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Vladimir Putin consiguió el apoyo de Xi Jinping ante Estados Unidos por el conflicto con Ucrania

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Putin y Xi. Foto: AFP.

RUSIA Y CHINA

El mandatario chino respaldará al ruso en su demanda de que la OTAN no incluya a Ucrania.

Vladimir Putin logró con Xi Jinping lo que fue a buscar ayer viernes a Pekín: el apoyo de China en los principales temas que avivan la crisis ucraniana y enfrentan a Rusia con los países occidentales.

El marco para esta cumbre fue la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022. La reunión tuvo lugar en la Residencia de Huéspedes de Estado Diaoyutai y comenzó con Xi y Putin saludándose por gestos, sin darse la mano, pero sin usar tampoco mascarilla, y terminó con una declaración.

Con la crisis en torno a Ucrania y las tensiones por Taiwán -cuya soberanía reclama China-, Xi cerró filas en torno a su aliado y destacó que China y Rusia van a profundizar su coordinación estratégica “sin descanso” y que también van a afrontar juntos lo que denominó “injerencias externas” y “amenazas a la seguridad regional”. Así, los dos presidentes criticaron la influencia estadounidense y el papel “desestabilizador” de las alianzas militares occidentales, comenzando por la OTAN, en Europa y en Asia.

Rusia y China se oponen “a cualquier ampliación futura” de la Alianza Atlántica, respaldando la exigencia de Moscú para que la OTAN no incorpore a Ucrania.

Rusia ha desplegado 100.000 soldados en la frontera con Ucrania, lo que para los aliados occidentales es una muestra clara de que hay un plan militar inminente de invasión.

Pero Rusia lo niega y se dice amenazada por la OTAN, a la que pide que no se amplíe, y por tanto que no incluya a Ucrania y se retire de la zona del este de Europa.

Estas demandas son inaceptables para los aliados occidentales.

Ofensivas diplomáticas.

Desde Pekín, poco antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno, Putin aseguró que las relaciones con China viven un momento “sin precedente”.

Los dos países también defendieron la idea de “indivisibilidad de la seguridad”, en la que se basa Rusia para pedir que la OTAN salga de su zona, argumentando que la seguridad de unos no se puede lograr en detrimento de la seguridad de otros, pero olvidando el derecho de cada Estado, y por tanto de Ucrania, a elegir a sus aliados. Los dos países también denunciaron la “influencia negativa de Estados Unidos para la paz y la estabilidad de la región Asia-Pacífico”. Concretamente, mostraron su “preocupación” por la creación en 2021 de la alianza militar entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, conocida como AUKUS.

En este contexto de crisis, Europa acelera su diplomacia. Ayer viernes fue confirmada la visita a Moscú del presidente francés, Emmanuel Macron, el próximo lunes, y del canciller alemán, Olaf Scholz, el 15 de febrero.

Los dos líderes europeos también viajarán a Kiev, el 8 y el 14 febrero, respectivamente. Francia y Alemania fueron los dos mediadores del conflicto entre Ucrania y los separatistas prorrusos apoyados por Moscú.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que también ofreció su mediación en la crisis ucraniana en una visita a Kiev, acusó ayer a los países occidentales de “empeorar las cosas”.

Maniobras militares.

Dirigiéndose también a Estados Unidos, el Kremlin pidió el viernes que no se dé crédito a acusaciones formuladas el jueves desde Washington, según las cuales Rusia estaría preparando un video de un ataque ficticio de parte de Ucrania para justificar una invasión.

“Les recomiendo que no crean a nadie en lo que respecta a estos temas, en particular al Departamento de Estado” norteamericano, dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Portavoces del Pentágono y del Departamento de Estado dijeron el jueves que tenían pruebas de que Rusia planeaba difundir videos falsos de un ataque de Ucrania para usarlos como pretexto para una invasión. Pero no suministraron ningún documento que justificara estas afirmaciones.

El ministerio de Defensa ruso sí publicó videos de maniobras militares en Bielorrusia, su aliado y que es fronterizo con Ucrania.

