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El vice Mike Pence, un muro de contención para Trump

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Pence. Gobernador de Indiana, 57 años y con larga trayectoria en la Cámara de Representantes. Foto: AFP.

“Soy un cristiano, un conservador y un republicano, en ese orden”, dice.

Mike Pence, el vicepresidente electo de Estados Unidos, acaba de recibir una misión clave: liderar el equipo de transición del gobierno de Barack Obama al de Donald Trump. Esto solo indica que será un vicepresidente con un protagonismo poco habitual.

Desconocido fuera de Estados Unidos, Pence es la cuota de experiencia política que le falta a Trump.

Gobernador de Indiana, de 57 años, es un político ultraconservador, muy religioso, que el año pasado firmó una ley que permitía que los comercios y restaurantes, entre otros, vetaran como clientes a parejas homosexuales apelando a la libertad religiosa. Pero hubo protestas y tuvo que rectificar.

Trump, un neoyorquino casado tres veces y propenso a los comentarios soeces, tomó a un antagónico como Pence para que le sirviera de aval conservador ante el votante republicano tradicional y también como puente con su propio partido, al que jamás ha estado unido, menos aún en el final de la campaña. Es significativa la amistad de Pence con Paul Ryan, el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, que personifica la ortodoxia de la formación y que, hasta el martes 8, el día de la elección, estaba abiertamente enemistado con Trump.

El próximo número dos del gobierno estadounidense nació y creció en la ciudad de Columbus, en Indiana y, a diferencia del presidente electo, tiene una amplia trayectoria política detrás. Antes de convertirse en gobernador, en 2013, sirvió durante una década en la Cámara de Representantes y ejerció de defensor "de un gobierno limitado, de la disciplina fiscal, de una defensa nacional fuerte y unos valores morales tradicionales", según las palabras textuales de la biografía que se encuentra en la página web de la gobernación de Indiana.

Pence está casado, tiene tres hijos y estudios de Derecho. Católico convertido al evangelismo, durante su juventud se planteó el sacerdocio.

"Soy un cristiano, un conservador y un republicano, en ese orden", dijo una vez.

Alineado en el ala derecha del partido, al comienzo de las primarias republicanas Pence apoyaba al senador texano Ted Cruz, otro conservador radical. Cuando este se bajó de la carrera, pasó a respaldar a Trump.

Pence siempre tuvo grandes aspiraciones. "Incluso en su último año de colegio, ya hablaba a sus compañeros de ser presidente algún día", según explicó en 2013 Debbie Shoultz, la entrenadora de oratoria del vicepresidente electo en un colegio católico de Indiana.

Pence viene de una familia humilde. Nieto de inmigrantes irlandeses, es el mayor de seis hermanos.

Tras asistir al colegio de St. Columbia, Pence estudió Historia en la Universidad Hanover. Allí, según dijo su madre Nancy en 2013, "Mike se adentró en una profunda transformación espiritual y llegó a considerar seriamente ser cura".

Aunque durante su infancia había recibido una educación católica, fue durante el período universitario cuando Pence se convirtió al evangelismo. De la universidad, Pence pasó a cursar estudios de Derecho en la Universidad de Indiana y se graduó en 1986.

En 1987, su padre Ed Pence "estaba muy enfadado": su hijo anunció a la familia que iba a presentar su candidatura a la Cámara de Representantes. Ed no entendía las ganas de su hijo de entrar en el mundo de la política.

Pence fracasó dos veces en su intento de ser congresista y decidió sustituir sus ambiciones políticas por un programa de radio, decantándose por una pasión periodística que había tenido desde sus años de colegio. Utilizó su programa, de unas tres horas diarias, para consolidar sus opiniones políticas y exponer su ferviente creencia en la familia, la religión y una visión política conservadora. Tras dirigir un laboratorio de ideas conservador en Indiana, volvió a intentar entrar en política, esta vez con más suerte.

