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El gobierno incentiva a las empresas a que desarrollen sus proyectos subterráneos
El crecimiento de Hong Kong está ligado ineludiblemente a la solución de uno de sus principales problemas: la falta de espacio donde construir nuevos edificios, fábricas o locales comerciales.
Los altos precios y la concentración demográfica en la urbe asiática han obligado a sus habitantes a pensar en nuevas alternativas para continuar expandiéndose.
Es en este contexto en el que ya casi medio centenar de empresas han decidido mirar bajo tierra y optar por construir centros de datos, embalses y laboratorios de forma subterránea o al interior de las montañas que rodean la ciudad. La fórmula, de acuerdo con los cálculos realizados por el gobierno, podría liberar hasta 1.000 hectáreas de terreno.