El Kremlin dijo el viernes que unidades de sus sistemas de misiles S-400 -que recientemente vendió a Turquía a pesar de las protestas de la OTAN- habían sido entregadas a Bielorrusia antes de los simulacros.

Relación propia.

 La Casa Blanca intentó restar importancia a la cumbre entre Xi y Putin, al afirmar que tiene su “propia relación” con China y cuenta con numerosos aliados para responder a la situación en Ucrania.

“La reacción del presidente (de Estados Unidos, Joe Biden) es que nosotros tenemos nuestra propia relación con China”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Preguntada por la reunión de ayer viernes en Pekín entre los dos principales rivales geopolíticos de Estados Unidos, la portavoz recordó que la Casa Blanca ha mantenido varios contactos con China para tratar de convencerles de su postura respecto a Rusia y Ucrania.

“Hemos subrayado los riesgos globales de seguridad y económicos que presentaría una mayor agresión rusa contra Ucrania, y expresado que la desescalada y la diplomacia son el camino responsable”, dijo Psaki.

Estados Unidos también ha alertado a Xi de que un conflicto en Europa “impactaría los intereses de China en todo el mundo”, y sigue comunicándose con el régimen de Pekín “a un nivel muy alto”, dijo Psaki.

El pasado lunes, China dejó claro que no está del lado de Estados Unidos en lo relativo a la crisis en Ucrania, al apoyar el intento frustrado de Rusia de evitar que se debatiera el tema en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Esta semana, el Pentágono anunció el despliegue “en los próximos días” de 3.000 soldados en Rumanía, Polonia y Alemania para reforzar las defensas de sus aliados ante un posible ataque ruso contra Ucrania. (Con información de AFP y EFE)

Hacia la “alta calidad” en el comercio bilateral

Al margen de la declaración contra Occidente, China y Rusia acordaron poner en marcha una hoja de ruta para lograr una “alta calidad” en el comercio bilateral -que alcanzó el año pasado la cifra récord de 150.000 millones de dólares-, así como aumentar la cooperación en campos como la agricultura, la economía digital o la sanidad. “Debemos garantizar la estabilidad de la cadena de suministro global”, dijo Xi Jinping a Putin.

Los puntos principales que trancan una solución.

Un problema central.

La expansión de OTAN hacia el Este de Europa parece ser el punto que condiciona todo el resto. Rusia, que se estima amenazada en su flanco occidental, pide que Estados Unidos y los países de la OTAN se comprometan a no ampliar la Alianza Atlántca. A lo que la OTAN y Estados Unidos responden que se comprometen con “la política de la puerta abierta” a otros miembros potenciales. Rusia pide también que la OTAN se abstenga de cualquier actividad militar en Ucrania, así como “en Europa del Este, en el Cáucaso del Sur y en Asia central”. En respuesta, la OTAN reclama “la retirada de las tropas rusas de Ucrania, Georgia y Moldavia”, en referencia respectivamente a la anexada península de Crimea, asi como a las zonas prorrusas de Osetia y Abjasia (en Georgia) y Transnistria (en Moldavia). Aceptar las demandas rusas de no ampliación de la OTAN significaría para los países concernidos quedar “con una soberanía limitada, usando un término de los tiempos de Breznev”, considera el analista François Heisbourg, del Internacional Institute for Strategic Studies (IISS) en Londres, en referencia a la doctrina de Leonid Breznev durante la Guerra Fría, que limitaba la soberanía de los países del bloque soviético.

Seguridad indivisible.

Es el otro tema central de desacuerdo entre ambas partes, pero se dicen dispuestas a discutir. La idea de “seguridad indivisible” significa que la seguridad de cada país está ligada de manera indivisible a la de los demás. Para los rusos, “eso quiere decir no adhesión a la OTAN”, señala Jean de Gliniasty, experto en el Instituto de relaciones internacionales y estratégicos (Iris) y ex embajador de Francia en Moscú. “Que Estados Unidos acepte hablar sobre esto, es nuevo”, agrega, aunque no es presagio de nada. “Estamos dispuestos a discutir sobre la indivisibilidad de la seguridad y de nuestras interpretaciones respectivas de ese concepto”, indica Estados Unidos en su respuesta.

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