Pence, con 12 años de experiencia en la Cámara de Representantes, se define como "cristiano, conservador y republicano", en ese orden. Sus ideales políticos se alinean con el ala ultraconservadora del Partido Republicano. Rechaza el aborto con rotundidad, es contrario a restringir el uso de las armas, y aboga por un gobierno pequeño y poco intervencionista. Como congresista, Pence fue uno de los promotores de la Patriot Act, un proyecto de ley que aprobó la administración de George W. Bush para ampliar el acceso del gobierno a los datos personales de ciudadanos como medida de seguridad tras los atentados del 11/S de 2001.

Aunque Pence suele alinearse con el discurso republicano de rechazo a la inmigración ilegal, el pasado diciembre se distanció de Trump al calificar de "ofensiva e inconstitucional" la propuesta del magnate de prohibir la entrada de musulmanes al país. Sin embargo, poco después solicitó la suspensión de las llegadas de inmigrantes sirios a Indiana hasta que el gobierno federal asegure que han pasado un control de seguridad exhaustivo. (En base a El País de Madrid)

Para Michael Moore, Trump no termina

El cineasta estadounidense Michael Moore, quien había profetizado el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales, afirmó ahora que el republicano no terminará su mandato. El director del documental ganador del Premio Oscar Bowling for Columbine (2003), aseguró que Trump renunciará o será sometido a un impeachment (juicio político) antes que termine su mandato.

"El motivo por el cual no deberemos sufrirlo por cuatro años es el hecho de que Donald Trump no tiene ninguna ideología si no es la suya", afirmó el cineasta en una entrevista con la cadena Msncb.

"Y cuando te encuentras frente a un narcisista como él, puede, quizá involuntariamente, infringir las leyes y lo hará porque pensará sólo en que es lo mejor para él", continuó Moore.

Hace varios meses el director de cine y documentalista había profetizado que Trump ganaría las primarias republicanas y luego la Presidencia. (ANSA)

TRATADOS

Comercio, punto de fricción en la fórmula

Donald Trump no comenzó a conocer bien a Mike Pence hasta las primarias de Indiana en abril, cuando pidió incluirlo en el proceso de selección de su compañero de fórmula porque le impresionó la caída del desempleo en el estado de Indiana, eminentemente agrícola del Medio Oeste, del que el vicepresidente electo es gobernador.

Pence cumple con todo el abecé de la ortodoxia republicana: disciplina fiscal, un gobierno federal con menos peso, una política de defensa fuerte, restrictivas leyes migratorias y una agenda social rigurosamente conservadora.

Como gobernador de su estado, aplicó al pie de la letra la doctrina clásica republicana: aprobó la mayor bajada de impuestos de la historia de Indiana e impulsó rebajas fiscales a las corporaciones para atraer la inversión, sin olvidar nunca la disciplina fiscal.

Pero lo económico es también su mayor punto de fricción con Trump: como congresista votó a favor de todos los tratados de libre comercio que se propusieron y apoyó en varias ocasiones liberalizar más el comercio con China, una política que el ahora presidente electo quiere cambiar por considerarla responsable de la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos.

Pence también apoya el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) que se ha negociado durante el gobierno de Barack Obama y cuya oposición total es uno de los puntos cardinales de la campaña de Trump.

Otra diferencia entre ambos es que Pence presentó su declaración de impuestos de la última década, cumpliendo la tradición que todos los candidatos a la Casa Blanca, salvo Trump, han hecho desde los años 70. El diario The New York Times reveló que Trump declaró en 1995 pérdidas por casi 1.000 millones de dólares en negocios fallidos. Pence, por el contrario, declaró unos ingresos de unos 113.000 dólares en 2015 —una cantidad razonable para un gobernador y hasta modesta en vista de la cantidad de millonarios dedicados a la política— y el pago de casi 9.000 dólares en impuestos federales, además de una cantidad similar en donaciones.

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Pence. Gobernador de Indiana, 57 años y con larga trayectoria en la Cámara de Representantes. Foto: AFP.

PERFIL DEL VICEPRESIDENTE ELECTO DE EE.UU.

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