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Trump rompe con su partido y arremete libre de "grilletes"

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Trump trata de mostrarse confiado en que le ganará a Clinton. Foto: AFP
Republican presidential nominee Donald Trump holds as child dressed as him during a rally at Mohegan Sun Arena in Wilkes-Barre, Pennsylvania on October 10, 2016. / AFP / DOMINICK REUTER US-POLITICS-ELECTION-TRUMP-VOTE-REPUBLICANS
DOMINICK REUTER/AFP

El republicano llamó “desleales” a los dirigentes que no lo votarán el 8 de noviembre.

Lo hizo a través de una tempestad de tuits que no dejó títere con cabeza. En especial apuntó contra Paul Ryan, un líder "débil e inútil", y los republicanos "desleales" que anunciaron que no lo votarán.

Pero sobre todo el magnate dejó una cosa en claro: ahora que siente que le quitaron las cadenas de encima, puede hacer la campaña a su manera. ¿Qué otra cosa ha estado haciendo hasta ahora?, se preguntarán algunos.

"Es tan agradable que me hayan quitado las cadenas de encima, y ahora puedo luchar por Estados Unidos de la forma que yo quiero", escribió Trump, rompiendo de hecho con el Partido Republicano.

Algunos pueden pensar que las últimas semanas Trump las vivirá como candidato independiente. Y el partido que fue de Abraham Lincoln, Theodore Roosevelt y Ronald Reagan parece cada vez más una sombra de sí mismo, dividido y en desorden. The New York Times volvió a referirse al Grand Old Party como una fuerza política al borde de una guerra civil, mientras que el Washington Post habla de un partido que está deslizándose hacia la anarquía total, con "cada uno que va por cuenta suya".

La toma de posición del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien comunicó que no quiere hacer más campaña por Trump, no hizo más que acentuar las divisiones. "Esta votación será el Brexit de Estados Unidos", afirmó Trump, decidido a jugarse de aquí al 8 de noviembre todas las cartas que tiene a su disposición, con o sin el Partido Republicano a su espalda.

La relación entre Trump y la dirigencia republicana ha sido tensa desde el inicio de la campaña, pero se ha enfriado aún más a medida que Clinton ha ascendido en las encuestas. La gota que derramó el vaso fue la difusión de una conversación —grabada en 2005— en la que Trump se jactaba de su condición de celebridad para abusar sexualmente de las mujeres.

"Los R(republicanos) desleales son de lejos más difíciles que Hillary la Tramposa. Te atacan desde todas partes. No saben cómo ganar - Les enseñaré", desafió ayer Trump.

En otro tuit, acusó de "grosero" al senador republicano John McCain (candidato presidencial en 2008) por abandonarlo tras los "comentarios de vestuario" del video.

La campaña de Clinton parece dispuesta a explotar el caos en las filas republicanas. "Una especie de guerra civil se está desatando en el Partido Republicano, pero pienso que Donald Trump no se convirtió en el candidato de su partido por sí solo", dijo la portavoz de Clinton, Jennifer Palmieri.

"Soy la última cosa entre ustedes y el Apocalipsis", dijo por su parte ayer Clinton en una extensa intervención publicada en el sitio digital del diario The New York Times.

En tanto, el presidente Barack Obama consideró "repugnante" el comentario de Trump en que se jacta del asedio a las mujeres, en una acción que puede ser equiparada a una "agresión sexual", dijo el vocero de la Casa Blanca Josh Earnest ayer martes. "El presidente (Barack Obama) consideró la grabación repugnante", dijo Earnest, quien añadió que la mayoría de los estadounidenses podría valorar las acciones mencionadas por Trump como una "agresión sexual".

Las encuestas.

Ahora los demócratas saben que pueden apuntar a todo el botín: mantener la Casa Blanca y conquistar la mayoría en el Congreso.

Los sondeos tienen a Clinton nuevamente al tope; el lunes le daban una ventaja de 11 puntos, algo que no ocurría desde julio pasado, aunque ayer bajó dos puntos. Una encuesta de NBC/Wall Street Journal llevada adelante tras el debate del domingo y publicada ayer martes, mostró que Clinton tiene una ventaja de nueve puntos sobre Trump ya que el 46% de los consultados sostuvo que votarían por la demócrata, frente a un 37% que dijo estar del lado del republicano.

Clinton, según el promedio de los sondeos efectuados por Real Clear Politics, encabeza las intenciones de voto en los principales swing state, los estados que suelen definir las elecciones, con la única excepción de Iowa y Georgia.

Pero la candidata demócrata lidera la intención de voto en Florida (2,4%), Pennsylvania (8,6%) y Virginia (7,5%).

