La oposición intenta hacer un referéndum antes de fin de año.
Hartos de la crisis económica, miles de venezolanos volvieron a hacer filas ayer, esta vez para validar sus firmas y sacar adelante un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.
Después de rubricar su apoyo a una consulta, 1,3 millones de personas están convocadas para validar su firma hasta el viernes próximo, dentro del proceso que, confían, deberá desembocar en un referendo este año.
Apoyada en un bastón, Armanda Zerpa, de 59 años, llegó a un centro electoral de Caracas para poner su huella en una máquina electrónica.
Hace siete meses que esta comerciante de ropa sufrió un accidente cardiovascular y ha vivido en carne propia la dificultad de encontrar medicinas.
"Queremos otro país, uno bonito", dijo Zerpa tras validar su firma.
Además de su salud, Zerpa enfrenta una precaria situación económica porque ya no puede viajar a abastecerse de ropa en el exterior por la falta de dólares —que el Estado controla con rigor— y los altos precios de los pasajes aéreos.
"No nos están gobernando bien, no están manejando bien el país", afirma.
El descontento de muchos de los 30 millones de venezolanos con el desabastecimiento, la inflación descontrolada y la inseguridad se convirtió en el motor del referendo en ciernes contra Maduro.
Enfrascado en una lucha de poderes con la mayoría parlamentaria opositora, Nicolás Maduro atribuye a una "guerra económica" los males que se acumulan en este país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
Oposición no dialogará con Maduro.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento), Henry Ramos Allup, aseguró ayer que no asistirá a ningún diálogo con el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, porque la oposición no ha acordado acceder a tal mecanismo.
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