Negocios
Los datos se deprenden el Monitor de Sectores Productivos, de Opción Consultores, que recabó la visión de ocho compañías del sector en el mes de junio
La llegada del COVID-19 aparece como una buena señal para el sector de alimentos. Al contrario de lo que sucede en otras áreas de la economía, la pandemia por el coronovarirus impulsó el negocio de las empresas y las alienta a esperar un incremento de las ventas para los próximos 12 meses.
Según se desprende del Monitor de Sectores Productivos deOpción Consultores, que relevó la visión de ocho compañías representativas del sector durante junio, un 50% de los empresarios consultados indicó que esperan un crecimiento en las ventas, mientras que un 38% augura estabilidad y solo un 13% dijo que tendrá una retracción que estimó entre el 4% y el 6%.
Al ahondar en las causas que inclinan a los empresarios a esperar un horizonte positivo, entre las respuestas destaca en primer lugar la «sustitución de comidas afuera del hogar», seguido de que la «alimentación es un rubro que evoluciona en forma positiva aún en contextos más complejos». También fueron señalados el «mayor consumo en el hogar», «desempleo» y que alimentos «puede capitalizar la caída del gasto de otros rubros».
Un 50% de los empresarios consultados indicó que esperan un crecimiento en las ventas en los próximos doce meses
En tanto, entre aquellos que estiman una estabilidad, sopesó en primer lugar el «menor poder adquisitivo de las familias» y la «caída del consumo». Finalmente, la «caída del ingreso», junto a la «retracción económica y consumo» y de la «mano de obra» explican una posible caída.
A pesar de esta mejor perspectiva en cuanto a las ventas, la mayoría de los empresarios emitieron una visión pesimista de la rentabilidad.
Según el Monitor, el 63% de los encuestados del sector considera que las condiciones de rentabilidad serán «malas o muy malas». Las causas atribuidas a este mal desempeño giran en torno a que Uruguay «sigue siendo un país caro para competir con los vecinos», a la «baja demanda» y a «pérdidas por diferencias de cambio». Ante esto, mejorar la eficiencia productiva y trabajar en la competitividad fueron identificados como los principales desafíos para revertir esta situación.
De todas formas, en este ítem se marca un matiz, ya que esa perspectiva negativa mostró una baja frente a lo que esperaba el sector en 2018. En ese año, las opiniones negativas llegaban a un 87% del total. Además, se refleja un incremento entre los que indicaron que esperan una rentabilidad buena o muy buena, al pasar de 13% a 25%.
El efecto que esperan los empresas en la operativa de las compañías es dispar.
En materia de mano de obra, la mitad de los consultados considera que el sector reducirá su demanda en los próximos 12 meses y solo 12,5% considera que aumentará.
En tanto, al evaluar la inversión prevista para el próximo año, un 75% dijo que espera mantenerla mientras que el resto respondió que se reducirá.
Desafíos
Los principales retos que enfrentan los empresarios en marketing y ventas pasan por «mejorar la cadena de distribución», «servicio», «consolidar productos nuevos», «trabajar junto con los clientes para entender los nuevos hábitos de compra de los consumidores» y en el corto plazo «lograr que no se corte la cadena de pagos».
En este sentido, los empresarios detallaron que los personas muestran tendencias de hábitos y expectativas de consumo que se vuelcan a «porciones más pequeñas», «productos más saludables» y «seguridad alimentaria y personal».
En tanto, en el área de Recursos Humanos, las respuestas indican que los desafíos están vinculados a «mejorar capacidades y competencias», «bajar costos sin bajar empleados «y mejorar la productividad».
Finalmente, los empresarios detectaron que las áreas de gestión más sensibles para el desarrollo de sus negocios son «planificación financiera» (20% de las respuestas), «gestión comercial y ventas» y «gestión de la innovación» (que concentraron un 16% de las opiniones cada una).