Todo indica que la batalla está cerrada también en Colorado (7,3%) y en tres estados del rust belt (cinturón industrial), donde Trump confiaba triunfar: Clinton tiene un amplio margen a su favor en Michigan (7%), Wisconsin (6,8%) y Minnesota (4,3%).

Clinton está adelante también en New England, feudo de Bernie Sanders: 6% en New Hampshire y 3,8% en Maine.

Más estrecha es su ventaja en otros estados como Nevada (1,4%) y Carolina del Norte (2,6%), mientras en el crucial Ohio hay un lucha cabeza a cabeza (0,5% para Clinton).

Trump arrasa a su vez en Missouri (10,6%).

En Estados Unidos el presidente surge de un colegio electoral de 538 miembros, que se van ganando en cada uno de los 50 estados de la unión. Para ser presidente se necesitan al menos 270 votos en ese colegio. De confirmarse la victoria de Clinton en los estados en que las encuestas la ubican primero, ya tiene 136 votos en el colegio electoral. Trump por ahora solo tiene los 10 votos de Missouri.

Terminator, otro que no vota al magnate

El actor Arnold Schwarzenegger, que sucedió a Donald Trump en el reality show Celebrity Apprentice, afirmó que no votará por el candidato republicano. "Por primera vez desde que me convertí en ciudadano en 1983, no votaré por un candidato republicano para presidente", escribió el actor de Terminator en su cuenta de Twitter.

El actor fue siempre una de las estrellas de Hollywood más poderosas dentro del Partido Republicano. Sin nombrar en ningún momento a Trump, Schwarzenegger, de 69 años, se desligó del candidato presidencial, luego de las afirmaciones lascivas respecto a las mujeres que se conocieron la semana pasada. En las primarias republicanas Schwarzenegger votó por el gobernador John Kasich, quien finalmente se bajó de la carrera presidencial. Los Angeles Times recordó que el actor vivió un escándalo en el seno de su familia hace algunos años, cuando engañó a su esposa Maria Shriver (sobrina de J.F. Kennedy) con su ex empleada doméstica, con la que además tuvo un hijo. Fuentes cercanas al actor dijeron que Arnold no puede comprometerse con conductas impropias hacia las mujeres, en particular, porque su pasado no se lo permite. Nacido en Thal, Austria, Schwarzenegger forjó una reconocida carrera en Estados Unidos, primero como fisicoculturista, luego como actor y finalmente como político, al convertirse en gobernador del Estado de California desde 2003 hasta 2011. El año pasado Schwarzenegger, quien realizó en cine éxitos como Conan, The Barbarian, reemplazó a Trump como conductor del reality show The Celebrity Apprentice. (ANSA)

APUNTES DE CAMPAÑA

Debate con menos audiencia

La audiencia del segundo debate del domingo cayó con fuerza frente a la cifra récord registrada en el primero, pese al escándalo sexista que rodea a Trump. Datos de la empresa especializada en medición de audiencias Nielsen, dados a conocer el lunes, mostraron que unos 66,5 millones de estadounidenses vieron el debate, muy por debajo de los 84 millones que siguieron el primero hace dos semanas. Los datos no incluyen a los millones de personas que siguieron el debate a través de otras plataformas o en bares y restaurantes. El debate del do- mingo se desarrolló durante el mismo horario que el popular programa Sunday Night Football de NBC, que fue visto por unos 15 millones de televidentes según datos de Nielsen. Tom Hollihan, profesor de Comunicación de Annenberg School de la Universidad de California Sur, afirma que a esta altura muchos ya tienen definido su voto.

Baja interés de latinos en votar

Los latinos parecen menos proclives a votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año que en los últimos dos comicios, según un estudio de Pew Research Center divulgado ayer martes, pese a que grupos de defensa a los inmigrantes enfurecidos con la retórica del republicano Donald Trump buscan incentivar su participación. Los resultados de esta menor participación podrían ser un desafío para la demócrata Hillary Clinton ya que depende de las minorías para vencer a Trump, quien el año pasado lanzó su candidatura presidencial calificando a los inmigrantes mexicanos de “violadores” y prometiendo construir un muro para detenerlos. Cerca de un 89 por ciento de los latinos registrados como votantes dijeron que planeban participar en la elección del 8 de noviembre, según la encuesta, por debajo del 91 por ciento registrado en el sondeo de octubre del 2012 y del 94 por ciento del sondeo de julio del 2008. (Reuters)

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Trump trata de mostrarse confiado en que le ganará a Clinton. Foto: AFP

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