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La disrupción que amenaza los negocios de UTE y Ancap

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Al igual que el expediente sobre Pluna, la investigación sobre Ancap tuvo características inusuales. Foto: F. Ponzetto

SECTOR ENERGÉTICO

Expertos en energía afirmaron que la disrupción tecnológica obligará a las empresas estatales, UTE y Ancap, a sustituir la idea del monopolio por una visión de ecosistema. La presidenta de Ancap, Marta Jara, manifestó que "es importante transparentar ineficiencias".

Flexibilidad y visión de ecosistema en lugar de monopolio. Esas son las dos claves principales según los especialistas para que las empresas estatales, UTE y Ancap, se adapten al avance de la tecnología y a los cambios en la forma de consumir energía.

Según los expertos del sector energético, Alejandro Perroni y Omar Paganini, ambos integrantes del Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Católica, el panorama para Uruguay entre 2020 y 2030 señala que los cambios en el modelo de negocio son inevitables, tanto para las empresas de electricidad como para las de combustible.

DESAFÍOS COMPARTIDOS.

“La tecnología va a obligar a tener una visión de ecosistema y no de monopolio” indicó Perroni en relación a ambas empresas.

Los retos compartidos por los dos negocios son —según los especialistas— el tipo de gobernanza actual que dificulta la adaptación a nuevos modelos ya que existen subsidios cruzados, un regulador débil (en este caso Ursea), la empresa estatal como “juez y parte” del negocio y las “tarifas caras” dada la exigencia que tienen de volcar su dinero a Rentas Generales.

“Debemos separar los costos de prestación de servicios de la rentabilidad de las empresas”, dijo Perroni y explicó que las tarifas deberían ser fijadas por el regulador que debería ser “autónomo y más independiente”.

Además, dijo que para lograr mayor competitividad “la gestión empresarial debe estar limpia para ver el desempeño efectivo de quienes gestionan estos activos”.

UTE. Foto: El País
UTE. Foto: El País

EL CASO DE UTE.

Algunos problemas de este sector señalados por los especialistas —en el marco de un desayuno organizado por la Unión de Exportadores— indican que UTE debe mejorar la gestión de sus activos, prestar atención a los cambios en el contexto internacional y local (en cuanto a la forma de consumir energía), gestionar la sub inversión que generará excedentes energéticos por lo menos hasta el 2023 y la baja utilización de la nueva planta de ciclo combinado.

Asimismo, otro crucial desafío que aparece en el sector eléctrico de la mano de las tecnologías de la información (blockchain, inteligencia artificial, big data) es el surgimiento de nuevos jugadores: el prosumer, entendido como el individuo de la sociedad que es a su vez productor y consumidor.

Esto, según Perroni y Paganini, implica que “cada vez más tiene sentido” que el consumidor genere su propia energía a través de renovables (principalmente paneles solares), tenga capacidad de almacenarla y vuelque el sobrante a la red cuando no la precise, “generando así un mercado minorista de intercambios de energía entre prosumers”.

"PROSUMER"

"Cada vez tiene más sentido que el consumidor genere su propia energía".

Es así que en este contexto de “mercado entre pares”, habrá un cambio en el valor de la red eléctrica y por ende, en el modelo de ingresos de UTE, puesto que el principal valor ya no estará en el negocio de la energía y la potencia.

El principal valor estará en cambio en la seguridad del suministro, la gestión de la red, la posibilidad de interconexión entre prosumers y la estabilización del sistema.

Esto podría llevar a pensar en UTE como el “Uber de la electricidad”, ya que su rol podría mutar a ser un gestor de la red (y cobrar a los usuarios por estar conectados y por respaldo) más que un generador de energía.

EL CASO DE ANCAP.

“El principal problema está en el negocio de los combustibles” señaló Paganini debido a la caída en la demanda de combustibles líquidos y los cambios en el negocio de refinado a nivel mundial.

Las proyecciones a nivel mundial señalan que el carbón irá desapareciendo cada vez más mientras que habrá una fuerte conversión del petróleo hacia el gas natural y una presencia más fuerte de energías renovables.

Ancap. Foto: El País
Ancap enfrentará en el futuro una caída en la demanda de combustibles. Foto: El País

Uno de los desafíos para Ancap, según Paganini, es que hay un excedente de fuel oil que tiene baja demanda en el mercado internacional y local (y que compite con el gas natural a nivel industrial) que, para ser convertido en gasoil requiere inversiones millonarias en la refinería que serían un “fuerte desafío para amortizar” en la escala de la economía uruguaya.

“Aparecen en el mundo las mega refinerías y la nuestra va quedando atrás por falta de escala”, señaló el experto.

