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En Argentina ven a Uruguay como un “engranaje clave para las exportaciones”

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Repunte. Las exportaciones de bienes -incluyendo zonas francas- aumentaron en agosto tras cuatro meses consecutivos de caídas. Foto: archivo El País

"destino atractivo de negocios"

En Argentina señalan que Uruguay se perfila como un mercado interesante para iniciarse en los negocios internacionales gracias a su poder adquisitivo, a la previsibilidad y seguridad jurídica que ofrece en las operaciones.

Un error común de las empresas que empiezan a buscar mercados en el exterior es apuntar a los países industrializados o a las grandes economías emergentes, como Brasil o México.

Para quienes operan desde Buenos Aires, sin embargo, Uruguay es un mercado muy conveniente para iniciarse en los negocios internacionales, accesible en varios sentidos, con un poder adquisitivo interesante, a pesar de que la mayoría no le presta la atención que se merece.

La República Oriental en rigor importa anualmente entre 25% y 30% más que Bolivia o Paraguay, y es el país latinoamericano con mayor ingreso nacional per cápita (12% más que Chile). Esto último se relaciona con el elevado costo de vida, que para nuestro país representa una oportunidad: es posiblemente uno de los pocos países del mundo al que los bienes y servicios argentinos pueden llegar hoy con precios competitivos.

Dos millones de habitantes se concentran en la capital y su área metropolitana, una cifra que supera la de las aglomeraciones urbanas de Córdoba y Rosario, haciendo que Montevideo por sí sola sea una plaza comercial muy atractiva en la región. La conectividad logística representa una fuerte ventaja, ya que es simple, ágil y eficiente.

Casi siempre la mercadería viaja en camiones a bordo del ferry, con costos de flete razonables, explica Andrea Guglielmelli, de GBC Logística Internacional. "Solo hay que llevarla al depósito del transportista; si es carga suelta, habrá que esperar un máximo de dos días para que se complete la capacidad del camión, y una vez que se superaron los controles de exportación, en unas horas se encuentra en Montevideo".

Los operadores argentinos que han tratado con la aduana uruguaya coinciden en que puede parecer engorrosa o burocrática, pero es correcta, y destacan la integridad de sus funcionarios. Los controles serán exigentes y cuando se detecte una irregularidad, habrá consecuencias serias.

Las habilitaciones para importar ciertos productos llevan trámites extras que pueden representar una barrera, y en algunos casos, como en los vinos, puede llevar a pensar que se utilizan para proteger su industria, opina Juan Cruz Miñones, especialista en comercio exterior argentino instalado comercialmente en Montevideo.
"Por otro lado, en muchos aspectos están más avanzados; siendo extranjero pude abrir una sociedad y tenerla operativa sin inconvenientes en 48 horas", resalta Miñones.

En 2018, la mala noticia fue que Uruguay llevó la "tasa consular" que afecta a las importaciones provenientes del Mercosur del 2% al 3%. Es un tributo similar en su concepción a la tasa de estadística que cobra la Aduana argentina, pero en nuestro caso es del 0,5%, con un tope máximo de US$500.

Estas tasas no se consideran parte del arancel de importación, sino como la forma en que los organismos recuperan parte o la totalidad del costo que les demanda su función fiscalizadora.

En el caso uruguayo, sin embargo, los porcentajes que se aplican, que llegan a 5% actualmente para las mercaderías no originarias del Mercosur, exceden lo que sería razonable para una tasa de servicios, motivo por el cual la Organización Mundial de Comercio indicó en 2010 que debería ser eliminada. La aplicación de la tasa consular a las importaciones del Mercosur, ahora con la alícuota del 3%, es una transgresión significativa a la esencia de la unión aduanera.

No obstante, la despachante de aduana uruguaya Natalia Montemuiño considera que el nuevo esquema de tasas consulares puede ser visto como una ventaja: "La diferenciación entre el porcentaje de la tasa consular de bienes originarios del Mercosur incrementa aún más la competitividad de los productos argentinos y brasileños en el mercado nacional, dado que no solo se elimina el arancel mediante el certificado de origen, sino que se abona un 2% menos de tasa para estos productos intermedios o para el consumo final".

Además, destaca que "los bienes de capital de uso exclusivo en los sectores industriales, agropecuario y pesquero, cuyo arancel de importación sea de 2%, están exceptuados de la tasa consular, al igual que los introducidos en admisión temporaria".

