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Yoshihide Suga, nuevo primer ministro de Japón en lugar de Shinzo Abe

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Suga fue el principal asesor de Abe y vocero de su gobierno. Foto: AFP

CAMBIO POLÍTICO

Obtuvo 314 votos a favor sobre 462 sufragios válidos. En señal de que su gobierno será una continuidad del de Abe, varios ministros conservan sus puestos.

Yoshihide Suga, de 71 años, nuevo jefe del Partido Liberal Demócrata (PLD), que gobierna en Japón, fue elegido ayer miércoles primer ministro por el Parlamento, en sustitución de Shinzo Abe, que dimitió por razones de salud.

Suga obtuvo 314 votos a favor sobre 462 sufragios válidos en la cámara baja del Parlamento, donde el PLD y su aliado de coalición, el partido Komeito, cuentan con una cómoda mayoría. Posteriormente, la cámara alta del Parlamento aprobó la elección de Suga, que era secretario general y portavoz del gobierno desde la vuelta al poder de Abe en 2012.

En señal de que su gobierno será una continuidad del de Abe, varios ministros conservan sus puestos, como Toshimitsu Motegi (Relaciones Exteriores) y Taro Aso (Finanzas). Nobuo Kishi, hermano de Abe, aunque lleven diferente apellido, entra en el gobierno como ministro de Defensa.

“Es un gabinete de ‘Continuidad con C mayúscula’”, dijo Jesper Koll, asesor senior de la firma de gestión de patrimonio WisdomTree Investments.

Hijo de un agricultor, Suga ha asesorado fielmente a Abe durante muchos años, coordinando la política entre los ministerios y las numerosas agencias del Estado.

Conoce todos los recovecos de la poderosa burocracia japonesa, pero no tiene la altura internacional de Abe.

El primer ministro saliente, de 65 años, batió récords de longevidad en el cargo pero a finales de agosto decidió dimitir a causa de una enfermedad crónica del intestino, que ya fue una de las causas de la interrupción súbita de su primer mandato (2006-2007).

Suga se ha comprometido a seguir la senda de su predecesor, lo que es una garantía de estabilidad para los barones del PLD, que le dieron su apoyo durante la elección interna del partido del pasado lunes.

El gobierno de Suga tendrá que lidiar con la crisis del coronavirus, la recesión económica, la delicada cuestión de si se celebran o no los Juegos Olímpicos de Tokio -aplazados al verano de 2021- y las repercusiones en la zona de las tensiones entre Estados Unidos y China.

“En el frente diplomático, hay muchas incógnitas, sobre todo las elecciones estadounidenses”, opinó Shinichi Nishikawa, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Meiji de Tokio.

Suga es visto más como un líder pragmático que dogmático. Los observadores esperan que continúe con la línea económica de Abe, caracterizada por una política monetaria ultraflexible y estímulos fiscales masivos, además de la aceleración de reformas estructurales.

El nuevo primer ministro dijo que lo que más quieren los japoneses es contener el brote de coronavirus y revivir la golpeada economía. “Es lo primero en lo que quiero trabajar con mi gabinete”, dijo a la prensa.

Ataviado con chaqué como manda el protocolo político en Japón para estrenar Gobierno, Suga confió además en poder contar con vacunas para toda la población nipona “durante la primera mitad del año”.

Su otra gran prioridad será “revitalizar la economía” tras el daño causado por el coronavirus y para ello apostó por mantener la estrategia de crecimiento económico impulsada por Abe y conocida como “Abenomics” y por “avanzar más en las reformas”.

El mandato de Suga, en principio, se podría prolongar como máximo hasta octubre de 2021, cuando finaliza el actual período legislativo de la cámara baja. Pero cada vez hay más voces en su partido que llaman a convocar elecciones anticipadas para garantizar un Gobierno estable a medio plazo. Suga ha dejado ver que aspira a ser más que un interino en el puesto, pero también insiste en que por ahora no contempla unas elecciones anticipadas.

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