El fundador de Microsoft argumenta esta postura afirmando que las máquinas deben compensar mediante el pago de tributos, los puestos deque reemplazan. En su propuesta Gates plantea que lo recaudado se canalice hacia los colectivos más vulnerables y a la creación de puestos de trabajo de carácter social.

El propio Parlamento Europeo estudia una propuesta, conocida como Informe sobre Personas Electrónicas, que pretende que las máquinas inteligentes paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social, consigna un informe del sitio Expansión.

Esta idea cuenta tanto con apoyos incondicionales como con detractores y propone "la creación de un estatuto jurídico específico para los robots".

El planteo está dirigido a que las máquinas que sean más autónomas y sofisticadas tengan "la condición de personas electrónicas, con derechos y obligaciones específicas".

Hace un año, 400 científicos, académicos y otros expertos, entre ellos Stephen Hawking y Elon Musk (fundador de PayPal y Tesla) reclamaron un desarrollo tecnológico "responsable".

También proponían estudiar si la implantación de una renta universal podría contribuir a una transición menos dolorosa hacia la aclamada "era del conocimiento".

Ambas propuestas implican elevar la recaudación de impuestos de los países para garantizar un nivel de prosperidad mínimo para toda la sociedad.

En este contexto, Bill Gates, el hombre más rico del mundo, el que aboga por gravar a los robots. En su opinión, los gobiernos deberían cobrar un tributo a las empresas que los compran.

Desde su punto de vista, estos ingresos podrían destinarse a la creación de empleo en otras áreas donde la empatía y la sensibilidad humana es más difícil de sustituir por una máquina, como por ejemplo el cuidado de niños y ancianos.

En una entrevista con Quarz, Gates insistió en que los gobiernos deben ser quienes supervisen y recauden estos impuestos, pues son éstos quienes tienen en su mano redirigir fondos a los colectivos más vulnerables de la sociedad.

En 2008, el creador del imperio de Windows comenzó a dirigir la fundación Bill & Melinda Gates, que destina recursos a proyectos de carácter social, especialmente enfocados en la educación, la higiene y la salud infantil.

Co-financia, entre otras muchas cosas, el desarrollo de la que podría ser la primera vacuna efectiva contra la malaria.

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