En relación al “fuerte desarrollo” a nivel mundial del gas natural, los especialistas afirmaron que tras el fracaso de Gas Sayago, Uruguay debería apostar al desarrollo del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta en Argentina, dado que eso “podría llevar a que Uruguay tenga gas a un precio competitivo”.

"Aparecen en el mundo las mega refinerías y la nuestra va quedando atrás por falta de escala".

Sumado a “los problemas del refinado en Uruguay”, los especialistas explicaron que Ancap “tiene problemas en toda la red de distribución” dado que todos los eslabones de la cadena están regulados en precios y márgenes.

“Es un sector todo monopolizado y eso redunda en bajos incentivos para la eficiencia y la competencia”, indicó Paganini.

Cambios: definir portafolio, mejorar división de roles entre gobierno, Ancap y regulador y definir estructura de precios de combustibles. Foto: Fernando Ponzetto.
Proponen cambios en la cartera de negocios del ente estatal. Foto: Fernando Ponzetto.

Por su parte, Perroni explicó que se debe cambiar “toda la cadena de valor” de Ancap y dijo que el ente no debería tener “mucho más negocios” que la refinería.

Este “problema de negocios diversificados” fue compartido por Paganini quien afirmó que Ancap debería “dar más grado de libertad en la comercialización y distribución” del negocio de combustibles.

LA VISIÓN DE LA PRESIDENTA DE ANCAP: MARTA JARA

"Es importante transparentar ineficiencias"

La presidenta de Ancap, Marta Jara, explicó a El País que junto al Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), los actores de la cadena de distribución y la Unidad Reguladora de Servicios y Agua (Ursea), han trabajado “para avanzar hacia la revisión del modelo de distribución y de regulación del mercado de combustibles en general”.

Al respecto indicó que “las actividades de distribución en Uruguay tienen oportunidad de ser más eficientes en comparación con valores de referencia internacionales y regionales, pero estos componentes de la cadena, que tienen un peso significativo en el precio de los combustibles - gasolinas, gasoil, y aún más significativo en el Gas Licuado del Petróleo – no forman parte de los precios teóricos que calcula Ursea como referencia de precios eficientes”.

Es por esto que “es importante transparentar ineficiencias en toda la cadena para poder identificar oportunidades de mejora y promover los cambios al modelo que sean para atender mejor el interés público”, indicó Jara.

En relación al rol de Ursea, la presidenta dijo que el organismo no regula las tarifas, si bien cumple un “rol importante” en la generación de precios de referencia y fiscaliza la calidad de los combustibles. Además, dijo que Ancap “ha discontinuado actividades de fiscalización que se entendió duplicaban a las que están en el área de competencia de Ursea”.

Sobre Ursea regulando tarifas, Jara indicó que ”Ancap no ha tomado formalmente una postura institucional al respecto pero mi visión es que se debe avanzar hacia la separación de roles que deberían ser tres muy distintos para el mejor funcionamiento del mercado y de la empresa pública”.

Según explicó, “el gobierno fijaría las políticas públicas y defendería el interés del propietario de la empresa que es el Estado, mediante la fijación de objetivos estratégicos y económicos; los operadores, entre los que se encontraría Ancap y las demás empresas del sector como las distribuidoras, son agentes económicos que operarían según las reglas establecidas de calidad, eficiencia, rentabilidad.El regulador independiente velaría por el cumplimiento de las reglas y es quien en definitiva se enfocaría en proteger al consumidor”.

VEHÍCULOS ELÉCTRICOS. 

El otro “gran cambio” señalado por los especialistas es la llegada de los vehículos eléctricos y el lugar que “poco a poco” se van ganando en el mercado uruguayo. Si bien señalaron que el ritmo será lento, afirmaron que en 10 o 15 años la flota eléctrica en Uruguay será “significativa”.

Auto eléctrico. Foto: Pixabay
Los vehículos eléctricos ganan cada vez más terreno en el mercado uruguayo. Foto: Pixabay

Esto “es beneficioso para el país por razones económicas, dado que no tenemos petróleo pero nos sobra electricidad”, explicó Perroni.

Asimismo, el desarrollo de los vehículos eléctricos incidirá en el negocio de los combustibles y de UTE.

IMPACTO FISCAL. 

Tanto el vehículo eléctrico como el nuevo modelo de ingresos de la red eléctrica implicarían —según los expertos— un impacto a nivel fiscal porque cambia el modo de consumir.

Esto se daría puesto que el impuesto que grava al combustible y al automóvil, el IMESI, tiene “gran peso” en la economía uruguaya y la migración a este tipo de vehículos redundaría en una pérdida de esta recaudación.

OPORTUNIDADES.

Exportar electricidad, conseguir gas natural a precio competitivo, desarrollar la red eléctrica inteligente, cambiar el modelo de transporte son, conforme a los especialistas, las “grandes oportunidades” a aprovechar.

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