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Sin el efecto “cincuentones”, el déficit fiscal cerró 2018 en 4% del PIB, por encima de 2017

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Gobierno: este año emitirá en total US$ 2.700 millones de deuda. Foto: Fernando Ponzetto.

Cuentas públicas

La administración de Tabaré Vázquez asumió con un déficit fiscal de 3,4% del PIB. 

El déficit fiscal se ubicó en u201c2,7% del Producto Interno Bruto (PIB) mejorando 0,8% del PIB respecto al registro de 2017u201d. Así comunicó esta tarde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el dato del resultado fiscal al cierre de 2018.

Pese a que el MEF no aclara nada más, luego señaló que el aumento de los ingresos (que permitió esa mejora del déficit) u201cse explica principalmente por el ingreso de los fondos del Fideicomiso de la Seguridad Social creado por la Ley 19.590 (u201ccincuentonesu201d) que se dio a partir del mes de octubre. Dicho ingreso se registra dentro del Banco de Previsión Social (BPS) y tuvo un efecto neto de 1,3% del PIB en 2018u201d.

Ese dato, si bien contablemente se registra como un ingreso (y contablemente ayudó a bajar el déficit), en el futuro impactará al alza al resultado fiscal. ¿Por qué? Porque la ley 19.590 permite a los denominados u201ccincuentonesu201d desafiliarse de las AFAP y quedarse exclusivamente en el Banco de Previsión Social (BPS).

Los u201ccincuentonesu201d son trabajadores que eran menores de 40 años cuando en 1996 comenzó el sistema mixto y se vieron obligados a afiliarse (por su nivel salarial) a una AFAP, pero al momento de jubilarse algunos se ven perjudicados en su pasividad (respecto a la que hubiera sido sin afiliación a la AFAP). Cuando los cincuentones se pasan al BPS, se transfiere lo acumulado en las AFAP al BPS y genera ese ingreso.

Pero, el Ministerio de Economía y Finanzas comentó al FMI (según reveló el organismo, ya que nada de esto está en el comunicado del MEF) que al cabo de cinco años, esta operación debilitará las finanzas públicas en la medida en que el gasto previsional adicional (generado por los cincuentones cuando se jubilen enteramente por BPS en vez de mitad por este y mitad por la AFAP) superará con creces los mayores ingresos actuales.

Por eso, al considerar el déficit fiscal sin ese efecto u201ccincuentonesu201d, el resultado es de 4% del PIB, peor que el 3,5% del PIB con que terminó 2017.

De hecho, pese a varios ajustes que ha realizado el gobierno (recorte de inversiones en empresas públicas al inicio, subas de impuestos luego), el déficit fiscal no cede. La administración de Tabaré Vázquez asumió con un déficit fiscal de 3,4% del PIB y actualmente (sin el efecto u201ccincuentonesu201d) está en 4% del Producto.

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