Por otro lado, es un mercado en el que los productos argentinos tienen reconocimiento, sobre todo los de alto valor agregado. Según Juan Cruz Miñones, "conocen nuestro mercado casi tan bien como nosotros, siguen nuestras marcas, la búsqueda de productos argentinos en la web es constante y es común que crucen a comprarlos para revenderlos".

De esta manera, la banda oriental es un destino atractivo para los exportadores argentinos, incluso en los rubros que no gozan de tanta competitividad internacional, como la vestimenta.

La Cámara de Indumentaria para Bebés y Niños (Caibyn) organizó la participación de quince empresas argentinas en Expand Design 2017, la primera feria mayorista de indumentaria de Uruguay, y debido a los buenos resultados, regresarán este año. "La experiencia fue muy positiva", relata Andrea Zinik, de Caibyn. "Uruguay es un mercado que siempre demanda la moda infantil argentina por el diseño y la calidad, fundamentalmente".

Como forwarder, GBC despacha con frecuencia embarques de productos de moda con destino a los shoppings uruguayos, mientras que la empresa de Pergamino RN Confecciones comenzó a exportar a Uruguay pantalones de jean recientemente, desplazando en la competencia a Paraguay.

En relación con la forma de ingresar al mercado, se aplica la misma regla que en el resto del mundo: el que más exporta es el que más viaja. "Les gusta que los argentinos vayan a ofrecerles productos", comenta Miñones, quien agrega que en la negociación son informales, pero le dan mucha importancia al cumplimiento de los compromisos: "La palabra es sagrada"

El precio suele estar en el centro del "tira y afloja" y dilata las tratativas. Esto puede comprenderse por la tensión existente en Uruguay entre el elevado costo de vida y el nivel de salarios de la población, que lleva a los comerciantes a estar presionados por reducir costos. Si se pondera el ingreso nacional per cápita por el índice de precios, resulta que Uruguay es desplazado por Chile al segundo lugar de la región, muy cerca de la Argentina.

Frente al nuevo escenario internacional, donde se cuestiona la vigencia del Mercosur como unión aduanera, Uruguay y Paraguay tienden a ubicarse del lado de los que prefieren mayor flexibilidad para negociar bilateralmente, por ejemplo, con Estados Unidos. Esto es consistente con lo que prescriben las teorías del comercio: las economías más pequeñas no pueden aspirar a estructuras productivas diversificadas por la carencia de suficiente economía de escala, motivo por el cual les resulta más conveniente especializarse en pocos sectores con potencial exportador e importar el resto de lo que necesitan consumir.

En ese sentido, independientemente de cómo evolucione la integración regional, es interesante que las empresas argentinas también evalúen a Uruguay, más allá de su mercado interno, como una plataforma para exportar a terceros países.

La previsibilidad y seguridad jurídica que ofrece Uruguay, entre lo que se incluye una aduana confiable, son factores claves en estos modelos de negocios, así como una logística eficiente, que está bien representada en el puerto de Montevideo, histórico rival de Buenos Aires, al que supera por sus características naturales, que se traducen en menos necesidad de dragado y, por ende, menor costo de operación.

Por eso, sea como mercado de importación o como plataforma de proyección, Uruguay puede jugar en las estrategias de internacionalización de las empresas argentinas un rol mucho mayor al que se podría deducir a simple vista por el tamaño de su economía.

La Zona Franca, una herramienta atractiva.

La Zona Franca de Montevideo particularmente es una herramienta muy atractiva tanto para la internacionalización de bienes como de servicios, ya que a diferencia de otras áreas aduaneras especiales del mundo, esta también ofrece incentivos en materia de legislación laboral y migratoria.

Eso incluye exenciones de los tributos y contribuciones que afectan al trabajo personal: los extranjeros que se radican para trabajar en la Zona Franca de Montevideo no aportan al sistema de seguridad social uruguayo. Gracias a ello, se han instalado en este polo numerosos líderes globales de servicios, como Assist Card, Citibank, Deloitte, KPMG, PWC, la rama de servicios de TATA, y firmas argentinas como Despegar.

Otra particularidad de esta Zona Franca es su utilización como centro logístico y de empaque de bienes de alto valor agregado, como electrónicos o farmacéuticos.

Varias multinacionales envían productos terminados "sueltos" a Montevideo para que se acondicionen para la venta con el embalaje correspondiente y desde allí se distribuyan a los países de la región, con la ventaja de que no tributan nada en esa escala, donde pueden permanecer sin límite temporal.

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