números, la directora nacional de Industrias, Susana Pecoy, sostuvo que es necesario mirar el futuro del sector con optimismo. “La tradicional industria textil de vestimenta en Uruguay, con las grandes plantas, dejó de existir. Con ello se discontinuaron, lamentablemente, la cultura y el conocimiento de la producción en serie y masiva”, señaló Pecoy, en ocasión de integrar la mesa redonda “El futuro de la industria textil” organizada por la Cámara de Diseño de Uruguay (CDU).

PROVEEDORES

Mientras tanto, desde el Subprograma de Contratación Pública para el Desarrollo de la Industria Textil el Estado busca atender las dificultades del acceso al mercado público de las empresas nacionales del sector de la vestimenta. Apuesta a desarrollar proveedores nacionales del Estado, mientras que se busca mantener el nivel de empleo.

La reglamentación de este programa establece un 30% de ventaja en las compras públicas y un 10% de reserva de mercado para la industria textil, destacó Pecoy.

“Es importante saber que la industria textil va a poder competir en las compras públicas con una ventaja comparativa, con la que realmente va a poder estar en capacidad de competir con lo que viene del exterior”, afirmó la jerarca, para luego agregar que habrá un subprograma muy similar para el sector del calzado.

Fondo Naranja. Pecoy también anunció que en el segundo semestre del año se lanzará el Fondo de Economía Naranja, una nueva herramienta del MIEM. Se enfocará en proyectos innovadores de las industrias creativas, lo que incluye al diseño y la vestimenta.

DESAFÍOS

Entre los retos a futuro de la industria textil, se trata de un sector dinámico, que depende de modas y tendencias internacionales, por lo que se requiere “mucha flexibilidad y adaptación”, lo que no resulta fácil en industrias pequeñas, ya que es complejo y costoso, explicó la directora nacional de Industria.

Pecoy también analizó que, como gran parte de la industria, “el sector se enfrenta a la problemática del impacto ambiental”. Esto ha llevado a una “progresiva toma de conciencia de la necesidad de encontrar sustitutos de materiales sostenibles”, además de dotar de trazabilidad a los productos, genera posibilidades. Algunas de ellas son la búsqueda de “otras opciones”, como las “certificaciones camino a la circularidad”, entre otras.

NICHOS

Además, la directora dijo que es necesario impulsar un consumo crítico entre los consumidores. Es necesario “convencer y enamorar de la industria nacional, que es muy buena, por cierto”, consideró.

Pecoy además analizó nuevas oportunidades y posicionamiento para el sector. En primer lugar explicó que se deben identificar “nuevos nichos de mercado en que los lotes pequeños, la variación de las propuestas, la respuesta de entrega y la innovación en diseño sean aspectos muy valorados”.

Asimismo, entre las oportunidades se suman “nuevas formas de negocios que facilita la inclusión en mercados internacionales”, como el e-commerce, dijo Pecoy.

“Es y ha sido la gran oportunidad en esta pandemia”, indicó. Añadió que, sobre todo para las empresas más pequeñas, brinda “oportunidad de contacto real con todo el mundo”, lo que implica ampliar mercados.

DISEÑO

Pecoy recordó que el diseño nacional cuenta con ventajas competitivas. Ha sido reconocido internacionalmente por ser innovador y creativo, adaptándose a requisitos y tendencias de mercados internacionales. “Ha logrado incorporarse en grandes tiendas de marcas internacionales” por su calidad, ejemplificó.

Pecoy cerró su participación afirmando que la industria textil “tiene futuro”.
“La reconversión es importante, el valor agregado es muy importante. El diseño tiene que ir de la mano de la industria textil para realmente poder dar las posibilidades de seguir siendo siempre un diferencial de calidad”, destacó la directora nacional de Industrias.

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